Hace unos 8 años me preguntaba si volverían 3 marcas que dejaron su huella en el mercado argentino, aunque de diferente manera. Me refería a Mazda, SEAT y Opel. Si bien especulaciones existieron, en diferentes ocasiones, nunca se concretaron. Una pena, porque cada una «en lo suyo», y «con lo suyo» resultarían interesantes en nuestro mercado. Tal vez la más viable podría ser Opel, parte del conglomerado Stellantis y que cuenta con varios modelos derivados o compartiendo plataforma con primos franceses e italianos. Claro, desarrollar una marca, por más sinergias y facilidades que haya, no es sencillo ni barato.
Opel presentó la segunda generación del Mokka hace unos 5 años, ya con ADN Peugeot, reemplazando al anterior de la era Chevrolet. A comienzos de este año presentábamos el Mokka GSE, con la base de la variante eléctrica y con 280 CV. Mecánica compartida con sus primos Alfa Romeo Junior Veloce, Abarth 600e y Peugeot e-208 GTI, el más reciente. Ah, y me estaba olvidando del Lancia Ypsilon HF, emulando a sus ancestros, concretamente al Delta HF y su (gran) paso por el rally mundial. Si Italia (x3) y Francia tenían sus deportivos eléctricos, ¿por qué no Alemania?
Así como Peugeot revive la icónica sigla GTI, sinónimo de deportividad desde que apareció en el 205, Opel tuvo la suya, los GSI, incluso en nuestro país, por ejemplo con el Astra GSI. Ahora eléctrico, el deportivo Mokka pasa a llamarse GSE, con la potencia antes mencionada, autonomía de unos 330 km, una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.9 segundos y una apariencia claramente deportiva, aunque no exagerada. Enormes y trabajadas llantas de 20″, varios detalles en negro, algunos deflectores y no mucho más. Lo justo para un GTI, o mejor dicho, en este caso, un GSE (ex GSI).