Toyota Yaris. Antes de pasar a nuestra opinión respecto al mediano/chico de Toyota, que se posiciona entre las versiones más caras de Etios y las más accesibles de Corolla, algunos datos previos. Toyota Yaris fue lanzado en 1998, y va por su tercera generación. La versión que se vende en Argentina proviene de Brasil (la anterior de Tailandia) y poco tiene en común con las europeas y norteamericanas, como ocurre con varios modelos que se comercializan aquí. Aquellos tienen una longitud de 3.95 m y sí comparten el motor 1.5L, agregando un 1.0L. Este que nos ocupa en esta prueba, tiene un largo de 4.15 m, superando en exactos 20 cm a aquellos, bastante.
En Europa, la gama arranca en USD 13,000 y en Estados Unidos en USD 16,000. En nuestro mercado, se inicia en los $ 555,000, para llegar a los $ 711,700. Como vemos, en dólares, precios similares en los 3 mercados. Si, es cierto, aquellos ingresos son bastante diferentes respecto a los nuestros, pero, pasa a ser «harina de otro costal». Por otro lado, Yaris viene a ocupar el espacio entre sus hermanos Etios (con quien comparte plataforma) y Corolla, sobre todo en su configuración sedán. En cuanto a precios, el sedán más barato cuesta $ 580,000, más caro que el Etios más caro ($ 543,000) y el más caro, $ 717,000, por encima del Corolla más barato ($ 660,000), pero cerca. En precios, al menos, está entre ambos. En cuanto a dimensiones, con 4.42 m, supera a su hermano menor por 16 cm, y queda a 20 cm de Corolla. En dimensiones, también, objetivo logrado. Pasemos a nuestro análisis.
Estéticamente, apartado por el cual solemos comenzar nuestros tests, Yaris se muestra atractivo, aunque algo polémico, si es que cabe tal adjetivo en el diseño. El frontal aparece moderno, y algo alejado de los cánones actuales (grandes parrillas), lo que le da cierta personalidad. Resalta su «nariz» tipo F1 de hace unos años, pero luce recargado, «barroco», como nos gusta decir, poco limpio. Esto no es malo (ni bueno), simplemente es una característica. Demasiados insertos, apliques, variaciones, para nuestro gusto, «rozando el tunning», como también solemos expresar. Listón rojo, deportivo (razonable para esta versión «S»), aunque pasa casi desapercibido. Atractivo, de todos modos, y sin dudas, original.
Atrás se muestra más convencional aunque también con gran personalidad. Luneta de gran tamaño, modernas ópticas que invaden el sector, y de allí hasta abajo, sencillo, limpio, lo opuesto al sector delantero. Nos gusta. De perfil, aparecen algunas cuestiones a puntualizar. Desde esta vista se aprecian lo invasivas que resultan las ópticas, sobre todo las delanteras, que llegan hasta la mitad del capot. Techo con leve caída hacia atrás, pero las ventanillas se achican más, consiguiendo un original resultado. Línea de cintura que sube hacia atrás, siguiendo la moda. Manijas en posición baja y cromadas (no nos gustan) y espejos en negro. Llantas de aleación sobre neumáticos Dunlop 185/60R15; perfil acorde al espíritu del auto, claramente familiar y de uso «tranquilo». El despeje al suelo podría ser mayor, justamente por aquel concepto.
Entramos el Yaris S hatchback (con caja manual, ya que existe una versión con CVT), tarea muy sencilla aunque el ángulo de apertura no es amplio, y por su sistema «sin llave». El interior está dominado por el negro (como nos gusta), con apliques símil aluminio. Las butacas, en cuero perforado, son cómodas, de buena terminación, pero de apariencia mejorable. Si bien la posición de manejo es buena en general, los apoyacabezas quedan muy cerca de la cabeza. Aquellos detalles «deportivos» exteriores, en rojo, se repiten adentro, en butacas, volante y contrapuertas (que tiene un estilo similar al Etios). El volante (que no regula en profundidad, algo tolerable en este segmento) es prácticamente igual al del Corolla, con mandos de telefonía, audio y computadora.
Si bien el interior nos gustó en cuanto a diseño, su aspecto es -demasiado- generalista. Está bien que esto ocurra en Etios, pero debería ser menos evidente en Yaris. Como ocurre con todos los japoneses que probamos, la info del tablero y la pantalla no es lo intuitiva y práctica que debiera. En este caso, además, el sol proyecta sus rayos sobre el tablero, reduciendo su visibilidad. Computadora con «lo habitual» aunque en posición no tan habitual. Yaris incorpora una serie de datos de consumo y manejo, históricos, y hasta muestra un «podio» con los 3 mejores registros. En nuestro caso, durante la prueba, el mejor fue de 18.5 km/l. Diseño convencional, muy visible y legible de noche, no tanto de día. Pantalla central con posibilidad de elegir el color entre 4 (¿?). Info esperada, con visibilidad y practicidad mejorables.
