Pero, finalmente, ¿Puede considerarse a Volvo con carnet de socio activo en el exclusivo «Club Premium? Intentaremos llegar a concluir en en esta nota si la marca sueca está más cerca del mundo generalista o del exclusivo. Luego de haber probado el BMW 335i M-Package, con 306 CV, subirnos al Volvo S60 T6 R-Design kit Polestar, con 330 CV y tracción AWD, sonaba más que interesante. Es cierto que no compiten directamente entre sí, no tanto por calidad, sino por diferentes planteos conceptuales, aunque, podemos considerar cierta rivalidad y aspectos comparables.
Volvo es una marca de larguísima tradición e innovación en seguridad. Más de uno, durante la prueba, y en Córdoba, donde no hay venta oficial de la marca, comentó: «Volvo, ¡Ah!, el más seguro del mundo». Y la verdad es que, por un excelente trabajo de marketing de la automotriz, pero mucho más, por una dedicación permanente por cuidar la seguridad de pasajeros y peatones, Volvo se ha ganado el título. Sí, hilando fino, y analizando el equipamiento en seguridad de Audi, Mercedes-Benz, BMW, y otras selectas, no podríamos asegurar que el ganador absoluto sea Volvo, pero en todo caso, pelea el podio entre las premium alemanas, lo que no es poco.
Volvo inició su camino en 1927, como muchas otras marcas, con productos relacionados a la industria, pero inmediatamente continuó fabricando automóviles. Uno de sus hitos históricos aparece en 1959, incorporando por primera vez el cinturón de seguridad de 3 puntos. La década del 90 no fue tan feliz, al menos económicamente hablando, y en 1999 fue adquirida por Ford, que conformó el PAG (Premier Automotive Group), junto con Jaguar y Land Rover. Estas dos últimas fueron luego vendidas a la india Tata y Volvo al grupo chino Geely en 2009, abrumada por las pérdidas. Geely supo reorganizar la empresa (que mantiene su estructura sueca) y hoy goza de excelente salud, con ventas que aumentan a diario en todo el mundo. El nuevo V40 (que probaremos en breve) incorpora por primera vez en la industria automotriz global, el Airbag para peatón, que se abre en la unión de parabrisas y capot, protegiendo a aquel ante una colisión.
Volvo ha sufrido (para decirlo de alguna forma) una transformación importante en diseño, como les ha pasado a casi todas las automotrices. Hasta no hace mucho, los Volvo eran «cuadrados» y eso gustaba. Y si bien es cierto, que la marca se resiste a que el imaginario popular abandone completamente aquella vinculación instantánea, hoy no queda tanto de aquella cuadratura de los 740, por mencionar uno de sus diseños más angulosos. Si analizamos la oferta actual de la marca, en Europa, nos encontramos con V40, S60 y V60, XC60 y XC90, que, aun conservando ciertos ángulos rectos, cuentan con un diseño muy avanzado y cambios de volumen. Aun quedan modelos con su histórica cuadratura, como V70, S80 y XC70, pero que van dejando su huella en la parte final de su vida comercial, al menos con sus diseños actuales. En Argentina, Ditecar (importa y vende Volvo, junto con Jaguar y Land Rover) ofrece S60, XC60, XC90, y el novísimo V40.
Pero dejemos un poco de lado la historia -rica- de Volvo y su filosofía y pasemos al análisis del S60 T6 R-Design kit Polestar. Y comenzando de afuera hacia adentro, el diseño toma protagonismo. S60 es un modelo, ya por concepción, deportivo. Es cierto que las versiones más «normales» cuentan con menos picante estético, y aparentan ser más señoriales, pero no deja de verse como un modelo sport.
Y el nuestro probado, con al aporte R-Design+kit Polestar, alcanza dicha caracteristica de modo más profundo. Su frontal es bajo (una de las similitudes con Serie 3 de BMW), con un capot con importante caída hacia adelante y doble nervadura, con ópticas de generoso tamaño que «arrancan desde atrás» y LEDs a modo de auxiliares entre aquellas y la parrilla central (que cuenta con logo R-Design). Pocos cromados, algo de plástico negro brillante y el «azul celestoso» característico de esta versión Polestar. El perfil es muy limpio, prolijo, pocas nervaduras o cambios de volumen, casi carente de adornos superfluos o recargados. La cintura es algo alta y el techo algo bajo, conformando un estilo bien plantado y «listo para correr». Con 4.63 m de longitud, comparte largo con BMW Serie 3, supera a Mercedes-Benz Clase C (+5 cm) aunque no llega a los 4.70 m de Audi A4.
