BMW Serie 5, históricamente, no ha sido para mí «un modelo más» en la gama BMW. Por un lado porque fue uno de los primeros importados premium que ví personalmente, allá por 1979 cuando se abría la importación, y por otro, porque, al día de hoy, sigo pensando que es uno de los sedanes mejor logrados, estéticamente, de toda la historia BMW, afirmación totalmente personal y subjetiva, por supuesto.
Además, Serie 5, a nivel mundial, pero por sobre todo en Europa y Estados Unidos (y China, en estos últimos tiempos) es el sedán de referencia de la marca alemana, más famoso que Serie 3. Claro, nuestro mercado está más regido por el precio, y acá tienen «más peso comercial» Serie 3 y otros modelos del portfolio BMW. En un mundo en el que los SUVs y crossovers van tomando cada vez mayor protagonismo en detrimento de otras carrocerías (sedanes por ejemplo), Serie 5 se revitaliza para seguir dando pelea y continuar siendo la referencia obligada.
De la generación anterior tuvimos ocasión de probar el 535i (motor de 6 cilindros y 3 litros, con 306 CV), el 525d (4 cilindros diesel y 218 CV) y el bestial 550i, con el V8 de 407 CV. Luego pudimos acercarnos a aquel 6 cilindros probando, por ejemplo, el 335i, el M235i, el X4 35i, y el 440i cabrio. Y en todas estas ocasiones no dejamos de maravillarnos por el «6 en línea» de BMW, motor multipremiado, y uno de los más eficientes de toda la industria automotriz. Otro motivo para probar este nuevo modelo es la adopción del 4 cilindros y 252 CV, que ya tenía su hermano menor, el 330i y que, nos aseguraron desde Auto Munich, «te va a sorprender, sobre todo en cuanto a la suavidad de marcha». Vamos a comprobarlo.
Pero antes, analicemos su estética, aspecto inicial con el que comenzamos nuestras notas. Su frontal aparece bajo y ancho, con la parrilla «doble riñón» cada vez con mayor protagonismo, alojando la cámara frontal. Las ópticas tiene un efecto visual y es que «parecen como si tuvieran pestañas», tienen una mirada femenina, para expresarlo de algún modo. La parrilla permanece «cerrada» hasta que el 530i se pone en movimiento, y los bajos del paragolpes simular ser una gran entrada de aire todo lo ancho. Capot largo, algo no necesario en este caso no siendo «un 6 en línea», pero, no van a acortarlo para esta versión, ¿no? Algo aburrido, hilando muy fino, pero claramente elegante y refinado.
Atrás, podría decirse que se parece bastante al actual Serie 3 (no al que acaba de presentarse a nivel mundial), con una cola más baja y más ancha, y ópticas de mayor tamaño. Doble salida de escape (pero no desde el múltiple) y un diseño general limpio, sobrio, sin excesos. Atractivo. El perfil siempre permite encontrar algunos detalles que pasan desapercibidos o atenuados de frente y atrás. Capot bien largo, cola cayendo hacia atrás y luneta de gran inclinación que lo muestran -casi- como un «dos volúmenes y medio».
Pseudo salida de aire lateral, puertas de gran tamaño, cintura más bien alta y techo con suave caída. Neumáticos Michelin Primacy 3 245/45R18, con llantas de aleación muy atractivas, más elegantes que deportivas, siendo ésta una versión Sportline. Algún cambio de volumen o moldura, pero clásico en el lateral. Ausencia de cromados, así nos gusta. Gran voladizo trasero e interesante resolución de los 3/4 traseros. Original, dentro del clasicismo BMW.
Entrar al 530i no debería acarrear mayores problemas. Y así ocurre. Siendo ni muy alto ni muy bajo, con un volante que se desplaza hacia arriba para facilitar la tarea, el ingreso es «cosa de niños». Solo notamos el piso algo alto en las plazas delanteras, más allá que siempre ubicamos la butaca en posiciones bien bajas. Y a propósito, las butacas son de generoso tamaño, envolventes (sin incomodar), en exquisito cuero, con múltiples regulaciones eléctricas (incluida la de la altura del apoyacabezas, que también se regula en distancia horizontal), conformando un puesto de conducción «apto para cualquier humanidad». Cero críticas a la posición de manejo, de lo mejor. Levantamos la mirada y vemos ahora un tablero digital, que reemplaza al histórico (y de décadas) de la marca.
