Audi A3 nació en 1996 como una variante premium de su primo hermano Volkswagen Golf, compartiendo plataforma (y bastante más), lo que sigue ocurriendo en esta 4a generación que acaba de presentarse, tomando una evolución de la plataforma MQB, al igual que el nuevo Golf 8. Al igual que sucedía con el anterior, solo habrá variantes 5 puertas (y sedán, que llegará más adelante). Por supuesto, siempre resulta de interés conocer las variantes más «picantes» de A3, como la S3 y la RS3, que llegarán más adelante. En la generación actual, y tanto en versiones de 5 puertas como de 4, llegan a los 300 CV en el primer caso (2.0 TFSI) y a los 400 CV en el segundo (2.5 TFSI).
La oferta inicial en motores mantiene lo visto en la generación actual. Un naftero de 1.5 litro y 150 CV (35 TFSI) y los diesel de 2 litros y 116 CV (30 TDI) y 150 CV (35 TDI). Podría incorporar más adelante el eficiente 1.0 de 3 cilindros y 110 CV (30 TFSI) y variantes híbridas, con base en el 1.5 TFSI y un motor/generador eléctrico de equivalentes 12 CV con batería de 48 V, constituyendo lo que se conoce, en realidad, como micro híbrido o Mild Hybrid. Cajas manual de 6 relaciones o S-Tronic de doble embrague y 7 relaciones. Llantas de 16″ a 19″. En el interior, mantiene el tablero digital Audi Virtual Cockpit, contando con audio Bang&Olufsen. El interesante equipamiento en seguridad de sus parientes estará en el nuevo A3 Sportback, con ayudas a la conducción. Incorpora también el HUD (Head Up Display) y un elemento muy interesante: el climatizador con mandos manuales, que también hace a la seguridad activa, para no distraer la atención del camino. Bien.
Estéticamente, y como era de esperar (por varias razones) no hay cambios drásticos ni de concepto respecto al actual A3, manteniendo la «filosofía» estética. En el frente todo nuevo y todo continuista. Nuevas ópticas, parrilla «apaisada», y sector antinieblas agresivo, algo rebuscado. Atrás, nuevas ópticas y nuevos detalles en paragolpes, no mucho más. En el perfil, donde siempre se advierte de manera certera la magnitud de los cambios, debemos agudizar la vista para encontrar las diferencias. Techo más bajo, luneta más inclinada (ambos, levemente), capot algo más corto y lateral algo «menos limpio», con pliegues y cambios de volumen. En el interior sí, cambios importantes. Tablero digital similar, pero con nuevas salidas de aire, en posición poco habitual y formato rectangular, pantalla central integrada, volante con sector central trapezoidal y aspecto muy diferente al actual. Más moderno, más tecnológico, más minimalista y hasta más refinado diría. Otro elemento importante que incorpora es la comunicación Car-to-X, que permite que el A3 se comunique con otros autos y sistemas (semáforos por ejemplo), algo muy interesante aunque de poca utilidad en muchos países que no cuentan aún con esa infraestructura tecnológica.
Audi A3 2020. Atractivo, continuista, tecnológico, y con un estilo que nos recuerda al e-tron y a su hermano SUV el Q3, recientemente renovado. Llegará a nuestro país, claro, estimamos hacia fines de este 2020.