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El primer Mercedes-Benz eléctrico de producción: EQC


Mercedes-Benz EQ. La submarca eléctrica del gigante alemán dio a luz su primer producto: el EQC, algo así como «el SUV/Crossover eléctrico del GLC/GLC Coupé».  ¿Una definición algo rebuscada? Puede ser. Pero EQC toma elementos del SUV de Clase C, aunque, con carácter propio. Buscando similitudes podríamos expresar que hasta las puertas traseras deriva de GLC Coupé, y el remate trasero lo toma de GLC SUV.


Lo concreto es que en el próximo Salón de París, que comenzará en octubre, Mercedes-Benz estará presentando el nuevo EQC, desarrollo totalmente eléctrico, pensado para estos actuales, globales, ecológicos y vertiginosos tiempos que estamos viviendo. Su longitud es de 4.76 m, muy cerca de GLC Coupé (4.73 m) con quien comparte varios elementos. Sus llantas serán de 20″ y 21″ (versión AMG, que también existirá). Pero vamos a los datos del (los) motor (es) eléctrico (s). Cuenta con 2, uno por cada eje, los que en conjunto entregan espectaculares 408 CV, potencia suficiente para permitirle acelerar de 0 a 100 km/h en 5.1 segundos. Tanto o más importante que esto es su autonomía, «hasta» 450 km. Con estas prestaciones, ¿para que un motor de combustión?


Bueno, no todas son buenas noticias. Las eficientes baterías del nuevo EQC pesan 650 kg (sí, más de media tonelada), conformando un total de 2,400 kg. EQC no es precisamente liviano. Contará con 2 líneas «conceptuales»: Electric Art y AMG Line, diferenciándose por llantas, parrilla, y varios detalles más. Un par de cuestiones llamativas/novedosas. Por un lado, el «acelerador háptico» (equivalente a la vista o al oído pero aplicado al tacto) que emite «pulsaciones» (que van al pie del conductor) para sugerirle que disminuya la presión al pedal, por ende la aceleración, y entonces, finalmente, el consumo. La otra es que EQC puede recuperar energía al soltar el acelerador (esto en sí mismo no es novedoso), y el conductor puede regular la «cantidad» o intensidad de esa recuperación, lo que provocará que «se frene» más o menos. Interesante, novedoso.


Estéticamente, tiene un formato SUV/Crossover
(ni uno ni otro totalmente, sino una conjunción de ambos). Aspecto Crossover deportivo en su mitad delantera, y de SUV más clásico en la trasera, intentando simplificar esta asociación estética. Su frontal es, convengamos, raro, para el mundo Mercedes-Benz, con enorme parrilla central y paragolpes con entradas de aire. Atrás es más clásico, minimalista, elegante, con ópticas que se unen, conformando una unidad en toda la extensión del sector posterior. De perfil se advierten las asociaciones que hacíamos con sus parientes GLC Coupé y SUV, con llantas futuristas, exageradas.


En el interior. poco que ver con aquellos. Tablero principal conformado por dos pantallas de generoso tamaño, «unidas» entre sí, recurso visto en el nuevo Clase A, entre otros. De dudoso gusto estético, en nuestra opinión. De todos modos se ve moderno, elegante y con alta calidad percibida, como era de esperar. Curiosas salidas de aire. También cuenta con el MBUX (Mercedes-Benz User Experience) que promete niveles de integración Conductor/Auto muy avanzados. Cuenta con 5 modos de respuesta mecánica: Comfort, ECO, Max Range, Sport e Individual.


Mercedes-Benz EQC
, el primer eléctrico de su división EQ, al que sumarán luego nuevos modelos. La carrera por los eléctricos comenzó hace un tiempo y nada pareciera detener su marcha. Nulas chances de llegar a Argentina por varias razones, entre ellas la escasa infraestructura en cuanto a estaciones de carga rápida. Con ellas, el EQC puede recuperar el 80% de su carga en 40 minutos. Luego de su presentación en el salón parisino, llegará a los concesionarios a mediados de 2019.

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