Jeep. No hace mucho, la mítica marca norteamericana estuvo cerca del abismo, realidad no muy distinta a la de sus compatriotas. Puede decirse que gracias a Fiat, que la compró (en etapas), garantizó su supervivencia, luego de 2009. Pero, en honor a la verdad, luego fue Jeep la que contribuyó fuertemente a la buena salud actual del grupo (Marchionne mediante). Y es más, el plan de Sergio contemplaba un fuerte crecimiento, en modelos y en ventas, de Jeep; hoy, casi, la estrella del grupo.
Jeep está desde hace tiempo en Argentina, y hasta fabricó la Grand Cherokee en Córdoba, hace muchos años. Pero puede decirse que uno de los hitos más importantes fue el lanzamiento industrial de Renegade, en Brasil. Con Renegade tuvimos algunos encuentros. Por un lado, durante el test que le realizamos hace 2 años, y por el otro, en una experiencia más relajada, familiar, distinta, a la que llamamos Operativo Vacaciones con Jeep Renegade. Nos faltaba probar su hermano mayor (considerando que Grand Cherokee, Wrangler y Patriot también pasaron por nuestras manos), que llegaba con varios pergaminos, entre ellos, el de un enorme éxito comercial en Brasil, donde en el acumulado 2018 se ubica 9° en la tabla general, aventajando a todos sus competidores, y a su hermano menor Renegade.
Comencemos a descubrir el nuevo Compass, que se vende en 5 versiones en Argentina (Sport, Longitud, Longitud Plus, Limited y Limited Plus, la que probamos). Estéticamente nadie puede dudar del gran acierto del Compass; gusta a todos, sin excepción. Su frontal es «bien Jeep», con la infaltable parrilla de 8 secciones y un aire general que lo emparenta a Grand Cherokee. Aparecen algunos cromados, aunque sin exagerar, como nos gusta. Hilando muy fino, tal vez algo impersonal, pero muy atractivo.
Atrás, también equilibrado, compacto, y hasta refinado, diría. Luneta de tamaño pequeño. Curioso doble escape que le da un aspecto deportivo, y enorme leyenda Jeep. El perfil se ve proporcionado, con ensanches de la carrocería a la altura de ambos ejes, con una curiosa resolución de sus 3/4 traseros: tercera ventanilla lateral casi simbólica y línea cromada que baja desde el techo. Original. Pasaruedas cuadrados. Y muy atractivas llantas de 19″, sobre neumáticos Pirelli Scorpion Verde 235/45R19, con un perfil claramente más orientado a la ruta que al off road. Sí, son de usomixto pero más pensadas para el confort de marcha.
¿Entramos? Sí, y lo hacemos de una manera sencilla, aprovechando el sistema sin llave (keyless), tanto para abrir la puerta como para poner en marcha. Además, el ángulo de apertura es amplio y las butacas en exquisito cuero, muy cómodas y de buen tamaño. Regulación -múltiple- eléctrica, y un punto en contra: los apoyacabezas quedan muy cerca, obligando a flexionar el cuello. El color negro domina el interior, y nos parece una elección apropiada, aportando a la calidad percibida, que es alta, y con sobriedad. En el sector principal, dos cuadrantes analógicos, de buen tamaño, quizás algo aburridos, y con display de computadora entre ellos.
Esquema muy similar a sus primos Fiat Toro y Jeep Renegade, con indicadores de temperatura y nivel de combustible, digitales. Destacamos el indicador de presión de neumáticos, ¿demasiado? sensible, indicando anomalía ante leves diferencias de presión. La información abunda, y hasta sobra, con referencias hasta de temperatura de embrague (¿?) y aceite, por ejemplo. Sigue FCA denominando Tacómetro al Velocímetro. Podíamos entenderlo en aquellas primeras Toro y Renegade, pero sigue incursionando en este error, sí, semántico y poco importante, pero que debería corregir. Se pueden configurar muchas opciones (freno de mano automático, sensibilidad de los sensores, bloque de puertas, etc.), bien. Computadora de a bordo de las más completas. El volante, en cuero y con mandos remotos tiene un tamaño justo y un excelente grip.
Sector central con pantalla chica; sí, más grande que la de Renegade, pero que podría aprovechar el espacio disponible para aumentar su tamaño. También la notamos algo lenta, más que en aquel. La climatización aparece en la pantalla pero cuenta también con mandos manuales, bien. Más abajo, comandos de audio (de muy buen sonido) y climatización. Instintivamente se buscan las primeras a la altura de la pantalla y no donde están. Muy eficiente climatizador de doble vía. También se ubica el selector del tipo de terreno, que puede dejarse en AUTO (lo más práctico) o en SNOW, SAND o MUD, y la posibilidad de dejar «fija» la doble tracción, y no en modo automático.
