Seguramente, hace 20 ó 30 años, si hubiéramos escuchado que Mercedes-Benz firmaba un acuerdo de cooperación con Renault-Nissan, definitivamente no lo hubiéramos creído. Es que, el mundo del automóvil ha cambiado tanto -en muchos aspectos- que lo que hoy parece normal, tiempo atrás hubiera sido catalogado como demencia.
Ya no alcanza con ser eficiente, con «saber hacer», con tener historia. Hoy el mercado automovilístico es muy dinámico y por eso aparecen acuerdos de colaboración, fusiones, sinergias; apuntando a ser más eficientes, no solo en calidad y producción, sino también (tal vez lo que más se busca) en la reducción de costos.
Hace unos años, Renault y Nissan iniciaron un camino que -hoy- podría definirse como «virtuoso», aunque en su momento generó muchas dudas, sobre todo por la situación financiera de Nissan, que si bien había salido de la bancarrota (con Carlos Ghosn al frente), seguía siendo frágil. Renault cuenta con el 44.4% de Nissan, y ésta con el 15% de la francesa. Y vaya si ha sido exitosa la experiencia franco-nipona. Algo similar está ocurriendo con Fiat, que ya tiene -casi- el 60% de Chrysler.
Por otro lado, Mercedes-Benz comprendió hace tiempo que los consumidores habían cambiado, que ya no bastaba con construir vehículos de alta calidad, grandes motores y dimensiones.
El perfil de «señor mayor con buena posición económica» ya no rendía, no alcanzaba. Sin ir más lejos, Audi se le metió por varios costados descuidados.
Y Mercedes cambió. A las pruebas me remito: el CLS (coupé de 4 puertas), los Clases A y B, diseños cada vez más osados, el SUV GLK (que estamos probando), la asociación con la «relojera» Swatch para producir los Smart, etc.
En un nuevo capítulo de «colaboraciones estratégicas», Renault proveerá su «know how» para el desarrollo de un utilitario pequeño para Mercedes-Benz (¿Citan?), algo así como una Kangoo alemana. A su vez, ambos grupos trabajarán en conjunto para el desarrollo de la tecnología para los eléctricos, algo en lo que la francesa se viene distinguiendo del resto.
Pero también Renault se servirá de Mercedes. Aprovechando la experiencia de la alemana en el diseño y construcción de autos de lujo (su principal fortaleza), y el déficit francés (y de Renaul) para crear autos de lujo exitosos, la marca del rombo heredará plataformas y mecánicas para su nuevo «buque insignia».
El fallido Vel Satis reemplazó al Safrane (que se vendió en Argentina) en 2001, pero no consiguió el éxito esperado -en lo que mucho tuvo que ver su diseño demasiado vanguardista- y terminó su vida comercial en 2009.
Renault intentó una solución parcial con el Latitude, eficiente modelo desarrollado para la coreana Samsung (propiedad de la francesa), pero que no tiene el «armamento» necesario para pelear a los premium europeos, o intentar acercarse al menos.
La colaboración Renaul–Nissan y Daimler sigue avanzando, pero por ahora no se habla de compras ni intercambios accionarios.