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BMW M850i xDrive. Simplemente espectacular


BMW Serie 8. Hace tiempo esperamos su presentación oficial, que se adelantó en formato concept y que presentamos hace un par de meses. Sí, tal vez sus 530 caballos anunciados «suenen a poco» (por supuesto no lo son), teniendo en cuenta que, por ejemplo, el M5 Competition, que mostramos hace un mes, tiene 625 CV. Pero bueno, no es necesario «llegar al Everest» en cuanto a potencia para convertirse en referente. Y este BMW M850i xDrive, sin dudas, será un referente en la industria del automóvil.


Comencemos con «alguna data» del nuevo Serie 8 que llegará a los concesionarios europeos en el último trimestre de este año. Su longitud es de 4,84 m y para buscar referencias, tomemos una «interna»; el Serie 4, que probamos en su versión 440i cabrio, mide 4,64 m, y el Serie 6 cabrio (ya no se vende el coupé), 4,90 m. Interesantes dimensiones para el nuevo Serie 8. Su altura es de 1.34 m. Mecánicamente, se presentará en esta versión M850i xDrive, con el conocido V8 de 4.4 litros (aunque con varias partes revisadas), entregando 530 CV. Caja Steptronic de 8 relaciones, y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3.7 segundos.


Volviendo a las comparaciones, el Porsche 911 Turbo, con 540 CV y paquete «Sport Chrono», lo hace en 3 segundos. Más adelante se espera una variante diesel, el 840d, con el histórico y muy eficiente 3 litros/»6 en línea» y 320 CV que, claro, al lado del M850i, parecieran insuficientes. En momentos en que Europa vive una gran retracción en la participación de los diesel (hoy, 45% del mercado), llama la atención el anuncio de BMW para un modelo «tope de gama», pero, nos rendiremos ante los seguros estudios de mercado que habrá encargado la automotriz alemana.


Estéticamente
(convengamos que todo auto «entra por los ojos»; después se analizan otras cuestiones), este BMW M850i es sencillamente espectacular, tal como reza el título. Elegante, deportivo, musculoso, moderno y clásico a la vez. En fin, poco para criticar, aunque, como solemos expresar, el tema estético es absolutamente subjetivo. En el frontal, enorme parrilla «doble riñon» (en formato poligonal), aunque luce más unificada que en sus hermanos. Opticas más pequeñas, LED, y grandes tomas de aire. Atrás, diseño no tan limpio, algo recargado (si se nos permite ser jurados de diseño por un minuto…), ancho, macizo, ópticas de baja altura y anchas y ¿exageradas? salidas de escape, sumado a varios cruces de líneas y cambios de volumen que suenan, tal vez, en exceso y se contraponen con la «ortodoxia» de la trompa.


En el perfil encontramos una de sus vistas más atractivas, y a la vez, originales. Muy largo capot (ver la «luz» entre la puerta delantera y el guardabarros), gran voladizo trasero, luneta de gran inclinación, cintura alta, pero más aún, techo bajo, y un habitáculo pequeño (al menos exteriormente) que nos hizo recordar por un momento a la famosa «Pagoda» de Mercedes-Benz (la 230 SL de los 60´s, por ejemplo).  y techo con gran caída hacia atrás, «fundiéndose con la luneta». Atractivas llantas que dejan ver los enormes discos de freno. Exquisito diseño. Salvando las grandes distancias, y con el perdón de los teutones de BMW, tiene un aire al Hyundai Génesis desde el lateral.


En el interior adopta el tablero digital, ya visto en Serie 4, y en el nuevo X5 y que llegó para quedarse (lo mismo ocurre en Mercedes-Benz y en Audi). BMW era una de las marcas más clásicas y continuistas en cuanto a interiores, y de hecho, algunos elementos se conservan, casi sin cambios, desde hace décadas (su instrumental por ejemplo). Pues bien, esto está cambiando, y este Serie 8 es un fiel exponente de los nuevos tiempos. Me animo a decir que, conceptualmente, no hereda rasgo alguno de los interiores BMW. Consola central hasta abajo y bien diferenciada, tablero digital, nuevas salidas de aire, y hasta el volante, toma nuevos rumbos. Salvo por el logo, resulta casi imposible adivinar que se trata de un BMW. De todos modos, más allá del gran cambio, nos resulta atractivo el interior, más deportivo (algo lógico), quizás recargado en el sector central, pero logrado.


En cuanto a Seguridad, ningún modelo puede pensar en ser competitivo sin contar con los actuales sistemas de seguridad activa y pasiva -de acuerdo a su posicionamiento en precio, claro- y menos un BMW, y menos aún, su buque insignia. Driving Assistant Profesional, Crucero Adaptativo, Cambio de Carril Activo, Ayuda a la Evasión, y bastante más. Destaca el estacionamiento autónomo que permite hacer hasta 80 m marcha atrás buscando el lugar visto, o el Integral Active Steering que gira las ruedas traseras también.

Finalmente, se puede abrir, cerrar y poner en marcha desde un celular. Nuevo BMW M850i xDrive, sencillamente espectacular. No creemos que llegue a Argentina, aunque no lo descartamos para el segundo semestre de 2019.

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