Las automotrices están desorientadas, y no es para menos. Tal vez minimizaron el avance chino (hoy imparable), seguramente nadie preveía que los eléctricos que venían «arrollando todo a su paso» tuvieran grandes caídas de ventas, el sector en general está con menores ventas y mayores costos o menor rentabilidad; combo difícil de afrontar. Sí, la decisión es apostar varios años más a los híbridos, pero cuando se han gastado enormes cantidades de dinero para desarrollar EVs, no resulta sencillo (ni barato) dar un golpe de timón instantáneo. Sí, al frente no está el iceberg que desafió (y venció) al Titanic, pero no deja de ser una situación delicada para la industria del automóvil en general, y hemos comentado varios casos.
Se suma Mercedes-Benz. Hace un mes hablábamos de la caída en las ventas de la marca alemana. Ahora, la frase de uno de sus líderes da miedo: «Debemos recortar varios miles de millones de euros por año». ¿Algo más para agregar? Quizás a partir de esta situación también se entienden los rumores cada vez más fuerte de la venta de las operaciones en Argentina, al menos de automóviles, de las que se haría cargo un inversor. En números trimestrales, las ventas de Mercedes a nivel global han caído un 64% (los beneficios operativos en realidad), algo imposible de sostener en el tiempo. ¿Por donde pasará la restructuración? Seguramente por donde pasa en general en estos casos: cierra de alguna/s planta/s, despido de parte del plantel, reducción de proyectos en desarrollo, en fin, lo habitual cuando los números están en rojo. Días malos para las automotrices (en general), veremos como sigue esta historia.