No son pocos 10 años para el ciclo comercial de un modelo en la actualidad. Y en 2014 Nissan mostraba al mundo la nueva generación Murano, menos SUV, más deportivo y muy dinámico (visualmente). Unos 3 años después nos subíamos al modelo, en su característico color naranja. Finalmente, a mediados de este año, adelantábamos cómo se vería la nueva generación que la marca japonesa estaba poniendo a punto. Bueno, la espera terminó, y estamos conociendo al Nissan Murano 2025, con cambios absolutos, radicales, profundos, y no solo en lo estético sino también en la parte mecánica (veremos como responde el mercado norteamericano).
Esta nueva generación presenta cambios en todos los sentidos. Comenzando por los mecánicos, deja el potente (y gastador, en términos iguales) V6 de 3.5 litros de 252 CV, por un L4 de 2 litros, mucho más racional y adaptado a los actuales tiempos de racionalización en el consumo y la mira puesta en las emisiones contaminantes. No es el único. La caja CVT (nunca las quise, historia conocida a esta altura) quedó en el camino, y ahora aparece una automática «tradicional» (con convertidor de par) de 9 relaciones, cambio que, creo, fue realizado pensando en el mercado norteamericano, uno de sus principales, donde son mucho más adeptos a las AT que a las CVT. A pesar de haber perdido algunos caballos (ahora con 244 CV), la racionalización mecánica le vendrá muy bien. Además presenta un despeje al suelo casi 4 cm superior.
No, no nos engañemos. Nissan tiene vehículos preparados para el off road, y no es Murano precisamente el indicado. Seguramente ningún propietario del modelo (anterior y actual) buscará conocer terrenos complicados, desafiando a la naturaleza. Murano no está pensado para eso. Equipa el conocido «capot transparente», sistema que permite visualizar lo que ocurre abajo del auto, muy útil en algunas circunstancias. Estéticamente, los cambios son tan profundos que no podemos hacer la habitual comparación visual. Es otro auto (SUV), literalmente.
Frente cercano a Ariya y al nuevo Kicks, sector trasero «a la moda» con firma lumínica completa angosta (altura) y en el lateral, más ortodoxo si se quiere, más tradicional con menos líneas de tensión y cambios de volumen; bienvenida esta sobriedad. En el interior, cambios totales, pero no solo a nivel presentación digital y multimedia, sino también en cuanto en el aumento de la calidad percibida y la modernidad, sin perder elegancia. No me gusta mucho el minimalismo en exceso, pero bueno, aunque se está revirtiendo, sigue siendo lo que se usa. Debería llegar a Argentina, si bien Nissan no lo tiene en su portfolio (generación actual).