Las cubiertas Michelin 235/45R18 aportan lo suyo, con un perfil no tan bajo como el que podría esperarse y un diseño específico de llantas gris mate que le sienta muy bien. Las puertas de generoso tamaño y el bajo despeje de su carrocería (que sin embargo no roza el suelo ni lomos de burro) agregan lo suyo. Llegamos a la parte trasera del auto, con una luneta de gran ángulo («muy acostada»), que junto a la -corta- tapa de baúl, lo hacen ver casi como un hatchback, o más como un 2 1/2 volúmenes. Atrás Volvo se jugó un poco más con insertos plásticos negros y grises en perfecta armonía. Doble escape y sutil alerón trasero, junto con grandes ópticas, conforman una cola muy lograda (creo que el mejor sector estético del S60). De los muchos autos probados (y muchos premium alemanes), claramente éste ha resultado el más admirado; todo el mundo se dió vuelta a nuestro paso, contribuyendo el color particular celeste/turquesa.
El ingreso al interior es cómodo, desde el inicio por el «keyless system» que permite accionar la manija externa (teniendo con nosotros la llave) y destrabar automáticamente las puertas. Luego de cruzar el zócalo «Volvo», nos sentamos en sus comodísimas butacas en cuero de gran calidad, con ajustes eléctricos y 3 memorias. Antes de pasar a la posición de manejo, debemos decir que el diseño interior es ¿demasiado? simple, con solo 2 cuadrantes para velocímetro y odómetro, incorporando en ambos sectores centrales indicador de nivel de combustible digital y algunas funciones de la computadora de a bordo (que se manejan desde perilla lateral), a propósito, de manejo mejorable, no muy intuitivo.
Sobrio es el término que mejor define el interior del S60, con una gran calidad percibida de materiales y encastres. En el centro, generoso display, debajo salida de aire, y más abajo consola central, con comandos agrupados (botones) en el centro y 4 perillas circulares en sus extremos.
Dos comandan la climatización (automática de 2 vías), una para la pantalla central y la otra para el audio.
Debo reconocer que me costó un poco acostumbrarme a su funcionamiento (no es tan intuitiva como una táctil), pero luego se nos hizo simple y eficaz. Una de sus funciones permite la configuración de múltiples parámetros (luces, alarmas, sonidos, presentación de datos, seguridad, etc.) y visualizar el consumo en forma de gráfico de barras. Llamativo pero no tan práctico.
La posición de manejo es buena, pero el volante (con doble regulación) queda siempre cerca del conductor, algo que puede paliarse llevando la butaca hacia atrás. Excelente grip de palanca de cambios de la caja automático/secuencial, aunque con presentación «algo tunning» e iluminación. Al lado del display central, espacio para alojar la llave, aunque no hace falta, la detecta estando en el bolsillo. Arranque y parada por botón. El espacio interior es bueno, aunque no sobresaliente como parecería indicar su tamaño exterior.
Salidas de ventilación en parantes centrales para plazas traseras, comodísimas para 2, no tanto para 3, por la forma de las butacas, no por el buen espacio disponible. Apoyacabezas traseros que obstaculizan poco la visibilidad trasera. Y los delanteros, en cuero cosido, debería tener regulación angular o de movimiento longitudinal, quedan algo cerca. Freno de mano eléctrico automático a la izquierda, muy cómodo, junto con comando de luces, apertura baúl y tanque de nafta y reóstato de luz de tablero (la que podría ser mejor).
Con tanto cuero y muy buenas terminaciones, dentro del S60 se respira aire premium, y la verdad es que poco y nada tiene que envidiar a algunos alemanes del segmento. No sobran los portaobjetos, y los existentes (salvo la guantera) cuentan con capacidad mejorable. Llamativo diseño de la consola central, «hueca» por detrás. Gran confort interior, con techo solar eléctrico y excelente iluminación interna. «10 Felicitado» para la ergonomía; en general nada sobra y todo está en el lugar esperable y con accionamiento intuitivo. Buena capacidad de baúl, con muy buena boca de carga, amplia y baja, y con la sorpresa de no encontrar el auxilio, sino un kit de reparación (mejorable). Finalmente, y como conclusión del interior del S60, más allá de algunas pequeñas cuestiones puntualizadas, es de gran calidad, con muy buen confort a bordo y diseño algo minimalista pero logrado.
El equipamiento en confort y seguridad es bueno, aunque no sobresaliente. Butacas, volante y puertas en cuero de alta calidad, excelente audio premium, 6 airbags, controles de estabilidad y tracción, regulación eléctrica de butacas (con memorias la del conductor), techo solar eléctrico, salidas de climatización posteriores, display central multifunción, freno de mano eléctrico, City Safety (a menos de 40 km/h y ante una colisión inminente aplica automáticamente el freno para evitar el choque), butacas calefaccionadas, pack eléctrico, cámara de marcha atrás, faros de bi-xenón y LED, sistemas SIPS y WHIPS y algo más. Excelente el funcionamiento y eficacia del limpiaparabrisas (y lavafaros).
