¿Porqué hablamos de resurrección?, ¿Acaso Lancia pasó a mejor vida como marca dentro del grupo FCA (ahora Stellantis)? Bueno, en términos exactos, no, Lancia sigue existiendo. Pero si tenemos en cuenta que solo existe en su Italia natal, y que cuenta con un solo modelo, el Ypsilon, que prácticamente no recibe cambio alguno desde 2012, pero que además, desde su presentación como nuevo modelo en 2003, apenas si ha recibido algunos restylings leves, solo faltaría contar con un Certificado de Defunción, para comprobar que la mítica marca italiana «no existe». Lancia pasó de ser una marca muy fuerte (aunque siempre dentro de Italia, y del viejo continente) a la actual situación, no por que sí. FCA (antes grupo Fiat) fue dejándola morir, y en gran parte por la conocida postura del recordado Sergio Marchionne, que no la quería en sus planes a mediano plazo para FCA.
Su sucesor, en la todavía FCA, Mike Manley, quizás tenía una postura algo menos extrema, aunque no llegó a trascender. Ahora, con Carlos Tavares como cabeza del nuevo grupo Stellantis, y reordenando el rompecabezas, con todas sus marcas (Fiat, RAM, Jeep, Chrysler, Dodge, Alfa Romeo, Maserati, Peugeot, Citroën, DS, Opel, Vauxhall), pareciera que el destino de Lancia no está tan definido. La idea de la nueva conducción es aprovechar el enorme legado emocional de la marca, para relanzarla, aggiornada, claro, con una fuerte apuesta por la tecnología y la movilidad eléctrica, y pensando en SUVs y crossovers, claro. Algo similar a lo que ocurre con los planes de Renault, «Renaulution», entre los que cuenta el relanzamiento del R5. Apelar a los sentimientos es válido, claro, también en los negocios.
Todo parece indicar que están volviendo algunos íconos de la historia del automóvil, como los R4 y R5, y ahora Lancia, aunque, es poco probable que volvamos a tener un Delta como aquellos últimos Integrale, inolvidables. Lancia merece una segunda oportunidad, sin dudas. A propósito, hace unos días, nos hacíamos eco de la especulación con el regreso del Delta S4, aunque sea solo un sueño, al menos por ahora.