Seguramente no somos pocos, dentro del mundo del automóvil, quienes añoramos lo que podemos considerar épocas doradas. O quizás, épocas más pasionales, menos edulcoradas, menos globales, más atractivas. Nostalgia improductiva ya que la realidad del automóvil está cambiando como nunca antes y esto es imparable. En breve, casi todos los modelos serán SUV o pick ups, más algunos crossovers, y eléctricos, tal vez algunos híbridos. Vamos hacia eso, nos guste o no. En ese contexto, pensar en sobrevida para el Subaru STI o resucitación para el Mitsubishi Lancer EVO, no es más que soñar despierto…. ¿ o no tanto?
La actual generación del Subaru Impreza (del que derivan WRX y STI, que sin embargo se basan en la generación anterior) fue lanzada en 2016, y se sigue vendiendo en Argentina, al igual que el WRX. En otros mercados se venden ambos prestacionales (que ya no tienen el apellido Impreza). El WRX con motor de 2 litros y 268 caballos y el STI con el 2.5 litros de 310 caballos. Ambos delatan el paso del tiempo, más allá de conservar intacta su magia. Y en breve llegarán sus nuevas generaciones. En el caso del WRX, la potencia podría venir de un nuevo 2.54 litros, y treparía hasta -muy interesantes- 295 CV, mientras que el STI (o WRX STI) podría ubicarse cercano a los 400 CV, casi un 30% más que el actual. No se esperan cambios drásticos a nivel estéticos, y tampoco tecnología híbrida y menos aún eléctrica. ¿Serán las últimas versiones con motores a combustión?
El caso del Mitsubishi Lancer es distinto. El modelo dejó de fabricarse en 2017, con la última generación, 8a, también vendida en Argentina. Su variante más deportiva y atractiva, la EVO, se comercializó hasta 2016, en algunos mercados, con 280 CV y tracción integral, emulando al gran protagonista del WRC, de la mano de Tommi Makinen, 4 veces consecutivas ganador del Rally Mundial, entre 1996 y 1999, con el apoyo de Ralliart. Y justamente, hablando de la división deportiva de Mitsubishi, todo parece indicar que volverá en breve, quizás con una L200 «anti Raptor». Hace poco soñábamos con un nuevo Lancer EVO, aunque está prácticamente descartado.
¿No tendría éxito?
No se trata de eso. Sin dudas hay un legión de seguidores esperando el modelo, pero en esta actual industria automotriz, y en la particular situación de Mitsubishi dentro de la alianza Renault Nissan, y su plan de recuperar la buena salud económica, las prioridades no pasan por un modelo «tradicional» de alta performance, sino, como en casi todas las automotrices, por SUVs y pick ups, y sobre todo modelos que hagan recuperar rápidamente las inversiones. Y en todo caso, más allá del magnetismo que genera Lancer, y sobre todo su versión EVO, no tendría un gran volumen de ventas que justificara la gran inversión a realizar, lamentablemente.