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El Cóndor-Copina. Histórico prime, con Renault Kardian

Renault Kardian en los puentes «colgantes»

No hablamos de 18.5 km más de los muchos caminos de la geografía cordobesa. Junto con Giulio Cesare-Mina Clavero (o San Lorenzo) son los más representativos del rally mundial en nuestro país. Claro, sí, hay varios otros muy conocidos y concurridos, en el Valle de Punilla, en Calamuchita, en las Sierras Chicas; casi que todos son espectaculares (o eran) por una u otra cosa. Y ahora que pareciera que hay grandes chances de volver a recibir al Rally Mundial en su máxima categoría WRC, no resulta mala idea desandar (una vez más) este espectacular camino. Y cambiando el orden habitual, adelantamos este «viaje» y dejamos para más adelante el test del nuevo Renault, fabricado en Brasil e inaugurador de una nueva etapa en la marca.

En algunas partes, suelo complicado para un «no 4×4»
Primeras horas del amanecer, un privilegio disfrutarlas en «El Cóndor-Copina»

Muchas pasadas por el famoso prime mundial, por mencionar algunas, con Volkswagen Amarok V6, con KIA Sportage y con Jeep Compass, entre otras. Recuerdo la única vez que estuvo realmente intransitable y que no me animé a pasar a bordo de un BMW X1 (por el bien del auto…). Arrancaba un sábado temprano, y a las 08:18 hs (para ser exactos), estaba en el comienzo del tramo, pasando el famoso parador El Cóndor. El recorrido amerita múltiples paradas, casi diría «a cada metro», pero bueno, la idea tampoco era hacerlo «tan turista». Cada vez que voy, en general, suelo encontrarme, no tanto con autos, pero sí con ciclistas o caminantes. En esta ocasión, «El Cóndor-Copina» estuvo para mí y el Kardian solos.

Desde acá ya se divisa el primer puente colgante (el 5° siguiendo la nomenclatura habitual)

Y hablando del último Renault presentado, ya lo había probado en ruta, en caminos y manejo deportivo, en trayectos urbanos, todos con muy buenas sensaciones a bordo, así que este prime, que suele estar en mal estado (regular en el mejor de los casos) era lo que faltaba para redondear mi opinión que luego comentaré en la nota del test, en unos días. Así como un trayecto sinuoso de montaña, en asfalto, técnico, deportivo, no es el más favorable, al menos «en los papeles» para un modelo como el Kardian, tampoco este camino es el ideal. Adelanto alguna conclusión; se mostró muy a gusto y muy eficiente en el manejo deportivo exigido, no tanto en este tipo de caminos.

El árido paisaje y el Kardian protagonista
Comienzo del tramo desde El Cóndor

No es que carezca de robustez estructural ni que sea débil a nivel suspensiones, etc. Simplemente la sensación a bordo (lo que se siente «abajo») no es la mejor, y en todo caso el ámbito en el que menos a gusto se sintió. Claro, circulando despacio, paseando, esto casi no se nota, pero si se lo exige un poco en pisos en mal estado, no se muestra tan cómodo, como sí y mucho en ciudad, ruta y trazados de montaña. Y acá ayuda la cámara frontal, que permite ir viendo lo pasa debajo de las ruedas delanteras. Sí, no es para estar todo el tiempo mirando la pantalla, pero permite, ante la duda, corroborar desniveles sin bajarse.

Otro sector complicado
Paisajes que gratifican los sentidos

Aunque no tiene el despeje de un SUV, es lo suficientemente alto como para transitar este tipo de caminos sin inconvenientes. Aunque no estaba destruido el camino, en ningún lugar tocó abajo ni siquiera rozó alguna parte baja. Si bien esto es más para el manejo deportivo, la caja de doble embrague y 6 relaciones, muy rápida y eficiente, no permite un manejo secuencial permanente; solo se puede cambiar con las levas pero en acto vuelve al modo automático. Y aunque en este trazado, encima en bajada, el motor se usa poco (más los frenos o en todo caso marchas bajas), me sorprende saber que este 1.0 turbo de3 cilindros tiene solo 120 CV; parecen bastante más.

Es un tramo que, sobre todo en época de lluvias presenta un suelo complicado
Inicio del sendero al Pozo de la Ganza (no tan simple para ingresar)

A las 09:09 y luego de 12 km llegaba al primer puente «colgante» (el «último en realidad»). Aunque todo el trayecto es muy pintoresco, sin dudas lo más «magnético» está en los 6 km entre la primera y la última de estas maravillas (al menos para la época; hablamos de más de 100 años de antigüedad). No solo los puentes; todo el camino abierto inicialmente al menos en parte con «pico y pala», en un terreno donde no abunda la tierra fértil precisamente; casi todo es piedra. Aunque en las muchas oportunidades que fui a ver el rally mundial, nunca lo hice en este tramo, no puedo dejar de imaginar la adrenalina de «venir cruzado» y enderezar el auto justo antes del puente, como también la histórica foto en el «Puente del Cura», en otro icónico tramo, «Giulio Cesare – Mina Clavero».

Pozo de la Ganza (imagen Cadena 3)

Casi 11 minutos después llegaba el último, marcando el odómetro 14.6 km desde que dejé el asfalto en El Cóndor. Muy cerca del segundo puente arranca un sendero muy conocido y frecuentado por grupos de trekking, que lleva al Pozo de la Ganza y otros parajes espectaculares. Un poco más de tierra y se llega a Copina propiamente dicha, con un pequeño caserío, Posada Las Vertientes y un par de lugares más. Y de ahí, el último tramo, prácticamente recto hasta llegar al empalme con la ruta 14, que permite volver a Córdoba por Carlos Paz (Cuesta Blanca, Icho Cruz, etc.), por Bosque Alegre/Falda del Carmen o Las Jarillas. Hasta la próxima visita, y ojalá que sea en el rally mundial ¿2027? En breve el test.

El Renault Kardian trepado, a un costado del camino

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