En un ¿muy? lejano 2012, adelantábamos la decisión de Nissan de recuperar la marca Datsun, como una rama «low cost», si cabe el término, dentro de su portfolio. La jugada tenía sentido. Al fin y al cabo, aunque desconocida en algunos mercados (europeo por ejemplo), podía servir de plataforma emocional para algunos países asiáticos y sudamericanos. De hecho en Argentina tuvimos algunos modelos a fines de los 70s, como 180 SX (Silvia), 200 (Laurel), 180 (Bluebird), 140, 280ZX, y algún otro. Un poco más cerca, en 2013, mostrábamos el Redi-Go, producto low cost (aunque un low cost muy diferente los Dacia de esos años, claro) de la nueva Datsun.
Aunque creo que nadie le puso demasiadas fichas al operativo retorno Datsun en 2012, debo reconocer que yo creía que podía resultar exitoso, dentro del mercado asiático (Indonesia, India, etc.), sin descartar la posible llegada a LATAM. Pero teniendo en cuenta que Nissan vende, por ejemplo, el March anterior, como escalón de inicio, resultaría al mismo tiempo quizás contraindicado. Como sea, lo cierto es que Datsun, que tuvo sus orígenes en 1914 (con otro nombre) y que en 1933 pasó a Nissan, había estado presente hasta 1986. En 2012 se anunció el regreso de la marca, y ahora, 10 años después, se cierra el complejo industrial de Chennai en India, el último luego del cierre de las fábricas de Rusia e Indonesia.
Con esto, se sella definitivamente la posibilidad de vida de Datsun. Nissan ya ha expresado que no dejará sin postventa ni atención a los actuales clientes de la marca. ¿Qué ocurrió? Bueno, personalmente creo que concurrieron varios factores. En primer lugar, Nissan nunca creyó fuertemente en la apuesta por Datsun. Por otro lado, estando limitada a algunos mercados, en estos tiempos tan globalizados, los umbrales de recupero de inversión suben considerablemente. Y también hay que decir que Datsun casi no tenía producto. Y el Magnite que iba a ser su gran apuesta, finalmente fue absorbido por Nissan. Como consecuencia de todos esto, Datsun ha pasado a mejor vida.