Debo reconocer que, como parte de esta «pasión por los autos», que llevo en la sangre, en mi ADN, el probar un modelo forma parte de las actividades que más se disfrutan. Ojalá fuera solo eso, «manejar autos», pero, de todos modos, cuando lo hacemos, se disfruta y mucho. Y no solo modelos caros o exclusivos, conducir es gratificante, sea cual fuere la versión.
Pero claro, cuando se trata de versiones picantes, con buena relación peso/potencia, pero sobre todo, una puesta a punto (motor, suspensiones, caja, etc.) seteada para liberar adrenalina a bordo, la cuestión se potencia, valga la asociación. No es solo cuestión de potencia bruta y vamos a graficarlo. Aquel BMW 550i de 407 CV que probamos en Automotiva, gracias a sus 1900 kg, tenía una relación peso/potencia de 4.7 kg/CV, o sea que cada caballo del motor debe «mover» 4.7 kg de peso. Este DS3, con 156 CV y poco más de 1150 kg, ostenta 7.5 kg/CV, con lo cual cada caballo deberá mover un peso 60% mayor que su similar del 550i.
Pero claro, aquel buque alemán estaba preparado para el confort de marcha. Sí, podía exprimírselo en sectores trabados, y respondía, pero no era el manejo deportivo la impronta de su ADN. Contrariamente, el DS3 probado, a pesar de una «menor eficiencia» en la relación comentada, está pensado para poder divertirse a bordo, adrenalina mediante.
Y realmente disfrutamos los 2500 km realizados en este Citroën como poca veces lo habíamos hecho. Pero vamos al análisis.
Y podemos comenzar por una de las muchas fortalezas o virtudes del DS3: su diseño.
Puede enamorar, gustar mucho o simplemente atraer, pero sin dudas nadie quedará indiferente ante su paso. Bajo, ancho, gran distancia entre ejes, llantas deportivas, cubiertas de perfil bajo arman un cóctel irresistible.
Y claro, sin quitar mérito a su diseño, el paso de Loeb por el rally mundial ha multiplicado la atracción por el DS3. Y en el caso del nuestro probado, estaba ploteado como -justamente- el auto de Loeb, y hasta aparecen los nombres de los pilotos en el guardabarro. Si bien a los ojos de cualquier seguidor de la categoría, no es una réplica exacta, en una mirada rápida este DS3 parece el de rally. Y con vidrios polarizados, la magia se acrecienta. ¿Será algun piloto de Citroën que lo está probando?
Aunque muchas cuestiones me separan del 9 veces campeón del mundo Sèbastien Loeb, resultó imposible no sentirme -por un momento- un émulo del francés.
Hemos probado autos interesantes, selectos, exclusivos, y atractivos, pero nunca, nunca, hemos recibido (el auto) tantas miradas, comentarios y fotos a su paso, como con este DS3 ploteado. Sobresaliente diseño, incluso por encima de DS4, porque si bien ambos derivan (o comparten plataforma) con modelos «normales» cono C3 y C4 europeos, DS3 ha conseguido una personalización que lo hace único, diferente. En cuanto al diseño interior, este DS3 presenta 2 novedades importantes respecto a los anteriores. Ha cambiado el pequeño display central por otro más grande y con buena calidad gráfica (solo criticable su bajo contraste en días de sol), y la radio es distinta, más completa, más ergonómica, aunque con sonido (¿parlantes?) mejorable.
El tablero aloja 3 sectores circulares que contienen tacómetro y velocímetro -ambos con agujas- y temperatura de agua, dejando el tercero reservado para el nivel de combustible, digital, lo que no termina de convencernos; preferimos analógico.
La ya comentada pantalla central muestra el navegador, la computadora de a bordo, la telefonía bluetooth y el audio, comandada desde los controles de la radio y desde perillas al costado del volante.
Además del audio, desde estos brazos se ajusta el control de velocidad crucero, la computadora de a bordo, todo absolutamente ergonómico y práctico. Casi 10 puntos para la ergonomía, salvo por las balizas, algo lejos del conductor. Excelentes butacas en cuero, anatómicas, que sujetan en el manejo deportivo. Su regulación es manual, algo poco importante dado el espíritu del DS3. El espacio interior se puede analizar por partes. Adelante es muy cómodo y amplio; atrás solo para niños o adultos para tramos cortos (y en lo posible 2).
