No nos engañemos. Jaguar Land Rover nació en 2008, pero su historia es centenaria. Ese año el grupo indio Tata tomó el control accionario de ambas empresas británicas, icónicas, conformando el nuevo grupo premium. Antes, en 2002. su anterior propietario, Ford, ya las había agrupado, dando inicio a una nueva «marca» de enorme peso histórico. Hemos escrito mucho sobre ellas en Automotiva. Me gustan los autos británicos, mucho, y tanto Jaguar como Land Rover, representan el más puro estilo inglés (junto con Rolls-Royce, Aston Martin y Bentley). Ahora, el grupo presenta varias novedades. Una nueva imagen corporativa y logo JLR, pero más importante aún, se crean 4 marcas (2 nuevas en realidad).
Jaguar y Range Rover ya existían como tales. Algo menos Range Rover, ya que no era exactamente una marca, si bien en la práctica sí. Ahora se suman Discovery y Defender, que ya no serán modelos sino marcas con identidad propia. Desaparece Land Rover como tal, aunque seguirá viva a través de ambos, claro. Y el posicionamiento de las marcas será el esperado. Jaguar será solo eléctrica, continuando en el mundo de los deportivos de altas prestaciones y refinalmiento. Range Rover algo similar, pero en el mundo de los todoterreno, transformándose como toda la industria en una marca totalmente eléctrica pero con motores a combustión e híbridos por un tiempo más. Defender seguirá siendo la opción más pura a nivel Off Road y Discovery combinando ambos mundos; también el del refinamiento. ¿Cambios enormes? En la práctica no, pero no deja de ser un reordenamiento en Jaguar Land Rover, marcas presentes en Argentina.