A fines de 2018, Mitsubishi presentaba la nueva L200 (Tritón para algunos mercados), con cambios visuales importantes, si bien se trataba de un rediseño, profundo en el sector frontal y a mediados del año pasado hablábamos de la totalmente nueva generación que la marca japonesa preparaba, ahora basada en su prima dentro de la alianza Renault Nissan Mitsubishi, nuestra Frontier, aunque en la nueva próxima generación. Finalmente, hace un par de meses, contábamos acerca de la fecha de presentación oficial de la nueva L200; hoy. Y es lo que estamos mostrando, con cierta sorpresa por su aspecto final.

Y este asombro tiene que ver con el cambio radical, profundo, absoluto, de raíz, que muestra esta nueva generación. Mirando las imágenes comparativas (más abajo), podemos comprobar el cambio conceptual que aplicó Mitsubishi, algo previsible, de todos modos, basándose ahora en su prima Nissan Frontier. De todos modos, mirando también la comparación visual con aquella, solo podemos encontrar grandes similitudes en el sector lateral; excelente trabajo de Mitsubishi para no caer en un modelo «gemelo», sino, aún tratándose del mismo vehículo origen, presentando un diseño con personalidad y diferente. Si es linda o no, es otro tema, totalmente subjetivo.

Mecánicamente no presenta grandes novedades, aunque sí alguna. Mantiene el eficiente motor de 2.4 litros, con potencias de 150 CV y 184 CV, valores similares a la actual, pero agregando una variante de 204 CV, más acorde a lo que presenta la competencia (en cuanto a 4 cilindros). La posible opción más potente (naftera seguramente) vendrá de la mano de Ralliart, más adelante. Diferencial central bloqueable y dos variantes diferentes de sistema de tracción. Mitsubishi asegura haber mejorado la resistencia a la flexión en uno 40% y a la torsión en un 60%, interesante. Caja manual o automática de 6 relaciones. En este punto me genera cierta sorpresa también ya que, por un lado, no toma el motor de sus casi hermanas gemelas Nissan Frontier y Nissan Alaskan (por reducción de costos aprovechando más la sinergia) y además presenta caja AT de 6 relaciones, cuando hay varias con 8 y hasta 10.

Estéticamente, como me gusta decir, los cambios son absolutos. Mirándola, cuesta adivinar que estamos ante una L200. Elogios a Mitsubishi por animarse a innovar, saliendo de su tradicional aspecto por años, décadas diría. ¿Me gusta? Bueno, esto es algo totalmente subjetivo. Creo que cuesta «digerirla» de entrada, por un sector frontal algo exagerado, con una parrilla rara, quizás antigua (esto no es malo per sé) y de gran tamaño. Mantiene el concepto lumínico de luces diurnas LED bien arriba y las principales simil antinieblas, como se usa desde hace varios años. Robusta, musculosa, quizás algo tosca. Atrás nunca se innova demasiado en pick ups pero me parece atractiva, y en el perfil, también logrado.

Cambios más radicales aún en el interior, donde se diferencia por completa de sus parientes de la alianza. Moderna, con rasgos Outlander, con gran aumento de la calidad percibida, abandonando redondeces en la plancha, con enorme pantalla táctil central, pero muy bien integrada y (de nuevo) curiosamente, tablero analógico. No es que no me gusten sino que llama la atención la ausencia de lo digital en esta época, aunque lógico conociendo su origen (Frontier). En resumen, creo que ha perdido cierta armonía/elegancia de la actual, ganando también en modernidad, pero sobre todo, adaptándose a la sinergia del grupo. La nueva L200 llegará a a nuestro mercado, igual que las generaciones anteriores, aunque seguramente recién a mediados de 2024.