A esta altura no resulta novedoso encontrar modelos con motores más chicos, que mantienen prestaciones, mejorando consumos y emisiones contaminantes, respecto a equivalentes de mayor cilindrada. Downsizing.
Si bien nuestro país -históricamente- no ha sido muy propenso a motores de baja cilindrada (eran otras tecnologías y prestaciones, claro), en Europa el downsizing se ha convertido en protagonista de peso en la industria automotriz.
Y así encontramos el Ford Focus III con motor de 1000 cm3 y 100 CV, ya mostrado en Automotiva, o el Citroën C5 con el 1.6 VTi de 120 CV, configuraciones que -seguramente- poca repercusión tendrían en Argentina.
Y específicamente referido a segmentos más bajos, nos encontramos con el Fiat Punto equipado con el motor 0.9 L (900 cm3) y 85 CV, con el que consigue alcanzar suficientes 170 km/h, con un consumo en ciudad de 4.9 l/100 km y 98 g CO2/km de emisiones contaminantes. Su equivalente «no downsizing» podría ser el 1.4 de 77 CV, que llega a los 165 km/h, pero aumentando consumo y emisiones, llegando a los 7.3 l/100 km para el primero y 133 g CO2/km para el segundo.
Conclusión: con un motor un 40% «mas chico», se mantienen o mejoran prestaciones, y bajan drásticamente consumo y emisiones.
Esto no constituye una novedad en el viejo continente. Lo que probablemente sí sea curioso es que Citroën haya decidido ofrecer una versión del DS3 equipada con el 1.2 de 82 CV. Actualmente, el DS3 de menor potencia es el 1.4 VTi de 95 CV. Aquí sería difícil vender un DS3 con 80 CV ya que se asocia al modelo con lo prestacional, pero no resulta descabellado en Europa, y más aún en el contexto complicado actual. Aún así, no deja de ser novedoso y tal vez arriesgado.
La otra novedad importante relacionada con DS3 es que podría ser fabricado en Brasil en 2014. Teniendo en cuenta que ya se vende allí por USD 40.000, mientras que en el viejo continente cuesta USD 27.000, el proyecto de lanzamiento industrial suena razonable. Y mucho más cuando DS3 se monta sobre la plataforma del nuevo C3, que será fabricado (junto a su primo hermano Peugeot 208, con quien comparte genes) en Brasil, con lo cual, el costo de producirlo allí se verá reducido y será absolutamente viable.
Sin dudas hay un prejuicio ¿justificado? respecto a que la mano de obra (y materiales) Mercosur, y sobre todo Brasil, está lejos de la europea o norteamericana (las X de BMW vienen de allí).
Creo que la brasilera ha evolucionado muchísimo, y de hecho hay modelos muy prestigiosos (Civic, Corolla) que usan mano de obra del vecino país. Probablemente, comparando el DS3 actual llegado de Francia y el «futuro Mercosur», encontremos alguna diferencia cualititativa, tal vez más en materiales que en terminaciones, pero el costo será bastante inferior.
¿Cual costo?
Acá aparece el tema a debatir. Seguramente habrá una reducción en el precio, pero no de la misma magnitud que la reducción de costos para Citroën. Parte irá también a mejorar la rentabilidad del modelo, como ocurre con muchos -o todos- los fabricantes. Así ocurrió, por mencionar un ejemplo, cuando Mitsubishi L200 dejó de importarse del continente asiático para llegar desde Brasil. Hubo poca -por no decir ninguna- variación en su precio final.
Citroën DS3. Podría fabricarse en Brasil, pero recién hacia fines de 2013, contemporáneamente a la producción de los nuevos C3 y 208 en aquel país.