Nissan Juke. El auto con forma de batracio. ¿Un poco despectivo semejante calificativo? Tal vez, pero lo cierto es que el actual Juke, con un poco de imaginación, nos remite a estos -no tan- pintorescos animalitos. Y aunque suene raro, Nissan buscó tal efecto y no le fue nada mal: el modelo irrumpió en el mercado en 2011 y logró un efecto «sorpresa». Aunque seguramente costó un poco «digerir» su diseño, rápidamente se convirtió en un suceso comercial, principalmente en el viejo continente. Una fuerte personalidad, un aspecto robusto, despojado, joven, y la posibilidad de sentirse único, circulando por las calles del mundo.
De todos modos, más allá del ¿ofensivo? mote (conocido en el ambiente, además), Juke es un modelo muy interesante, y claramente «rompedor», al menos de lo estético. Contó con una versión NISMO, con 200 CV, y una NISMO RS, con 218 CV, provenientes del motor 1.6L. Allá por 2012 mostrábamos una variante conceptual denominada R, con motor heredado del extremo Nissan GT, y 550 CV, que no llegó a producción, obviamente. Y más de una vez pensamos respecto a cómo haría Nissan para practicar un restyling a un modelo tan particular, sin perder aquella fuerte personalidad, y a la vez, adecuándolo a las nuevas preferencias de los consumidores. Ocho años no es poco tiempo en la industria automotriz y Juke necesitaba una «puesta al día».
Pues bien, finalmente Nissan está presentando el nuevo Juke 2020, con un muy acertado -y no leve- restyling, que mantiene sus rasgos características, cediendo quizás algo de personalidad, pero ganando en estilo, modernidad, y hasta en calidad percibida. El nuevo Juke, que comparte la plataforma CMF del grupo (Renault Nissan) ha crecido 8 cm, llegando a los 4.21 m de longitud. El motor, al menos en el inicio de su comercialización, es el 1.0 DIG-T de 117 CV, asociado a una caja manual de relaciones o una doble embrague de 7. En cuanto al equipamiento, y en seguridad, cuenta con el ProPilot, sistema que puede tomar el control de freno y acelerador (control de crucero activo) y dirección (Alerta Activa de Cambio de Carril). Y en confort, audio Bose premium en opción.
En cuanto a diseño, los cambios son importantes, aunque en un primer vistazo tengamos la idea de un diseño continuista, de solo un leve restyling, lo que claramente no ocurre en este caso. De frente, tomando como referencia el actual Juke, cambios muy importantes, más allá de mantener las luces principales en «formato antiniebla» (con original distribución interior). Enorme parrilla «en V», adaptándose a varios de sus hermanos. Luces LED tipo Fiat Toro y un aspecto general macizo. Atrás, más «ortodoxo», con nuevas ópticas, más tradicionales y un diseño más cuadrado. Al igual que en el frontal, aspecto más «limpio».
En el perfil, notamos que se trata de «otro auto». Parabrisas más inclinado, luneta con mayor caída, capot con mayor caída; en fin, grandes cambios, más allá de mantener el «aire de familia». Adentro, cambios drásticos. Por lo pronto, un notable aumento en la calidad percibida; ahora con más aspecto de «auto premium» (sin serlo), manteniendo salidas de aire circulares , incorporando gran pantalla central, nuevo volante y consola central. Aunque «sobre gustos no hay nada escrito», nos parece muy acertado el rediseño del Nissan Juke, aunque, como siempre, el mercado tendrá la última palabra. Lamentablemente, lejos de nuestro mercado argentino.