Y aunque de un primer vistazo se vea bastante similar a los anteriores, cambia. Y es una tendencia (la de los tablero digitales) que se profundizará, aunque nos gusten los tableros analógicos, y sobre todo los de la marca. En contra, que no es configurable en cuanto a vistas: sí cambia (más de forma que de fondo) al hacer lo propio con el modo de conducción. En ECO se muestra azul y desaparece el cuentavueltas (como sugiriendo que se maneje mirando el consumo y no las vueltas), En COMFORT parece el histórico analógico, y en SPORT se transforma al rojo, con rpm como gran protagonista. Pero en todo caso son cambios menores, no es configurable. A favor, muy buena resolución, info clara, con aros simulando el anterior y computadora algo básica, que se comanda desde el brazo del guiño. No muy práctico. El volante regula en distancia y en profundidad, de modo eléctrico. Con mandos de audio, TE, comandos por voz. Cómodo para usar, y con logo M en la base. Excelente tamaño y grip y con levas para el manejo secuencial de la caja Steptronic de 8 relaciones.
Pasamos al sector central y la gran pantalla integrada, con una novedad importante. Si bien sigue comandándose desde la rueda central y botones, ahora también es táctil, mejorando aún más su practicidad y facilidad de uso, minimizando el desvío de la mirada hacia el costado. Bien. Otra novedad, muy importante, es que incorpora el «Control Gestual», que permite algunas acciones sin llegar a tocar comando alguno ni la pantalla. Por ejemplo, subir el volumen girando el dedo «en el aire», o cambiar de tema apuntando con 2 dedos. Hay otras funciones posibles (para atender llamadas por ejemplo), pero estas son las más prácticas. Si bien es un interesante gadget tecnológico, y uno se divierte un rato al inicio, en este caso no resulta tan necesario por contar con uno de los sistemas más prácticos que existen (el de la rueda y botones, y ahora táctil también), para manejar la pantalla multimedia casi sin desviar la atención. Igual, el Control Gestual está y es divertido.
El navegador es de una resolución muy interesante y muy completo (actualizado), pudiendo visualizarse también en el tablero en cuanto a indicaciones de desvío por ejemplo. Connected Drive de BMW, plataforma de comunicación, y la posibilidad de configurar lo imaginable. Hasta por ejemplo el funcionamiento del sistema de frenado automático marcha atrás, el indicador deportivo, y muchos parámetros más. Otra novedad muy interesante es que, además de contar con la posibilidad de ver el manual con distintos atajos, ahora también ofrece un resumen de los principales sistemas con animaciones tipo youtube, muy práctico y sencillo para entender el funcionamiento de sus componentes.
El equipamiento cumple «hasta ahí», sobre todo en seguridad, donde podría incorporar algún sistema adicional como crucero adaptativo, o detención automática, por ejemplo. Claro, esto encarecería su precio. En confort podría tener acceso por sensor y una computadora a bordo más completa, pero está bien equipado. El asistente para el estacionamiento automático ayuda, y sobre todo en vehículos de estas dimensiones (4,94 m), calculando si el espacio elegido es suficiente, y haciéndose cargo de la maniobra. Cuenta con lector de CD, una rareza en estos tiempos «millenials», pero siempre bienvenida. Y destacamos también la luz alta automática, muy práctica.
Bajamos y encontramos el histórico sector de audio, con perilla de volumen y teclas para sintonías, pero ahora con una terminación brillante que no nos gustó (y tampoco al tacto). Lo mismo ocurre con el sector de botones para la respuesta mecánica, con los modos de funcionamiento antes mencionados, con la misma terminación. No son agradables al tacto, y dan imagen de auto generalista, a nuestro entender. El climatizador bizona es, en contrapartida, muy práctico y efectivo, un punto a favor histórico en los BMW. Y otra pequeña negativa, la tapa de la consola abajo del climatizador, de apariencia frágil y de un plástico mejorable. El pomo de la caja, siempre de grip justo y al alcance la mano. Más atrás la rueda y botones para la pantalla central, inmejorables. ¿Que nos queda de las plazas delanteras? Poco. El techo eléctrico solar, con comando eléctrico tanto del techo en sí como de la persiana interior, y los contrapuertas, que mantienen la alta calidad general del interior, y alojan además la doble memoria para la butaca del conductor.
Entramos a las plazas traseras, también sencilla tarea, por puertas que cuentan con mayor ángulo de apertura. Si bien el espacio longitudinal es bueno y sobra para un adulto, resulta menor de los que parecería indicar su tamaño exterior. Y en cuanto a la comodidad, hay que separar «los tantos». Para dos (en los extremos), el confort es total, convirtiéndose en comodísimas plazas, con altura de cojín adecuada e inclinación del respaldo. El tercer ocupante no la pasará tan bien (dentro de lo mal que se puede pasar en un Serie 5), por el gran túnel central y la dureza del respaldo. Trayectos cortos sí, no lo recomendamos para viajes largos. Muy buena altura a techo y excelente iluminación LED. En tren de criticar algo, los respaldos de las butacas delanteras son duros y esto se nota si llevamos los pies biena alejados, apoyándolos en su parte inferior. Como para quejarnos de algo, ¿vió? Antes de poner en marcha este BMW 530i y descubrir cuánto rinde el nuevo motor 4 cilindros, veamos baúl y motor.
