Sergio Marchionne, extinto mandamás del grupo FCA Fiat Chrysler Automobiles, hace unos años expresó que «en el futuro solo convivirán unos pocos (grandes) grupos en la industria automotriz». Y en aquel momento parecía -cuanto menos- bastante exagerado. Sí, es cierto, ya comenzaban a pensarse grandes grupos y las adquisiciones/fusiones no eran novedad, pero no imaginábamos fusiones de este tipo (en cantidad y en calidad). Una vez más, Marchionne anticipándose al futuro.
En términos generales y sin un análisis muy detallista, estas grandes fusiones no son sencillas, y por varias razones. No es el caso de un productor agropecuario que tiene 10,000 ha de soja y decide comprar otro campo con 10,000 ha más. Acá «1+1=2», y si bien habrá cuestiones que resolver (logística), etc., se puede decir que ese productor ahora tiene el doble de campo y el doble de producción, sin mayores distorsiones. En la industria, automotriz en este caso, la cuestión es bastante más compleja. Y para no teorizar, hablemos de este caso puntual. Por un lado, en cuanto a producto propiamente dicho (a nivel conceptual) podemos decir que fabrican productos similares, o de características similares, siendo Fiat comparable con Renault y Nissan, Jeep y RAM a Nissan y Mitsubishi, y por lo tanto pueden compartir desarrollos y plataformas para las próximas generaciones de sus modelos, con un ahorro significativo de costos (como ocurre, por ejemplo, con el nuevo Opel Corsa y los Peugeot 208 y Citroën C3). Hasta acá, todo parece marchar viento en popa.
Por otro lado, el nuevo grupo tendría una división «low cost» con Dacia, divisiones deportivas con Abarth, SRT y Renault Sport (y NISMO), autos más cercanos al mundo premium como Alfa Romeo y sobre todo Maserati, una pata industrial con Comau, de postventa con Mopar, para no seguir extendiéndonos. En esto, también pareciera que la situación es inmejorable. Y si somos positivos y de mente sinérgica, también podemos decir que geográficamente el grupo llega a lugares donde antes no lo hacían las automotrices participantes. Renault no tiene el mercado norteamericano (sí con Nissan en realidad e Infiniti) y Fiat tampoco el asiático. Pero claro, no todas son rosas.
Antes de entrar a la «zona de espinas», veamos algunos números de estas automotrices. En 2018, y a nivel mundial, el grupo Volkswagen vendió 10.83 millones de vehículos, la alianza Renault Nissan 10.73 millones y Toyota 10.53 millones, y FCA, alcanzó 4.6 millones de unidades. Si las ventas pudieran sumarse «como porotos en el truco», el nuevo mega grupo quedaría solo arriba, lejos. Pero si bien hasta acá todas parecen fortalezas, las complicaciones no serán pocas ni leves. Por un lado, las diferencias culturales, filosóficas, metódicas. Si ya FCA pelea con la mezcla ítalo norteamericana y Renault Nissan con la franco nipona, imaginemos ahora las 4 culturas juntas…. Otro problema, o en todo caso un desafío es como mantener las identidades de cada marca al compartir plataformas. Hasta ahora cada uno dentro de sus marcas lo viene consiguiendo, pero la tarea será más desafiante ahora. Exagerando para hacer bien gráfico el ejemplo, si todos los Fiat, Renault, Jeep, Nissan, Alfa Romeo, Dodge van a compartir motores y cajas en los mismos segmentos, se perderá identidad y valor de marca. Obviamente no llegará a tal punto el ahorro.
Por otro lado cada grupo tendrá el 50% de nuevo mega grupo y por lo tanto ninguno tendrá «más peso que el otro». No resulta simple imaginar las reuniones de ese directorio ampliado. Pero la consecuencia más negativa, tal vez no para el grupo pero sí desde el punto de vista humano, es que inevitablemente desaparecerán (y no pocos) puestos de trabajo. Volviendo a aquello de que, en este caso «1+1 no es 2», la clave de la fusión es el pronunciado descenso de costos industriales. Y esto inevitablemente implica contar con menos fábricas, menos proveedores, y menos personal. Esto es inevitable. Sobrarán puestos de trabajo; es un sencilla (y dura) cuestión lógica. Al fin y al cabo el objetivo es ese: reducir costos y hacer más competitivos los procesos de diseño, fabricación y venta de automóviles. ¿Permanecerán todas las marcas que hoy conforman ambos grupos? Muy poco probable, sobre todo para algunas como Lancia, y me animo a agregar a Dodge y hasta diría Mitsubishi. Esta excelente marca japonesa deberá aggiornarse o desaparecerá.
Asumiendo que el grupo Volkswagen no se divirá (salvo alguna marca puntual como Bentley o Bugatti), que Ford y Chevrolet seguirán así, que PSA Peugeot Citroën ya tiene Opel, y que ahora FCA y PSA conformarían un nuevo mega grupo, no quedan muchas operaciones atractivas y de gran tamaño. ¿Se cumplirá la profecía finalmente de Sergio Marchionne?, ¿Quedarán solo unos pocos grandes grupos? Todavía no llegamos a esa «apocalíptica situación» pero todo parece indicar que avanzamos a paso firme hacia ello. Hablando en general y no de esta muy probable fusión en particular, lamentablemente se seguirán perdiendo identidades, historias, vivencias y pasiones, y sobre todo, identidades. Y finalmente, si el nuevo grupo se concreta, ¿mantendrán las 2 fábricas cordobesas? En el corto plazo, sin dudas, a mediano plazo, tengo mis dudas…