Hay ocasiones en las que, para hablar de un modelo determinado, conviene «cambiar» el cassette», o para no quedar como prehistóricos, «reemplazar el chip», aunque también va quedando algo desactualizada esta frase en estos cambiantes y vertiginosos tiempos. Y cuando hablamos de Subaru, sin dudas, debemos re setear (volver a setear) los parámetros de análisis. Hace unos años solía decir que Subaru, Mitsubishi y Honda (en ese orden de relevancia) eran las japonesas más fieles a sus historias y a sus filosofías, y que poco y nada se habían dejado llevar por las modas y tendencias. Honda, que sigue siendo referencia en la industria del automóvil, ha cedido terreno en ese sentido, lo que no es algo «malo per sé«. Mitsubishi, ahora dentro del paraguas Renault-Nissan, menos, pero creo se irá globalizando más en esta nueva etapa (Si bien la alianza está en su punto histórico más débil). Finalmente Subaru es, creo, la única japonesa (y una de las pocas automotrices a nivel mundial) que va por un camino distinto al que marca la globalización actual.

Tanto en diseño (con muy leves cambios en cada nueva generación/renovación), como en mecánicas (motor boxer y caja CVT) y también en lo que hace al concepto estético y funcional, Subaru ha sabido mantenerse fiel a sus principios. Y no le ha ido mal. Uno de los indicadores que le es más favorable es el de Fidelidad de Marca, y allí es, me animo a decir, uno de los líderes mundiales. Sí, es cierto, esta personalidad propia hace también que sus seguidores, muy fieles, no sean masivos: sus volúmenes de ventas (y producción) se mantienen dentro de escalas de cierta exclusividad, y es simplemente una de sus fortalezas. Outback nació como una variante «aventurera» de Legacy rural (allá por 1995, con sus segunda generación); modelo que hoy se vende solo en variante 4 puertas, quedando por lo tanto Outback como «la rural» de Subaru. Mantiene su estilo, pero más importante que eso, su capacidad off road. No es un Land Rover Discovery, está claro, pero se permite ostentar un muy desempeño fuera del asfalto, cuando las condiciones topográficas condicionan a muchos y se necesita algo más que «apariencia off road».

En el Salón de Nueva York, que finalizó hace unos días, Subaru presentó la nueva generación de Outback, en consonancia con el -también nuevo- Legacy recientemente lanzado. Y que lo haya hecho en un salón norteamericano no resulta caprichoso: aquel es el principal mercado para la marca japonesa, mercado en el que es muy valorada, por otro lado. Si bien estéticamente no presenta grandes novedades, como era de esperar, en la parte mecánica encontramos una, importante: desaparece la opción de 6 cilindros (boxer, off course), de 3.6 litros y 256 CV como la de mayor performance, estrenando una de 4 cilindros, turbo, 2.4 litros y 260 CV, con caja CVT con opción secuencial de «8 relaciones». El motor de 2.5 litros y 182 CV, presente en la variante que se vende en Argentina y en el resto del mundo, seguirá estando para las versiones más accesibles.

Su tracción es la conocida Symmetrical All Weel Drive y su despeje al suelo de 22 cm le permite encarar situaciones desfavorables, mucho mejor que una rural «convencional». Subaru Outback 2020 también cuenta con el Eyesight, un paquete de seguridad que agrupa varios sistemas como Control de Crucero Adaptativo, Frenado Automático de Emergencia, Alerta de Tráfico Cruzado, Alerta de Cambio de Carril, etc. Además, utiliza la nueva Subaru Global Platform, modulable y apta para mecánicas híbridas, las que llegarán a esta nueva generación. Estéticamente mantiene su bajo perfil (conceptual), con una trompa más «cuadrada» y moderna, tecnología LED, con más insertos plásticos, una luneta con mayor inclinación, nuevas ópticas traseras, y en el interior, sí, cambios importantes. No ha caído en la tentación de tableros digitales, pero sí adopta una enorme pantalla táctil central, al estilo Tesla, con cuero cosido en butacas, tablero y contrapuertas, transmitiendo una alta calidad percibida. Sobrio, más moderno, y refinado. El nuevo Outback llegará a Argentina, estimamos ya entrado 2020, dependiendo de la evolución del escenario económico y del sector, claro.