Las puertas de gran amplitud permiten un acceso impecable al puesto de conducción, y mejorable (como casi todo 2 puertas) a las plazas traseras. El equipamiento en confort es algo corto, pero muy bueno en seguridad. Climatizador de 1 vía (muy eficiente), vidrios y espejos eléctricos rebatibles, butacas calefaccionadas, completo audio y bluetooth (de manejo poco intuitivo), antinieblas, computadora de a bordo, navegador, luces diurnas LED, Sensor de Estacionamiento Trasero y poco más para el primer rubro. En cuanto a seguridad, frenos ABS con EBD, con 4 discos que -literalmente- lo frenan «en una baldosa», Controles de Estabilidad y Tracción (desconectables), ganchos ISOFIX , Dirección asistida eléctrica y 6 Airbags completan un interesante arsenal en seguridad.
La posición de manejo es muy buena, con doble regulación de volante (de muy buen grip y tamaño), y butaca en profundidad y altura, y si bien baja lo suficiente, la regulación es más amplia hacia arriba, algo no tan lógico para un deportivo, aunque no todos manejan «bajo».
Incopora apoya-brazos central, cómodo aunque no en el manejo deportivo. Un detalle menor es la opción intermitente del limpiaparabrisas; para volver a «0» deben realizarse 2 maniobras. No deja de ser una curiosidad, aunque mejorable.
El diseño del salpicadero (simil chapa del color del techo del auto, blanco en nuestro caso) es muy original, aunque haga perder capacidad de la guantera, si bien lo gana para las piernas del acompañante. Finalmente, el bául es de -esperable- tamaño reducido, aunque compensa con una boca de carga amplia. Buena calidad constructiva, materiales y ensamble.
En el apartado mecánico encontramos otra de las grandes virtudes de este DS3, su comportamiento dinámico. El motor entrega 156 CV, y gracias a su peso contenido y a su «configuración general deportiva», parecieran ser más. El DS3 empuja abajo, arriba, en marchas bajas, en altas, realmente sorprende su performance. Motor de origen PSA/BMW, equipa a varios modelos Peugeot, Citroën y Mini, con distintas configuraciones. A pesar de su buen rendimiento, y gracias a una excelente y bien relacionada caja manual de 6 marchas, el consumo (siempre y cuando no seamos «pie derecho pesado») es contenido. Conseguir 11 km/l en ciudad no está nada mal para un modelo deportivo. Entre Buenos Aires y Córdoba, a 130 km/h con A/A, hicimos entre 14 y 15 km/l, muy eficientes valores.
Su velocidad máxima orilla los 210 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en solo 8 segundos. Como comentamos, la excelente caja permite consumos muy reducidos o altas prestaciones, (ambas incompatibles al mismo tiempo) y todo en un mismo auto. El andar en ciudad es bueno, algo -lógicamente- duro, pero sin ser un karting. En ruta se viaja con absoluto confort de marcha. Pero lo más atractivo de su funcionamiento aparece en el momento de hilvanar curvas de distinto tipo, usando la caja de cambios, como hicimos en las sierras cordobesas. Es cierto que el ESP da una tranquilidad, un respaldo «por si las dudas», pero debemos decir que aún exigiéndolo, entró poco en acción, prueba irrefutable de su excelente puesta a punto mecánica. Dobla «siempre», y el sonido del motor pide más diversión. El DS3 es altamente adictivo.
El precio del Citroën DS3 Sport Chic es de $ 181.000. ¿Caro o barato?
Depende qué tipo de analisis se haga. Si solo miramos su contenido tamaño y su posicionamiento, seguramente no resulte el más económico. En cambio, si mensuramos diseño, calidad, prestaciones, tecnología, seguridad, la ecuación cambia drásticamente y pasa a estar muy buen posicionado en precio.
Citroën DS3. Teníamos altas expectativas por el modelo que aun no habíamos probado (lo que suele jugar en contra a la hora del balance). No solo fueron superadas sino que, además, fue uno de los autos probados que mas costó devolver. Y con el plus de la puesta a punto estética «by Loeb», más. ¿El auto más mirado de todos los probados? Sin dudas.
Estamos probando ahora DS4, en breve su correspondiente nota.