MINI ya presentó sus modelos eléctricos, que serán la base de su portfolio para los próximos años. Tanto el Countryman como el Cooper S. Hay que decir, y esto excede al caso puntual de los MINI, que si bien desde hace unos años, «todo pasa por lo eléctrico», hay una tendencia, no tan incipiente, y sobre todo de estos últimos meses, de seguir pensando en motores térmicos, mas bien en híbridos, más eficientes, pero no solo en EV, en gran parte por la «flexibilidad» de la próxima norma Euro 7 para motores nafteros. Para los diesel y el transporte de carga y personas, se hará poco rentable fabricar térmicos, pero es otro tema ajeno al que nos ocupa en este caso, el de los nuevos MINI Cooper.
Hablamos (habla MINI en realidad) de 2 versiones en este caso. El MINI Cooper C, con motor de 1.5 litros y 3 cilindros y 156 CV y el Cooper S, utilizando el 2 litros de muy eficientes 204 CV, ambos de origen BMW. Pude probar ambos motores en distintos modelos de ambas marcas, y como ya expresé hace unos años, la adopción del motor de 2 litros alemán, en reemplazo del anterior 1.6 THP fue una excelente decisión. «Parece otro auto», expresé en aquel momento, cuando probé el MINI Cooper S 5 puertas, justamente. Hay 4 versiones en cuanto a terminaciones, 3 «normales» y la JCW.
En cuanto al diseño, las diferencias con el actual no son tantas ni tan grandes. En el frontal, casi imperceptibles, bastante profundas en el sector trasero, ganando quizás personalidad, aunque cediendo parte de su «historia visual». Sin diferencia en el lateral. Puertas adentro destaca (con luces y sombras) la nueva enorme pantalla central, redonda, claro. Las pantallas multimedia modernas, muy grandes, no son sencillas de «insertar armónicamente», pero en este caso no me convence, además de la pérdida del (mini) tablero frente al conductor. Ahora solo la pantalla central. Pero bueno, siempre es subjetivo hablar de diseño. Esta nueva generación debería llegar a Argentina, como lo hicieron las anteriores.