Ford Explorer. A pesar que en Argentina, de manera oficial, solo se vendió la 2a generación (que en realidad era un restyling de la primera), es un modelo muy recordado por estas tierras. Y obviamente, su prestigio y vigencia en Estados Unidos, son mayores: cerró 2017 en el puesto 10, con 271,000 unidades vendidas, siendo su prima, la pick up F-series, líder absoluta con 897,000 (se vendieron casi tantas pick ups F en Estados Unidos como todo el mercado argentino, completo…)
Claro, de aquel comienzo (1991) «humilde», como -simplemente- una «Ranger carrozada», con sus 4.79 m de longitud, a la generación actual, con 5.05 m, conceptualmente ha cambiado y bastante. Fue renovada en 1995 (única generación que tuvimos oficialmente en Argentina), 2002 (abandonó la plataforma Ranger), 2006, 2011, y , la actual, en 2016. En su país de origen, se ubica por encima de Ecosport (USD 20,000), Escape (nuestra Kuga, USD 24,000), y por debajo de Expedition (USD 52,000), habiendo dejado de existir, hace tiempo, la Excursion, sobre la base de la última F100 que tuvimos.
Todas sus versiones son para 7 pasajeros, y en su oferta mecánica aparecen, un 3.5 Ti VCT, de 290 CV, un 2.3 Ecoboost de 280 CV (turbo) y un 3.5 Ecoboost de 365 CV (twin turbo). La única opción de caja es automática, claro, con 6 relaciones. Su gama de precios arranca en los USD 32,000 ($ 610,000 al cambio actual en Argentina) y llega a los USD 54,000. Tuvo una inédita versión Sport Track, una rara pick up, aunque atractiva. En nuestro país podría competir, por ejemplo, con Hyundai Grand Santa Fe (4.9 metros y $ 1,400,000), entre otras.
En cuanto a su diseño, mantiene el espíritu de la primera generación, con amplia superficie vidriada. Lejos de la moda actual de parrilla hexagonal, la de la Explorer es bastante clásica, con iluminación LED y antinieblas que toman estética prestada de su prima F150.
Sobria, como fue en todas sus generaciones. Atrás, mantiene esta sobriedad, solo alterada por deportivas salidas de escape, con una franja -simil- metálica que vincula visualmente los grupos ópticos.
El perfil la muestra robusta, con línea de cintura alta, algunos cambios de volumen, repitiendo lo contenido del resto. El interior nos trae reminiscencias de su pariente Fusion (nuestro Mondeo), con infaltables toques simil madera, pantalla central integrada, tablero sencillo y muy legible, muy cómodos butacas y, lógicamente, siendo para Estados Unidos, múltiples posavasos.
Típico (de Ford) audio Sony con enorme rueda central y sonido premium. Su equipamiento en seguridad es interesante (aunque no destacable): Airbag traseros inflables (en cinturones), Airbags Canopy traseros (entre la cabeza y la ventana), Luz alta automática, Blind Spot (ángulo ciego), Park Assist (ayuda al estacionamiento), Lane Keeping Assist (alerta cambio de carril) y poco más.
Ford Explorer. Una excelente alternativa, pensada -centralmente- para el mercado norteamericano. Un modelo que dejó sus huellas en nuestro mercado y que lamentablemente Ford no ha comercializado en sus últimas generaciones. Si hiciéramos el ejercicio mental de traer a nuestro mercado la relación de precios entre Explorer y Ecosport (1.6 veces) en sus versiones iniciales, podríamos inferir que, en Argentina, podría arrancar en los $ 624,000, aunque, si por otro lado, vemos que Kuga (posicionada por debajo), arranca en nuestro país cerca de los $ 900,000, Explorer costaría bastante más, superando holgadamente el millón de pesos, siendo demás, extrazona. Una pena.