En un lejano 2011, Audi presentaba su SUV más pequeño, y el tercero en llegar, luego de Q7 y Q5, en ese orden. En 2018 conocíamos su segunda generación, de la que derivarían, el prestacional RS Q3 con 400 CV, y la variante (estéticamente) deportiva Q3 Sportback. Con 5 años en el mercado, la segunda generación va pidiendo un reemplazo, a pesar que se muestra vigente en términos visuales. Y es la que llegará en 2025, como la última todavía con motores a combustión, aunque con la asistencia de la hibridación. Hay algunas opciones confirmadas, de manera implícita, como los híbridos enchufables (PHEV) de 204 y 272 CV, con autonomías mejoradas en modo eléctrico, llegando a muy interesantes 100 km (duplicando el alcance actual). Desaparecería el diesel 2.0 de la oferta, tendencia (lamentablemente) en las automotrices actuales.
También llegarían los híbridos suaves, o micro híbridos (Mild hybrid), hoy no disponibles en Q3, con batería de 48 V y una potencia en el orden de los 150 CV, seguramente provenientes del motor 1.5. No se esperan cambios en sus dimensiones. Recordemos que la primera generación contaba con una longitud de 4.39 m; la segunda llegaba a 4.49 m, y se supone que la próxima -tercera- pueda ubicarse en 4,50/4,52 m. Será fabricado en Hungría junto con su próximo primo «español», el CUPRA Terramar, ambos bajo la plataforma MQ EVO. Estéticamente Audi no suele cambiar de manera radical con cada generación. Sí veremos un acercamiento a sus hermanos Q4 y Q8, sobre todo en el diseño frontal y el remate posterior. Podrían continuar las dinámicas versiones Sportback. Será uno de los últimos lanzamientos Audi antes de su etapa solamente eléctrica, anunciada para 2026.