Hemos hablado mucho de Carlos Tavares, como también de Sergio Marchionne en su momento, de Carlos Ghosn, de Luca De Meo; en fin, son grandes actores del mundo del automóvil y sus acciones y declaraciones no pasan desapercibidas. No debe ser fácil ser CEO de un grupo como Stellantis con tantas marcas, empleados, modelos y diferentes realidades. El ex líder de PSA (2014) viene siendo protagonista en los últimos tiempos y por varios motivos que hemos comentado en diferentes notas. Su visión respecto a los peligros de la transición brusca hacia la movilidad eléctrica (no es el único), su posición frente al poderoso gremio UAW de Estados Unidos, la aclaración de «no venta» de algunas marcas en situación complicada (Maserati, Chrysler, etc.), entre otras.
Tamaña responsabilidad tiene su precio, claro. Tavares embolsó USD 40 millones en el último año. La verdad es que no sería exacto decir que ha sido echado de Stellantis, ni mucho menos. Pero tampoco lo opuesto. Su mandato termina en 2026 y aunque ya corrían rumores respecto a si se renovaría su cargo, la misma Stellantis ha confirmado que se buscará sucesor y por lo tanto no tendrá continuidad Don Tavares. Su aporte a la industria automotriz ha sido importante, hay que reconocerlo; aún con su estilo controversial, como casi todo líder. Stellantis está inmersa en una fuerte restructuración, a partir de una complicada situación en Estados Unidos, algo mejor pero difícil en Europa con el parate eléctrico, y de hecho ha anunciado numerosos cambios en altos cargos, además del de su líder.