En esta ´´época de la industria automotriz que nos toca vivir, en la que «diariamente» sucumben históricos modelos, dejando su legado a otros, generalmente SUV o crossover, y con movilidad eléctrica (BEV o EV), habiendo casi desaparecido los híbridos, al menos en cuanto a previsión futura, lo que ocurra con modelos deportivos históricos como Challenger, lleva a conjeturas, idas y venidas, anuncios y contra anuncios, etc. Y es que, por ejemplo, hace un año Stellantis confirmaba sucesores eléctricos para Dodge Challenger y RAM, dos icónicos modelos de la industria norteamericana.
Hace poco dábamos cuenta de una nueva «vuelta de tuerca» para la inolvidable coupé, con mayores prestaciones. Noticias por carriles opuestos, al menos aparentemente. De todos modos, las posibilidades de tener un Challenger (y lo mismo para Charger) naftero, son pocas; sí, bastante pequeñas, aunque no nulas. Incluso hay algunas opiniones oficiales de la marca, algo contradictorias. Nos permitimos soñar entonces con sucesores… al menos híbridos, para ambos, si bien están confirmadas las variantes BEV (Battery Electric Vehicle). Resulta casi imposible que no recurran a la hibridación. Otra duda es si el motor V8 HEMI, cuya defunción ha sido anunciada, tendría chances de seguir, o todo recaerá en el nuevo motor Hurricane de 6 cilindros y 3 litros que ya está renovando las mecánicas de algunos modelos dentro del grupo.
Me inclino más por esta opción. Por otro lado, recordemos que las nuevas plataformas de Stellantis serán las STLA (Small, Medium, Large y SUV), todas pensadas para la electrificación. ¿Cómo encajaría la STLA Large en un Challenger naftero o híbrido? Como sea, circulan rumores que habrá una última generación de Dodge Challenger y Charger que llevarán motores nafteros, seguramente en configuración híbrida, quizás con el nuevo Hurricane V6 y con caja ZF de 8 relaciones. Hay que tener en cuenta que el actual Challenger lleva 15 años en el mercado, y Charger 12. En 2023 se presentarán sus reemplazos, quizás a fines de este 2022, y nos queda alguna esperanza que Stellantis presente los últimos con motor a combustión. Resulta muy probable que sean versiones potentes, de más de 300 CV. Ojalá.