Vamos al funcionamiento del S60 T6. Si en la calidad constructiva, el equipamiento, la seguridad y el diseño, encontramos fortalezas del modelo, en la parte mecánica la cosa aun mejora. El motor es un 6 cilindros en ubicación transversal, con 3.000 cm3 y 300 CV en su versión normal, llevados a 329 CV en este Polestar. La tracción es integral permanente (AWD) y la caja automática de 6 relaciones, con modo sport (automático) y secuencial. La tracción integral aporta gran seguridad en la conducción (no solo en nieve o en el manejo deportivo) aunque incorpora «peso extra» y esto hace que el consumo sea mayor que un modelo con tracción simple. El andar es muy confortable en ciudad, a pesar de ser 4×4, por una caja que privilegia el confort de marcha y una gran insonorización.
En ruta, el motor se vuelve algo rumoroso, hilando muy fino, pero conservando el gran confort mencionado. Dirección de asistencia justa para un deportivo que no resigna comodidad en circuitos urbanos. La caja es muy práctica. En modo «normal», como comentamos, privilegia el tándem Consumo/Confort, y en modo «sport» estira los cambios, con una respuesta bastante más deportiva y una aceleración que baja de los 6 segundos para llegar a los 100 km/h. En modo secuencial (sube hacia adelante y baja hacia atrás) el pasaje de cambios es algo lento brusco, por eso, si se busca rapidez, sin dudarlo, debe elegirse el modo sport automático. Al «pisarlo», el tacómetro sube sin piedad, superando las 6.000 vueltas, con un ronquido del motor adictivo, atrapante. Muy eficientes luces Xenón, con alta efectividad y activos en curva (giran con el volante).
El consumo es uno de los pocos puntos negativos de esta versión R-Design kit Polestar del S60. Pero cuidado, vamos a ser lógicos. Un auto de 1.700 kg de peso, con tracción integral permanente, caja automática y 329 CV, no puede ser austero. Todas estas características no se llevan bien con el consumo, en ningún modelo, más o menos eficientes.
Por otro lado, como hemos comentado en tantas oportunidades, el gasto de combustible de ciudad es tan relativo, tan dependiente del tipo de manejo y del tráfico que, sentenciar fríos valores es complicado. Aun así, el S60 es gastador en ciudad.
Se ve muy influenciado por los arranques y paradas permanentes por semáforos o tráfico. Volver a poner en marchas ambos trenes y el gran peso hace que con comodidad se llegue a los 18/20 litros cada 100 km/h. Somos sinceros al decir que hemos conseguido 15, 13 y hasta 12 litros en ámbitos ciudadanos, pero claro, con poco tráfico, con mucho cuidado con el pie derecho y no son «valores promedio»; se pueden conseguir pero no en tráfico denso. En ruta, la cosa mejora, ya con los 1.700 kg rodando y habiendo vencido la inercia, hemos conseguido 7.5 litros/100 km a 100 km/h (2100 rpm), 8.3 litros a 110 km/h, 9 litros a 120 km/h y 9.5 litros a 130 km/h, valores muy eficientes, dadas las condiciones comentadas.
La tenida direccional es muy buena, rozando la perfección, a partir de un chasis con una puesta a punto casi de competición, la doble tracción y un amortiguación firme. Solo notamos algún quejido de las cubiertas, consecuencia de un perfil no tan bajo para 330 CV, nada molesto.
El Control de Estabilidad, como consecuencia de esta eficacia, entra poco en acción y es algo permisivo, interesante para su filosofía.
Permite algunos leves desplazamientos y allí sí entra en acción, pero con poco trabajo. Manejar este S60 en tramos montañosos (de los que abundan en Córdoba) es realmente un placer, pudiendo doblar con eficiencia ante cualquier tipo de curva. Excelente desempeño dinámico.
¿Y el precio?
S60 T6 R-Design alcanza los USD 80.000, a los que hay que sumarles otros USD 2500 por el kit Polestar, que aporta casi 30 CV extras y algunos toques deportivos. No me animo a catalogarlo de «barato», pero está dentro de lo razonable a partir de calidad, prestaciones, historia, seguridad y características. Los Volvo no fueron baratos y aun así mantienen un excelente caudal de ventas. En 2014 llegará la nueva generación, con algunos cambios estéticos en trompa, en el tablero (un solo sector que reemplaza ambos instrumentos) y mayor equipamiento en seguridad (Aviso de cambio de carril, luz alta activa, control de alerta al conductor, advertencia activa de colisión, control de velocidad crucero activo, y mucho más). En Europa roza los USD 80.000.
Volvo S60 R-Design kit Polestar. Consumo en ciudad elevado y poco más en términos negativos. Alta efectividad en manejo deportivo, gran calidad constructivo, gran confort de marcha, buen equipamiento, look muy atractivo y el respaldo de una marca como Volvo y una empresa como Ditecar.
Ahora, a esperar el V40. En breve.