Hace poco más de un año presentábamos la nueva generación (2a) del Audi A1, con un diseño totalmente renovado (difícil de reconocer como A1), y en versión de 5 puertas únicamente. Aun no ha llegado a la Argentina, aunque seguramente lo haga en el corto plazo. En aquella nota nos explayábamos acerca de su diseño y características así que no repetiremos conceptos.

Y la verdad es que, las diferencias con el A1 «normal» son menores, casi que pasan desapercibidas ante un ojo no tan «clínico». Opticas oscurecidas, parrilla octogonal en lugar de hexagonal, bajos del paragolpes, tomas de aire entre capot y parrilla, y poco más. Atrás, leves cambios en paragolpes y hasta ahí. De perfil se percibe su mayor altura (parámetro inevitablemente modificado en estas versiones aventureras), de unos 40 mm adicionales. Llantas de 18″ y suspensiones revisadas para alguna salida «off road», digamos. De perfil, algunos insertos en plástico negro (recurso también inevitable) y las mencionadas llantas. Adentro, sin cambios

Esta moda de crossovers y SUVs light ha venido para quedarse. No es tan nueva. Y hay una categoría que podríamos definir como crossover style, para casos como este, en los que no hay modificaciones de importancia, sino simplemente una mayor altura (despeje al suelo), plásticos protectores, algún leve diferencial estético exterior y casi que nada más. Aún así, tienen sus adeptos, y de hecho por eso tienen vida comercial. Personalmente no le veo alguna cuestión interesante; me quedo con la versión normal, y seguramente por varios euros menos pero, como todo en diseño, es totalmente subjetivo. Descartado para Argentina, creemos, aun cuando desembarque la nueva generación A1.