El tema de la entrada en vigencia de la prohibición para vehículos no eléctricos a partir de 2035 (incluye a los híbridos) viene generando voces de alarma en la industria automotriz. Akio Toyoda, el mismo Carlos Tavares en su momento, Luca De Meo, y en este caso el CEO de Mercedes-Benz. Quien, además, lidera ACEA, la Asociación Europa de Fabricantes de Vehículos, y desde ese rol, creo que ha expresado de manera sintética y perfecta la situación del sector. Porque aquellas voces, incluida la del alemán, no están en contra de la movilidad eléctrica, sino de la forma en que se está dando esta transición, y lo rígido de la postura del parlamento europeo respecto al pedido de flexibilizar esta transición.
«La industria automotriz europea ha invertido 250,000 millones de euros en desarrollos eléctricos, y sin embargo las ventas de los EV no reflejan esa situación». Poco para agregar. Hoy por hoy, solo el 15% de los vehículos que se venden en el viejo continente, son eléctricos. Sin embargo, la proporción de las inversiones destinadas a ellos son mucho es mucho más alta, pero mucho, que las de motores térmicos (que estaban casi en cero) y hasta híbridos, si bien, esto está cambiando en el último tiempo. Entonces, es simple: si yo invierto la mayor parte de mi presupuesto de varios años en desarrollar vehículos eléctricos, pero luego se venden en cuenta gotas, estoy en un serio problema. Y la industria europea vaya si lo está, además del gran «grano» que es China, que da para escribir un libro…
Claro, el combo está formado por varios «componentes» que hacen muy complicada la situación de la industria europea. Además del desfasaje inversión vs ventas de eléctricos y de China, el precio de los autos en general está subiendo, y esto está envejeciendo el parque automotor en el continente. Ya va por 12 años su edad promedio y sigue subiendo año tras año. Esto hace que se usen vehículos más contaminantes y termina complicando el tema emisiones. Si los eléctricos, además, son caros y no tienen ayudas gubernamentales (además de la falta de infraestructura de estaciones, etc.) el parque automotor continuará envejeciendo y los gases enviados a la atmósfera, lejos de reducirse, aumentarán.
En 2007 se vendieron 16 millones de autos en Europa, mientras que en 2024, solo 10.6 millones. ¿Qué piden desde la industria? Bueno, varias cuestiones. Que se flexibilice el límite 2035 para la prohibición de vehículos no eléctricos, más que eso, que se de mayor tiempo de vida a las soluciones híbridas (no hasta ese año), que aumente la red de carga, que haya más subsidios para la compra de eléctricos, y que haya mayor flexibilidad, al menos temporal, para las emisiones de CO2. Sino, por más inversiones que se hagan en movilidad eléctrica, el parque automotor seguirá envejeciendo y la situación empeorará.
