Tema polémico, si los hay. Hoy está instalado, no sé si por los gobiernos, por las automotrices, por la prensa, por los ambientalista, o por un mix de lo anterior, que el motor a combustión es veneno y motor eléctrico es una pradera cubierta de flores. Ni lo uno ni lo otro. Veamos. Los motores térmicos despiden CO2 al medio ambiente, pero también NOx, y otras sustancias contaminantes. Esto es así, dato de la realidad. Más allá que los motores evolucionan y van equipando sistemas que buscan minimizar estas emisiones, lo cierto es que contaminan. Por otro lado, los eléctricos no producen combustión ni trabajan con combustibles fósiles, con lo cual, a priori, son «limpios» para el medio ambiente.
Esto no es tan así, o en todo caso, hay que hacer un análisis un poco más profundo. Sin entrar a fondo en el tema (para eso se han escrito libros enteros con análisis bastante completos), hay dos cuestiones importantes que hacen que lo anterior sea relativo, y en todo caso, dependa de otras variables. Me limito a mencionar dos cuestiones. Por un lado, hay que incluir un nuevo concepto y es el de «contaminación de principio a fin», y a partir de ello, debemos analizar, no solo el combustible («petróleo vs electricidad»), sino también todo el ciclo de vida del auto, desde que se fabrica hasta que se desguace. Y algunos estudios indican que la fabricación de un eléctrico implica un 50% más de emisiones que uno con motor térmico. Esto, antes de llegar a su propietario.
Por otro lado, puntualmente las baterías de los eléctricos son altamente contaminantes una vez que finalizan su ciclo de vida y son dejadas en algún lado, si es que no se las recicla adecuadamente. Se trata de un componente muy contaminante, mucho más que una batería de auto térmico (por los materiales utilizados). Y otro factor, para mí muy importante, tiene que ver con la forma en que se genera la electricidad que llega al cargador de ese vehículo eléctrico. No es lo mismo electricidad generada de manera limpia (eólica, solar, biomasa, etc.) que a través de centrales térmicas, a gas, fuel oil, etc. Y no es un dato de menor, sobre todo en nuestra región, donde la generación limpia es casi insignificante. Sí, en el futuro el aporte de los métodos anteriores será mayor, pero falta bastante.
Quede claro, no estoy en contra de la movilidad eléctrica. Sí creo debe hacerse un análisis racional y completo, incluyendo otros factores, además de los mencionados, que no suelen mencionarse. La transformación tan repentina a lo eléctrico implica problemas de insumos, de post venta, de repuestos, y mirando «un poquito más allá», dado que los BEV o EV (Battery Electric Vehicle) tienen menos componentes, resultando más sencillos que los motores a combustión, quedará mano de obra desocupada en el corto plazo. Esto no tiene que ver con las emisiones pero sí con cuestiones que afectarán de un modo u otro a las automotrices y al mercado.
Hace un año adelantábamos la idea de Europa de prohibir motores térmicos a partir de 2035, y a comienzos de este año nos preguntábamos si había esperanza de vida para los motores a combustión. Lo cierto es que la Unión Europea se mantiene firme en su intención de prohibir la venta de motores, no solo a combustión puros, sino también a híbridos. Solo se podrán vender eléctricos desde ese año, si prospera su intención, lo que seguramente sucederá. El primer europeo en plantear diferencias ha sido Alemania, la que ha expresado que «Alemania no aceptará la prohibición absoluta de motores a combustión». Y ahora se han sumado otros 5 países. Italia, Bulgaria, Portugal, Rumania y Eslovaquia, que también están pidiendo se revea la ¿drástica? medida.
En definitiva se pide que, antes de establecer el rígido límite de 2035 para la prohibición de motores térmicos e híbridos, se haga de manera algo más gradual. Concretamente piden que en 2035 se disminuyan las emisiones de CO2 en un 90% y recién en 2040 completar el 100%. Suena razonable, a la distancia. También piden que los híbridos puedan seguir circulando un tiempo ya que, si bien cuentan con un motor a combustión, sus emisiones disminuyen bastante respecto a aquellos. Y finalmente, que se vayan resolviendo las cuestiones pendientes del avance eléctrico: contaminación de baterías, contaminación en la producción, mejora de la red de recarga, avance en el aumento de especialización en las nuevas tecnologías y varias cuestiones más. ¿Y el hidrógeno? Lo dejamos para otro capítulo. ¿Dictaminará finalmente la UE que en 2035 mueren los motores tal como los conocemos?