El climatizador de 1 vía se mostró eficiente, y la guantera es de buena capacidad, alojando el enorme Manual del Propietario. Redondeando el interior, atractivo, algo aburrido, y cómodo. Buena posición de manejo. Pasamos atrás, excelente espacio para piernas. Aun con la butaca en su posición más retrasada, más que suficiente espacio atrás. Digno de mención. Más cómodo a lo largo que a lo ancho. Buena altura a techo y respaldos con adecuada inclinación. No nos gustó la resolución del tercer cinturón trasero. Bien por ganchos ISOFIX. En resumen, muy cómodas plazas traseras. Vamos al compartimiento posterior.
Muy buena boca de carga, comodísima para cargar, con auxilio con neumático similar al resto, pero con llanta de chapa (mal menor). Levantamos el capot y nos encontramos con un muy cómodo acceso al vano motor, encapsulado y con buen espacio, y fluidos a mano.
Pongamos en marcha este Toyota Yaris S MT hatchback. Interesante ronquido, algo rumoroso en ralentí, situación en la que resulta irrelevante la «cantidad de decibeles emitidos». Yaris es un auto muy cómodo para un manejo tranquilo, normal, en ciudad, con un muy buen confort de marcha y un andar muy silencioso. Buena puesta a punto general, apostando a la suavidad. En ruta, también se mostró sereno, con ausencia de ruidos eólicos (a velocidades legales). A pesar de tener algo más de una docena de caballos adicionales respecto al anterior Etios, la sensación es que fuera más lento. Acelerador electrónico, sincronización variable de válvulas y otros ingredientes lo muestran más sereno y suave, más silencioso. Motor muy progresivo. Claro, también es más pesado que su hermano menor. Excelente la caja de 6 relaciones.
La tenida también es muy buena, con cierto balanceo, natural teniendo en cuenta el perfil del auto, pero mostrándose seguro. Un detalle: no hay testigos (permanentes) del On/Off del Control de Tracción. En cuanto al equipamiento, podemos decir que es normal, tirando a regular, en confort, e interesante en Seguridad. Cuenta con Espejos exteriores rebatibles eléctricamente, llantas diamantadas, Climatizador, Techo solar eléctrico, 6 parlantes, Controles de Estabilidad y Tracción, Keyless System (acceso y puesta en marcha sin necesidad de llave) y 7 Airbags, conformando un paquete más que interesante. Notamos cierta sensibilidad en la tenida direccional al soprepasar camiones, aunque luego, con lluvia, el efecto prácticamente desapareció.
Respecto al consumo (en realidad hablamos de rendimiento, de «km recorridos por cada litro de combustible»), en ciudad, parámetro absolutamente variable en función del tránsito, tipo de manejo y topografía del lugar, si bien hemos llegado a 11.5 km/l, y también a 8.7 km/l, creemos que 10.5/11 km/l son conseguibles en condiciones normales de tráfico y manejo más bien tranquilo, valor que no sorprende, pero cumple. En ruta, a 110 km/l, verificamos 16.1 km/l, interesante valor para quienes viajan a velocidades legales (en ruta).
Conclusiones
El Toyota Yaris es el típico auto al que definimos como «promedio». Es un auto que hace todo medianamente bien, cumple en todos los aspectos que conforman un modelo, sin descollar en alguno, pero tampoco desentonando. Hay otros modelos que sobresalen en algunos aspectos y son deficitarios en otros.
Como buen japonés, Yaris no defrauda, quizás no enamora a primera vista (de hecho fuimos «queriéndolo» con el correr de los km, al principio hubo cierto desencanto), pero termina convenciendo porque, insistimos, cumple en todo. Aspectos que concretamente no nos gustaron, no son muchos. El tablero y consola, poco intuitivos, poco prácticos y con poca visibilidad de día, y un interior algo aburrido, con materiales que podrían ser mejores, sin desentonar. Luego aparece lo estético, pero que es materia opinable.
Muy buen espacio interior, muy buen confort de marcha, buen equipamiento, sobre todo en seguridad, buen conjunto motor-caja: un modelo ideal para la familia y para un manejo relajado, tranquilo, confortable. «Pisteros», abstenerse. Medir precios en la Argentina de hoy no es sencillo, pero creemos que tiene un buen posicionamiento de precios relativo (en comparación con el resto de la industria). Respecto a Etios y Corolla, hilando fino, queda más cerca de este último que de su hermano menor, algo peligroso. El precio de esta unidad es de $ 711,700. Pasó Toyota Yaris S hatchback por nuestras manos y la relación fue «de menos a más». Terminó convenciéndonos, no desde lo pasional, pero sí, y totalmente desde lo racional.