En el capítulo anterior contábamos en qué andaba Aston Martin, y le dedicamos el capítulo entero. Para ser justos, entonces, Rolls-Royce no puede ser menos. La idea original era conbinar esta historia con la de su prima Bentley, pero, además de «poco ético» no resultaría práctico. Nos enfocaremos en Rolls-Royce entonces.
Además de compatir su origen, británico, y de contar en ambos portfolios de producto con modelos no tan diferentes en cuanto a espíritu y refinamiento, pero también en diseño, Rolls-Royce y Bentley comparten además parte de sus historias. Bentley, con sede en Crew, Inglaterra, tuvo su bautismo en 1919, cuando Walter Owen Bentley puso su apellido en un modelo y comenzó una historia de oro. Por otra parte, Henry Royce, importador en aquel entonces de autos europeos, conoció a Charles Rolls, que ya fabricaba artesanalmente algunos modelos; juntos crearon, en 1904, Rolls-Royce Co., que nació con un slogan que marcaría su vida en adelante: «The best car of the world».La historia unió ambas -exquisitas- automotrices en 1931 cuando Rolls-Royce compra la alicáida Bentley, en mala situación financiera por la crisis económica del momento. En 1980, y con una grave crisis interna, Rolls-Royce pasa al grupo Vickers, quien la mantiene hasta 1998 en que ambas pasan a subasta. Tanto Volkswagen como BMW compitieron en la lucha por ambas británicas, y en un principio, VW consiguó quedarse con ambas, pero con una cláusula que permitía a su coterránea quedarse con RR. Es así que BMW se quedó con la compañia del «Spirit of Ecstasy» y Volkswagen anexó Bentley a su portfolio. Lejos de empeorar, la situación para ambas compañías, ahora separadas, comenzó a mejorar (diseños anticuados, mecánicas exquisitas pero vetustas y poca innovación) e iniciaron un camino de éxito que las encuentra hoy con una salud envidiable.Mientras estuvieron bajo el mismo paraguas, compartieron -en exceso- plataformas y diseños, siendo popular la frase que describía a Bentley como «el Rolls-Royce de los pobres». Tal vez demasiado mimetizados, perdieron identidad, aunque la recuperaron cuando abrieron sus destinos y hoy, aun con algun dejo de similitud en productos, cuenta con personalidad propia y diferente. Veamos que productos comercializa Rolls-Royce, en esta segunda entrega.
Dejaremos de lado la riquísima historia de la marca de la «dama alada», porque solo ella nos ocuparía varias notas. Sí podemos rescatar nombres históricos y universales de algunos de sus modelos. Silver Ghost (tal vez el más famoso), Silver Shadow, Corniche, Silver Spur, Silver Seraph; en fin, nombres que transmiten un rica porción de vida de la marca. Sí podemos recordar el Silver Ghost de 1907 que contaba con un motor de 7 litros y 40 CV y que se mantuvo hasta 1925.
Mirando la gama actual, comenzamos por el Phantom, presentado en 2003 y del que derivaron luego el Phatnom EWB (Extended Wheelbase, versión larga), Coupé y Drophead Coupé. Con un precio de USD 600.000, su motor es un V12 de 6.7 litros y 460 CV, los que le permiten llegar a los 230 km/h (obviamente limitados electrónicamente) y acelerar desde 0 hasta 100 km/h en poco menos de 6 segundos, nada mal para un modelo orientado al confort y que acusa más de 2.700 kg en la balanza.
Su consumo en ciudad es de 23L/100 km, poco más de 4 km/l, razonable para semejando lujo rodante. Su caja es automática de 8 velocidades y sus cubiertas son 285/45R21.
Su longitud es de 5.84 m. La versión EWB (larga) mantiene las características generales pero trepa hasta los 6.09 metros, consiguiendo que las plazas traseras sean casi un hotel 5 estrellas, literalmente.
Porque además cuenta con un techo iluminado por gran cantidad de fibras ópticas, simulando una noche estrellada. Su precio en Europa trepa hasta los USD 700.000.
Coupé y Drophead Coupé (convertible) son dos derivados del Phantom. Comparten plataforma, mecánicas y equipamientos.
Coupé cuenta con 2 puertas «suicide», con apertura inversa, y un diseño exquisito. Siendo la versión «deportiva» de Phantom, Rolls-Royce ha conseguido armonía absoluta en sus líneas.
Drophead coupé sube un escalón en cuanto a lujo y refinamiento, con exquisita madera en el sector del baúl y de la capota. Sus precios son de USD 650.000 y USD 670.000 respectivamente. Espectaculares, ambos.Seguimos por Ghost, lanzando en 2010, nombre que recuerda al Silver Ghost de principios del siglo pasado.
Dejando de lado el espectacular Wraith coupé, Ghost es lo más nuevo de Rolls-Royce, y a pesar de mantener un aire conservador, condición «sin equa non» para ser un verdadero Rolls, muestra líneas algo más osadas, mantiendo la perfección en las proporciones.
Con una longitud de 5.40 m (que trepan hasta los 5.57 m en la también extendida versión EWB), está equipado con un motor V12, de 6.6 L y un potencia que llega a los 570 CV, confiriéndole prestaciones algo mejores que a Phantom, no solo por los 10 caballos plus, sino tambien por los casi 200 kg menos de peso.No por ser exquisito y refinado debe ser anticuado. Aprovechando su lazo BMW, cuenta con sistemas de avanzada tecnología como el Night Vision, que permite detectar obstáculos a 300 m, fuera de nuestra visión. También Rolls-Royce se beneficia como motorizaciones y desarrollos de BMW, su propietaria. Ambas versiones tienen un precio en Europa de USD 400.000 y USD 460.000, algo menos que la serie Phantom, top of line de Rolls Royce. Ghost puede elegirse en una gama de 16 colores base, aunque, el cliente puede pedir cualquier conbinación dentro de los 44.000 colores posibles..Llegamos, finalmente, a Wraith, espectacular coupé de reciente lanzamiento, con un diseño exquisito pero deportivo, innovando claramente respecto a lo que Rolls-Royce viene mostrando. Si bien toma como base la plataforma del Ghost, el rediseño ha sido casi absoluto, consiguiendo que parezca un modelo desarrollado desde 0.Con un precio de USD 320.000, es lo más accesible de Rolls-Royce en el mundo, sin perder, obviamente, el refinamiento y la altísima calidad que la marca imprime a todos sus modelos. Su longitud llega a los 5.27 m, algo menos que Ghost, y su peso es de 2.400 kg. El motor (de origen BMW) es el V12 de 6.6 litros y 632 CV en este caso.
Velocidad máxima limitada a 250 km/h y 4.6 segundos para alcanzar los 100 km/h. Caja automática de 8 velocidades, tambien de origen BMW. Todo el equipamiento en confort y seguridad, y miles de hilos de fibra óptica para recrear una noche estrellada en un interior.
Fin del 2º capítulo del repaso por las grandes marcas, en este caso Rolls-Royce. En el próximo, su pariente Bentley.