Nissan Frontier argentina no era alguien desconocida para nosotros. La habíamos conocido en su presentación en el sur argentino, probándola poco tiempo después, con gratas sensaciones a bordo. Y aprovechamos la ocasión de tener que viajar (desde Córdoba) a San Juan y Mendoza, para volver a compartir horas y kilómetros, aunque en este caso, de un modo más relajado, «menos frío», y de paso, comprobar cuán complicado era el ingreso a las 3 provincias cuyanas en plena -eterna- cuarentena, o distanciamiento social, si se prefieren términos más edulcorados. Y además, nunca viene mal volver a pisar tierras mendocinas y sanjuaninas, con la imponente Cordillera de Los Andes como testigo permanente.

Salía de Córdoba un jueves a las 06:30, siendo consciente que, si bien en condiciones normales, el viaje a Mendoza puede demorar unas 7 horas, con las restricciones consecuencia del Covid, ese tiempo podía ser bastante mayor. Y vaya si lo fue: recién a las 18:30 estaba ingresando a Mendoza por el Acceso Este, 12 horas, ni más ni menos. Claro, poco menos de dos horas de esas 12 fueron de «recalcular», porque no sabia que la ruta más lógica desde Río Cuarto hasta Villa Mercedes (la Ruta 8) no estaba habilitada por el gobierno de San Luis, salvo para cuestiones agropecuarias. Algo menos de 200 km de más (en total) para llegar a la Ruta 7 (Vicuña Mackenna) y desde allí al puesto fronterizo (¿fronterizo?) habilitado, sobre dicha ruta. Llegué a ese punto (Provincia de San Luis) a las 12 de ese jueves y tras 490 km transitados a bordo de la Frontier. Y a todo esto, ¿como se portaba la Nissan?

Bueno, una de las virtudes de Frontier es su confortable andar. Mix de motor suave y silencioso, bajo ruido en el habitáculo, cómodas butacas (solo calientes en verano por el sol) y hasta buen andar en ruta, a pesar de no ser un sedán rutero sino un vehículo comercial. Y la verdad es que sin dudas Frontier se convirtió en aliada a la hora no sufrir tanto las demoradas comentadas. A esa altura el rendimiento promedio era de 12.6 km/l a velocidades promedio de 100 km/h. Había llegado a 13.3 km/h. A las 13:45 (1 h 45m después) podía retomar viaje hacia Desaguadero (límite de San Luis y Mendoza por Ruta 7). Sin palabras. A las 15 hs, parada nuevamente. Ya en la ciudad de San Luis, había que esperar el trasbordo de móvil policial. 45 minutos después, finalmente, salimos hacia Mendoza, llegando al límite a las 16:50 hs.

Solo 10 minutos después ya habíamos dejando el control limítrofe mendocino rumbo a la ciudad homónima. El control fue simplemente verificar documento, y que tuviera la app Cuidar al día con su Certificado de Circulación emitido. Bien. A esa hora el sol «hacía de las suyas» así que el A/A de la Frontier trabajaba sin descanso, y de manera eficiente. Allí el rendimiento (promedio desde Córdoba) marcaba 13.4 km/l aunque con varias detenciones y una velocidad promedio en el orden de los 90 km/h. A las 18:47 ya estaba ingresando a Mendoza, 12 horas después de haber salido de la ciudad de Córdoba. Solo 24 hs en la ciudad del sol y el vino (recorriendo distintos puntos) para luego seguir a San Juan por la Ruta 40.

En trayectos urbanos, claramente no es una pick up la mejor opción, más allá de algunas cuestiones accesorias como el «respeto a su paso» y otras que puedan esgrimirse. De todos modos, solo se complica el estacionamiento (sobre en todo en lugares chicos) ya que el excelente confort de marcha hace olvidar que estamos en un utilitario; sí, civilizado, como todas las pick ups modernas, pero utilitario al fin. Y aunque el climatizador resultó indispensable, volver a sentarse en las comodísimas pero calientes butacas de cuero, luego de cada bajada y de un rato al sol, no es la más grata sensación. Compensa con otras virtudes del cuero, claro. La jornada terminó ese primer día a las 23 hs, luego de casi 17 horas de viaje y actividades. Al día siguiente (2°) arrancamos a las 07 hs y luego de recorridos por distintos puntos de la ciudad, a las 15:30 dejábamos el pintoresco Palmares Mall para buscar la Ruta 40 y seguir hasta San Juan. En el trayecto urbano verificamos un rendimiento de 8.5 km/l aunque, como siempre recalcamos, en ciudad, el consumo es tan dependiente de varios factores, que resulta poco práctico establecer un valor que implique cierta referencia general.

