Bentley, la centenaria marca británica, cumple, justamente 100 años, y de ahí el nombre de este nuevo concepto, ¿demasiado? futurista. Teniendo en cuenta que la marca lo presenta como un modelo para el año 2035, no hace falta tener demasiada imaginación para adivinar que está basado en alta tecnología, motricidad eléctrica y materiales ecológicos. Claro, 15 años antes luce como «fuera de contexto», y no pasará a producción por ahora.
Algunos datos escalofriantes. A pesar que no han trascendido datos de su potencia, sí conocemos su par motor: 1500 Nm… Cuenta con 4 motores eléctricos que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en temibles 2.5 segundos y su velocidad máxima es de 300 km/h, limitada electrónicamente por la reducción exponencial de la autonomía con la velocidad, la que, en condiciones normales llega a no menos increíbles 700 km y que puede recuperarse en un 80% en 15 minutos. Ciencia ficción, y sigue. Su longitud es de 5.8 metros, 70 cm más que un BMW Serie 7 (y su ancho 2.4 m), como dato comparativo. Sus materiales principales son Aluminio y Fibra de Carbono.
En cuanto al diseño, poco para analizar con los parámetros actuales, siendo un modelo pensado para un par de décadas más adelante. Enorme voladizo posterior, baja altura, enormes llantas, frontal que evoca a algunos de sus abuelos, como el Continental de 1956. Pero claro, todo es raro y difícil de digerir. Interior más futurista, absolutamente minimalista. Algunos datos más propios de la ciencia ficción: las butacas escanean al conductor y adaptan una serie de parámetros (climatización, iluminación, respuesta mecánica, etc.) a su perfil. Además varían su forma y su sujeción en función del tipo de manejo, «cerrándose» para un manejo deportivo. Además miden algunos parámetros de los signos vitales y adaptan todo el entorno interior a ese estado. ¿Será así? Seguramente en 25 años sea algo normal, hoy parece pura imaginación.