Toyota sigue sumando variantes Cross a su portfolio, aunque en este caso, con algunas consideraciones previas, necesarias. En primer lugar, este modelo está destinado al mercado sudafricano, donde no se vende el Yaris Cross europeo ni el inminente Yaris Cross brasileño. Tampoco los casi gemelos Toyota Urban Cruiser (el Taisor, no el Hyryder) y Suzuki Fronx. Pero sí introduce este Starlet Cross, que no es ni más ni menos que el trillizo de aquellos. Starlet se vendió en Argentina en la importación del fines de los 70´s aunque se vieron pocos en nuestras calles y no regresó en posteriores generaciones. Pero en algunos mercados como el sudafricano, goza de gran prestigio y ventas. Por eso el cambio de nombre.
Recordemos, a su vez, que Starlet es un Suzuki Baleno «toyotizado». Ambas automotrices japonesas tienen varios acuerdos de fabricación conjunta, ya comentados en Automotiva. Claramente Toyota es la número 1 a nivel mundial, y Suzuki bastante pequeña, pero, sobre todo para mercados emergentes, le sirve a Toyota para modelos como en este caso. Este «nuevo» Toyota Starlet Cross cuenta con el motor 1.5 de 105 CV, con opciones de caja MT5 o AT4 y mide 3.99 m de largo, como sus hermanos.
Estéticamente presenta leve diferencias respecto a su hermano Urban Cross (indio), adaptándolo al gusto sudafricano. Hablamos de un modelo para mercados emergentes y por ende pocas asistencias al conductor (ADAS), motores nafteros (no híbridos), cajas de 4 y 5 relaciones, interiores no digitales, y materiales que, sin llegar a low cost, presentan diferencias con un Yaris Cross europeo, como ocurre con todas las marcas. Estéticamente se lo ve moderno y atractivo, con un tamaño contenido, y como una opción más deportiva que el Vitara.