Muchas marcas han desaparecido en el mundo del automóvil. Algunas centenarias, o de largas décadas, como mínimo. Y quizás la mayoría en el mercado norteamericano, y de la mano de General Motors, como Oldsmobile, Saturn, casi Buick, Pontiac, y varias más. Lincoln pertenece a Ford y existe en su mercado natal norteamericano, en China (donde es muy fuerte) y no en muchos más (México por ejemplo). Desde que nació en 1917, y comprada por la marca del óvalo 5 años después, fue sinónimo de lujo y refinamiento. Modelos inolvidables como el Town Car, el Mark, y enormes limousinas, aunque hoy solo vende SUVs (y un sedán en China).
Y uno de sus modelos más representativos en Estados Unidos, es el Navigator, un SUV de grandes dimensiones, que nació bastante más humilde, como versión un poco más lujosa del Ford Expedition, aunque hoy se muestra muy evolucionado en diferentes aspectos. Para el modelo 2025, Lincoln ha aplicado una puesta al día, básicamente estética, una actualización de mitad de vida comercial (de la actual generación). Nuevas llantas de 22″ y 24″, un sistema de apertura compuesto del portón trasero, audio Revel con 28 parlantes. Una marca especializada en parlantes, nacida en 1996 en aquel país.
Además, butacas con masajes, conducción semiautónoma, posibilidad de cambio de carril de manera «automática» al colocar luz de giro (si los sensores no detectan un auto en ese carril) y varios sistemas más. Mecánicamente, un V6 de 3.5 litros h 446 CV, con tracción integral y caja automática de10 relaciones. A lo norteamericano, todo grande, potente y hasta exagerado. Estéticamente, es un monovolumen clásico, elegante, con un sector posterior que me recuerda al nuevo Hyundai Santa Fe. En el interior, pantalla todo a lo ancho, enorme, con alta resolución, además de otra inferior y alta calidad percibida. Volante chato y materiales nobles, apuntando a sus rivales Cadillac para hablar de los nativos. Aunque vienen en franco descenso en el mundo, todavía tienen vida por delante en Estados Unidos.