Sabía que para ingresar a San Juan, además de la app Cuidar con su/s certificado/s cargado/s, como exige Mendoza, también había que contar con un análisis PCR de no más de 72 hs de antigüedad al momento de ingresar. Lo presenté y seguí viaje casi instantáneamente, llegando a San Juan a las 18 hs. Diversas tareas hasta las 20:30 hs, finalizando el día a nivel operativo. Hotel con un ingreso y estacionamiento bastante reducido, exigiendo manos de seda para el operativo (sobre todo a la salida, marcha atrás). Y es una de las pocas cuestiones negativas que «vivimos» a bordo de Frontier y que no es culpa en sí del modelo: sus dimensiones no tan aptas para espacios reducidos. Ah, me acordé de otra: el climatizador tiene escasa visibilidad con sol, poco contraste.

Amanece el segundo día (sábado) y siendo las 06:30 me retiro del Hotel para seguir rumbo a Mendoza (aparentemente no estaba habilitada la ruta «directa» a San Luis por El Encón), San Luis y finalmente Córdoba. La ruta 40 está en un estado bastante malo y es angosta, si bien el tránsito estaba casi reducido totalmente a camiones (al menos un sábado temprano y con las restricciones reinantes). Y con uno de ellos tuve un experiencia que podría haber resultado grave (no por culpa del camionero). En un punto (sin rastros de civilización…) se cruzó un perro muy grande, y al esquivarlo, viniendo un camión de frente, opté por cruzar a la banquina opuesta. Es solo cuestión de segundos (o menos) y no hay tiempo para hacer distintos análisis e hipótesis, como Maradona en el segundo gol a los ingleses. Si bien no fue de película, afortunadamente el camionero no se inmutó, y solo terminó en un lógico susto. Para destacar la nobleza de la respuesta de la Frontier cruzando a la banquina opuesta, a unos 90 km/h, de manera absolutamente franca y segura. A las 10:30 llegué a Desagüadero nuevamente (límite con San Luis por R7) y me preguntaba, «¿otra vez horas de espera?».

Afortunadamente «no nos esperaba una gran espera», o no tanto en todo caso. Solo 12 minutos después de haber llegado al límite, salimos en caravana escoltados por la policía de San Luis, rumbo al límite, previo paso por la ciudad homónima, claro. A las 11:30 ya allí, «transbordo» obligatorio. Espera para que llegara el móvil que nos llevaría rumbo al límite con Córdoba. 50 minutos que se hicieron largos, pero mucho menos que a la ida. Y allí apareció otra buena noticia. Y vino del policía que estaba organizando la partida. «En esta fila los que van por Villa Mercedes y Fraga, y en esta otra los que van por La Punilla/Achiras». ¿Se puede ir por la Punilla pregunté? Sí. Luego de haber vivido unos 10 años en San Luis, en «los 90´s» conocía esta variante y sabía que era bastante más corta y tranquila.

A poco de salir de la ciudad de San Luis, abordamos la Ruta Provincial 30 rumbo a La Toma (famosa por el mármol Onix), y a La Punilla, límite con Córdoba, antes de Achiras. Efectivamente, un viaje más corto (además el móvil policial rozaba peligrosos 130 km/h en esa ruta). Eramos solo 4 vehículos (incluido el oficial) y poco después de las 15 estaba ingresando a Río Cuarto, para hacer una parada final (por motivos particulares) y seguir a Córdoba, adonde arribamos con la Frontier poco antes de las 18:30. Cansado, claro, luego de un largo viaje (sobre todo de ida) por las paradas y demoras, y actividad casi continua en Mendoza y San Juan. Al día siguiente (domingo) aproveché para hacer una escapada a las Altas Cumbres (Bosque Alegre), que se mostraba un poco más verde que la vez anterior, cuando estuvimos con el Citroën C5 Aircross y todo era «negro». Casi sin tránsito, siempre es un placer recorrer estos atractivos paisajes.

Conclusiones
Bueno, en cuanto al paso por las provincias cuyanas, San Luis no exige papel alguno, siempre y cuando sea de paso hacia otra. Pero, con un sistema «arcaico» de tránsito en cápsulas, con largas demoras. ¿No se puede pensar en algún sistema más efectivo, con control de patente y móviles en los principales desvíos y accesos? En San Juan y Mendoza, contando la documentación exigida, ingreso y egreso son rápidos. Bien.

Respecto a la Frontier, aprovechando el viaje y la «no presión» de estar testeando, sirvió para disfrutarla, realmente. Excelente confort de marcha, y confort interior. Algún faltante (común a otras pick ups) en Seguridad, que podría ser un poco mejor, sobre todo en Seguridad Activa. Un viaje que se hizo largo y tedioso, pero bastante soportable por la comodidad de nuestra Frontier. Expectativas superadas.