Las automotrices tiene diferentes estrategias en lo que hace a la homologación o no de los modelos que venden en distintos mercados del mundo. Algunas son más globales, otras con desarrollos regionales adaptados a cada región, y cada una tiene pros y contras, fortalezas y debilidades. En principio me inclino por poder comprar el mismo auto que se vende en Europa, con las lógicas adaptaciones, pero también reconozco que los desarrollos regionales tienen su lado interesante, siempre y cuando se materialicen con seriedad y no como desarrollos ultra low cost. Actualmente, los C3 y C3 Aircross europeos son bien diferentes a los nuestros, al actual C3 SUV y a su futuro hermano Aircross.
Sin embargo, al menos desde el punto de vista conceptual estético, al nuestro regional no le va mal. A tal punto que el próximo C3 europeo tomará ese concepto para sí. Y lo mismo para su hermano C3 Aircross en el viejo continente. Citroën prepara un ë-C3 SUV (así se escribe) regional, eléctrico, y para mercados emergentes, al igual que su hermano naftero que se vende en nuestra región y en India; país adonde debutará el nuevo modelo a batería. Se habla de un precio que rondará los 9,000 euros (casi al nivel del Dacia Spring/Renault Kwid E-Tech, el más barato del segmento). Esta es la razón por la que no se venderá en Europa, ya que de algún modo le pelearía ventas a su primo «stellantiano» Peugeot e208, si bien está posicionado por encima del que estamos mostrando.
La alternativa sería exportarlo desde India, algo no descartado aunque poco probable. Sí tiene chances, en todo caso, de ser lanzado en nuestra región, aunque recién en 2024. Se posicionaría por encima de su «coterráneo» Kwid E-Tech, y sería un duro rival, si los precios fueran tan competitivos como adelantan. Claro, sus prestaciones, al igual que el naftero brasileño, serán más bien modestas. Hablamos de eléctricos 57 CV, que rinden más que los provenientes de un motor a combustión, pero que de todos modos no sobran. Una autonomía estimada en 200 km y una velocidad máxima de 110 km. Todos valores razonables, sumados al precio que se espera tenga en los diferentes mercados, convirtiéndolo, al menos en los papeles, en una muy buena opción, también para nuestro alicaído mercado argentino.