El baúl abre (no solo el destrabe) de forma eléctrica. Muy buena terminación en un sector donde realmente se aprecia el apego o no del fabricante por la calidad. Muy buena boca de carga, gran ángulo de apertura, gran volumen, pero con un piso muy alto, consecuencia de un auxilio temporal. Igual, entra de todo. El capot cuenta con doble destrabe interior, como es habitual en BMW, lo que facilita la apertura externa. Amortiguador, y muy buena presentación del vano motor. El motor de 4 cilindros deja bastante espacio para «meter» mano, aunque seguramente, nadie fuera del Service Oficial incurrirá en tal tarea. Una crítica: los recipientes de líquidos (del refrigerante por ejemplo, que son 2 en realidad) no son transparentes sino negros, con lo cual, para ver su nivel hay que esperar que el motor esté frío (porque además toman bastante temperatura) y abrir la tapa, que sirve también de indicador de nivel. No conocemos el porqué del cambio, pero creemos no resulta práctico. Algún motivo tendrá (que no es el costo, claramente, al contrario). Volvamos al puesto del conductor para poner en marcha este BMW 530i.
Arranque instantáneo, no tan suave como en el 3 litros anterior (incluso se percibe, hilando muy fino, el stop&start). Pero una vez en marcha, la suavidad y serenidad de este 530i son, verdaderamente, envidiables. Ausencia total de ruidos, a lo que contribuyen también las Michelin Primacy 3. En ciudad, se viaja aislado del mundo, literalmente. Todo es suavidad, confort, paz. En ruta, repite el bienestar, aun a altas velocidades, con ausencia de ruidos eólicos y un perfecto equilibrio de suspensiones. En un manejo tranquilo, y hasta normal, la suavidad es total, y este 2 litros, además de gastar menos, es más suave, entregando un plus en confort de marcha. Claro, también hay pérdidas en el camino: no solo 50 caballos menos sino también el nervio y sonido del «6 cilindros en línea». Pero para el usuario promedio, que elige Serie 5 por el placer de conducir, esta es una versión muy equilibrada. Además, quienes busquen más adrenalina, sin llegar al M5, cuentan con el 540i, con aquel motor de 3 litros y 340 CV.
De todos modos, no pensemos, ni por un momento, que este 530i es lento. Llegar a los 100 km/h en 6.1 segundos no indica tal realidad. Por el contrario, es rápido, aunque, la sensación, a partir de la gran suavidad, es que no acelerara tanto; pero es solo eso, sensación. Por otra parte, no podíamos dejar de llevar a este BMW al habitual trazado sinuoso de montaña, con curvas de distinto radio, subidas y bajadas.
Y allí descubrimos que, aunque las suspensiones están más orientadas al confort, y los neumáticos con perfil 45 no son los más aptos para exigencias deportivas, se desenvuelve con gran agilidad y aplomo. Muy buena tenida, con frenos que colaboran, deteniéndolo en cortas distancias y con gran seguridad. El motor responde siempre y el límite está más en uno que en el auto. Impecable. De todos modos lo poco que ha perdido en deportividad, lo ha ganado y con creces en confort en marcha. Dinámicamente excelente, una de las grandes cualidades de todo BMW. El precio de lista de este BMW 530i es de USD 86,900, aunque, con las variaciones de la moneda norteamericana, el precio final se define al momento de la compra, como ocurre con otros importados.
Conclusiones
A pesar de la alta expectativa previa, este BMW 530i, ahora con motor de 2 litros y 4 cilindros, lejos está de convertirse en una herejía para los seguidores de la marca y el modelo. Tal vez sí en los papeles, pero no «en la cancha». Sí ha cedido algo de deportividad, pero ahora es más sereno y suave, potenciando el placer de conducción. Lo que nos ha gustado es casi todo: diseño, espacio interior, calidad, confort de marcha, motor, prestaciones, dinámica, versatilidad. En el debe, poco. Las comentadas terminaciones brillantes en algunos sectores, la falta de un sistema de ingreso sin llave (creo, imperdonable en su segmento), la imposibilidad de verificación visual de líquidos y algún detalle menor adicional. En la balanza, excelente opción. Y costó devolverlo.
Belleza absoluta. Osea que no viene con Run Flat…? el que yo tenia 325 las traía y eran un problema.-
Tal cual