Selector de caja muy ergonómico; caja de 9 relaciones aunque, la primera casi no se usa (arranca en 2a) y la novena solo entre a velocidades mayores a 110 km/h. Detalle menor pero que redundaría en una leve baja en el consumo en ruta. Para cerrar el análisis de las plazas delanteras, encontramos una muy buena calidad de materiales y de ensamble (incluso en los contrapuertas, sector muchas veces conflictivo en este aspecto), con una presentación general muy sobria y muy buen espacio. Enorme techo solar doble, con cortina interior de accionamiento también eléctrico. Portaobjetos bajo del cojín del acompañante.
Vamos a las plazas traseras, con puertas de gran tamaño y apertura amplia: tarea sencilla. Gran espacio a lo ancho y para piernas: de todos modos, 3 pasajeros no irán tan cómodos en viajes largos (el central). Buena calidad, muy buen espacio, gran visibilidad por el techo solar, solo penaliza el piso algo alto. Excelente. Abrimos el portón trasero (destrabe y apertura eléctricos) y nos encontramos con un subwoofer, una gran boca de carga, con piso algo alto (mala) y auxilio normal hasta con la misma llanta (buena). También en este sector mantiene la buena calidad general. Un detalle negativo: el botón para cierre eléctrico, en la misma tapa obliga a meter la cabeza «adentro», y si bien hay alarma sonora al comenzar a cerrarse, lo vimos algo peligroso, hilando muy fino. Abrimos el capot, con un mecanismo interno que pareciera frágil. Muy buena presentación del vano motor, encapsulado, y con todo «lo medible» a mano. Su posición está bastante adelantada, respecto a lo habitual.
Repasemos el equipamiento principal de este Jeep Compass Limite Plus AT9. Espejos eléctricos plegables, luces de Xenón (buenas, pero podría incorporar LED), llantas de 19″, auxilio homogéneo, apertura eléctrica portón trasero, audio premium, butaca del conductor (en cuero) con reglajes múltiples eléctricos, climatizador bi-zona, controles electrónicos de tracción y estabilidad, sensor presión neumáticos, estacionamiento semi automático, cámara de marcha atrás, arranque en pendiente, 7 airbags, keyless system. Interesante, sin descollar.
Ponemos en marcha el motor del Compass. Arranque instantáneo, algo rumoroso en ralentí. Primeros metros suficientes para saber que estamos ante un vehículo muy sereno, con un gran confort de marcha y una suavidad absoluta, también en parte por la eficiente caja de 9 relaciones y a la dirección eléctrica. A pesar de un tren trasero algo áspero, el confort en ciudad es alto, y en ruta, a pesar de no ser un sedán de gran porte, también resulta placentero. Muy buena tenida direccional para un SUV y frenos con lógica transferencia de pesos. Prácticamente no usamos la opción secuencial de la caja, como sucede en todos los automáticos con esta opción. En caminos de tierra y en mal estado también se mostró robusto y confortable. Incluso repetimos el prime El Condor-Copina, que habíamos hecho con la Volkswagen Amarok V6, nota que publicaremos más adelante.
Respecto a sus capacidades off road, y teniendo en cuenta que no son las mismas que las de su primo Wrangler, cuenta con algunos elementos interesantes como para alguna escapada, no muy radical. Tracción 4×4 bloqueable, selector de terreno y un despeje al suelo que no descolla pero permite algunas cositas. No es un Land Rover Defender ni mucho menos, pero puede permitirse alguna travesura. Y uno de los pocos aspectos negativos de este Jeep Compass es su consumo, alto como en todos los modelos con este motor 2.4 Tigershark de 174 CV, los que en la práctica, parecen menos. Llegamos a 13 km/l a 110 km/h, valor hasta interesante, aunque, en ciudad, la cosa se complica.
Además de nuestro habitual comentario respecto a lo muy relativo de este valor, en función de la topografía, del tránsito, de las paradas, del tipo de manejo, vehículos SUV, pesados, con motores poco austeros y cajas automáticas, muestran en ciudad su lado más agresivo en cuanto al consumo. No es fácil bajar de los 15 litros cada 100 km, y si las condiciones antes comentadas, aparecen, puede ser peor. En resumen, consumo razonable y hasta eficiente en ruta, alto en ciudad. ¿Su precio? Momento convulsionado para hablar de precios, pero se ubica en los USD 50,200, aunque, seguramente con un dólar superando los $ 41 (ayer) , habrá que consultar el precio en esa moneda, supuestamente más bajo.
Conclusiones
Nos gustaron las cosas más importantes de este Compass, y no nos gustaron algunas menores, o en todo caso de menor peso específico que aquellas. Bien por su diseño, tanto exterior como interior, que gusta a todos y se nota al transitar por nuestras calles. Bien por su espacio interior y su calidad. Muy buen andar en cualquier condición, más parecidoa al de un confortable sedán. Caja de 9 relaciones y dirección eléctrica que aportan los suyo. Mal para el motor, no por su funcionamiento en sí, sino por su alto consumo en ciudad y su aceleración, mejorable (tampoco ayuda mucho en este punto la caja). Y mal por su precio, si bien no es fácil comparar en estos días, por la volatilidad del mercado, pero creemos que es un precio que lo ubica peligrosamente cerca de otros modelos, más allá de sus virtudes.