Venimos hablando de la nueva generación de la Duster (Dacia y Renault) desde hace tiempo. Y en ella hay grandes expectativas, dentro y fuera de Groupe Renault. Creo que la primera generación de Duster fue excesivamente austera, low cost y con un diseño bastante tosco. Aun así, el mercado no le dió la espalda y tuvo una gran performance comercial. La segunda, la actual, mejoró bastante en distintos aspectos, desde motorizaciones (sobre todo con el muy eficiente motor 1.3 TCe) hasta diseño, pasando por la calidad de materiales y de construcción, que sin ser premium ni mucho menos, mejoró de manera notoria. De todos modos, desde Dacia prometen que esta tercera generación será superior en todo, manteniendo, de todos modos, y en cierto sentido, el espíritu low cost.
Espíritu low cost que no significa rememorar aquellos Dacia R12 de los 90s, y que llegaron a nuestro país. Muy por el contrario, hablamos de una relación precio/calidad eficiente, sin lujos, sin excesos, cumpliendo de manera funcional y práctica. Y la nueva generación deberá mantener su contenido precio (25,000 euros hoy en Europa) para seguir con su excelente performance comercial, gracias a la cual ha vendido 2.3 millones de unidades desde que fue lanzada en 2010. Entendiendo que la magia no existe, la nueva Duster mostrará una imagen muy moderna e interesante, más bien cuadrada, «más SUV», cercana al futuro Bigster, con mayor equipamiento, pero sin sorpresas en materiales y calidad de terminación; seguirán siendo los esperables en el segmento.
Sí presentará un cambio importantísimo; la plataforma dejará de ser la antigua B0+ del actual para pasar a la más moderna CMF-B del grupo Renault. La misma de los actuales Clio, Captur, Arkana y otros. Una curiosidad ¿negativa? viene de la mano de las motorizaciones, dado que no contaría con el eficiente 1.3 TCe (del actual, que probamos y nos encantó), sino un 1.0 tricilíndrico para las versiones iniciales y el híbrido 1.6 E-Tech también presente en algunos de sus parientes del grupo, con una potencia de 140 CV. No crecería fuertemente en dimensiones, quedándose cerca de los 4.34 m de la actual. Estéticamente se basará en Bigster con un estilo más agresivo y atractivo, más personal. Se fabricará en Brasil y dará lugar a una nueva generación de pick up Oroch que saldrá de Santa Isabel, además del Kardian, sucesor de Sandero que en breve se presenta en Brasil.