El tiempo pasa, vuela. Han pasado ya 7 años de la presentación del revolucionario (en diseño al menos) Toyota CH-R, curioso modelo que rápidamente creció en ventas, con una muy interesante performance comercial, sobre todo en el continente europeo. La marca japonesa lo vende en Argentina en una sola versión, HEV 1.8, con 122 CV híbridos, y por algo más de $ 12 millones. Ahora, Toyota presenta la segunda generación (sin restyling de mitad de ciclo, algo no tan frecuente) basada en la plataforma TNGA-C mejorada. En cuanto a motores, mantiene la base híbrida actual pero mejorando prestaciones y agregando una versión enchufable (PHEV).

Con la base del 1.8 y 2.0 Atkinson, los 2 híbridos ahora pasan a llamarse 140H (125H) y 200H (180H), con potencias combinadas de 140 CV y 196 CV respectivamente, esta última pudiendo agregar opción de tracción integral. En esta segunda generación, la marca japonesa agrega una variante denominada 220PH, PHEV, con una potencia combinada de 223 CV y una autonomía en modo eléctrico puro de 66 km, interesante para movilidad urbana diaria. Contará con los sistemas de seguridad agrupados en el Toyota Safety Sense, aumentará la calidad percibida en el interior, y buscará seguir siendo una opción distinta, sin llegar a convertirse en un modelo totalmente eléctrico, al menos por ahora.

Estéticamente, sigue siendo «rompedor» aunque ha cambiado bastante respecto a la primera generación. Ahora las manijas traseras son «normales», a la vista, el techo es más plano, la línea de cintura más baja, pero además, con grandes diferencias en ambos extremos. En el sector frontal, mucho de lo visto en el eléctrico bZ4X, y también con la firma lumínica de su primo híbrido Prius. Atrás se vuelve más «cuadrado», con faros más chicos, siguiendo la moda actual, y en el perfil algunos cambios de volumen como para mantener la alta personalidad. Pliegues en puertas delanteras que me recuerdan al Citroën C4 europeo, algo recargado, me parece. Se lo percibe como más «adulto», si cabe el término. Pintura bitono que simula puertas traseras pequeñas. En el interior, cambios profundos, ahora menos innovador, pero más sobrio y con mejoras en la presentación. Debería llegar a Argentina, aunque recién bien entrado el 2024, economía y restricciones mediante.