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Probamos el BMW 335i M-package. Ingeniería alemana


Audi
había sacado ventaja en los años anteriores, recientes. Las ventas de la división premium del grupo Volkswagen han crecido mucho a fuerza de tecnología, diseño, y marketing. BMW no iba a ceder terreno así de fácil. Erróneo sería pensar o inferir que la calidad BMW surgió recientemente y solo como respuesta al crecimiento de una marca rival. Desde siempre, los modelos de la marca del «doble riñón» se han caracterizado por calidad y su dinámica.


En los últimos años, además de su calidad constructiva, BMW incorporó «más diseño», único elemento que había descuidado en su manufactura de altísimo nivel. Y así surgieron X6, Serie 5 GT, Serie 3 GT, i3, i8, y, aunque menos jugada, esta nueva Serie 3, la más refinada, tecnológica y prestacional de su historia. Y que también da inicio a la nueva Serie 4, como hemos comentado en Automotiva. Hemos probado y contactado varios productos BMW (X5, 325i E90, 535i, 550i y este 335i), y siempre hemos encontrado altísimos niveles de calidad y conducción dinámica.


Pero vamos al análisis del 335i M-Package probado, y al que lo condujimos por poco más de 2100 km, por diversos tipos de caminos. Y comenzamos por su estética. Debo reconocer que cuando BMW presentó la actual Serie 3 (F30), con una trompa baja, que obligaba a una caída importante del capot hacia adelante, no terminó de convencerme. No fué amor a primera vista ni mucho más. Recuerdo, incluso, haber comentado acerca de lo controvertido de su frente bien bajo. Con este plafond negativo inicial, comenzamos a probar esta versión que cuenta con el motor de 6 cilindros (en línea, obviamente) y 306 CV. Si existe una automotriz con acumulación de premios en sus motorizaciones, esa es BMW. Y este en particular, ha sido elegido el mejor motor del mundo. Luego de probarlo, podemos estar plenamente de acuerdo con tal distinción.

Volviendo al diseño, y salvo el detalle «controvertido» comentado, las proporciones de la Serie 3 2013 son perfectas. Capot bien largo consecuencia de su motor «en línea».

Doble nervadura del mismo y la comentada curva que se acentúa al llegar a la trompa, y hace que el sector se vea diferente de frente y de costado. Y cuenta con un voladizo muy pequeño, con ruedas ubicadas casi en el extremo delantero.

La «altura» de la trompa es muy baja, con el doble riñón «aplastado». Aprobado. Enormes llantas de 19 pulgadas «M» (sobre Bridgestone 255/35R19) con perfil de cubiertas muy bajo que hace presuponer -erróneamente- un traumático andar en ciudad, algo que no ocurre, al menos en los modos Confort y EcoPro. Si tuviera que criticar forzosamente algo de su diseño exterior, hilando muy fino, haría centro en el sector trasero, logrado, aunque «algo pesado». Adopta rasgos de Serie 5 pero se lo ve un poco denso en su parte superior. Buena distancia entre ejes. De perfil, diseño muy limpio, carente de excesos innecesarios, pocos cambios de volumen, bienvenido.


Entramos al Serie 3 a través de generosas puertas (y amplia abertura), y en nuestro caso, con la butaca regulada en su extremo inferior, «nos dejamos caer» adentro. Butacas en cuero, con regulación total eléctrica (y 2 memorias), muy buen tamaño, pétalos que  cumplen su función (regulables) y amplia regulación longitudinal y la comentada en altura. El volante multifunción es un logro de Serie 3: práctico, excelente grip, muy buen diseño, tamaño justo, y asistencia eléctrica perfecta. Mejor imposible. Buena posición de manejo, aunque no encontramos la perfección en este rubro. Con el negro y el cuero dominando el interior, la calidad visual percibida (y la real) es altísima, «premium plus».


Si tuviera que resumir la sensación que transmite Serie 3 «puertas adentro» es la que «todo está en su justa medida, nada sobra». Dediqué largos minutos a buscar algo que pudiera estar fuera de tono, y resultó en vano. El diseño, la ergonomía y la percepción visual de este BMW son casi perfectos. No mencionaremos el impecable accionamiento de sus perillas, botones, manijas, ya que son los esperables en un modelo premium. Comando central (al lado de palanca de cambios) multifunción, comodísmo. Tal vez lleve un rato acostumbrarse, pero es lo más cómodo que hemos encontrado en cuanto a comandos de distintas funciones.


El volante, con doble regulación, cuenta con generosas levas para subir y bajar secuencialmente los 8 cambios disponibles. Excelente comando para el Cruise Control, muy práctico y al lado, el del audio y telefonía. Una vez cómodamente sentados, encontramos un tablero muy sencillo, con 4 instrumentos analógicos (afortunadamente la marca no ha cedido a la moda de «lo digital»), con temperatura de aceite en lugar de agua, razonable para un deportivo. La simpleza y rapidez de lectura del tablero asombra. Información precisa, rápida, simple. La gran pantalla central permite ver el navegador (completísimo en cuanto a resolución y actualización), múltiples ajustes de lo que se nos ocurra en cuanto a parámetros del auto (como se deben comportar las trabas en las puertas, las luces, los avisos, los indicadores, etc.), telefonía celular y audio Harman Kardon (casi una sala de concierto).


Si hablamos de equipamiento, es más que generoso, acorde con su precio y nivel. Aparte de lo ya comentado, cuenta con 6 Airbags, ABS, Controles de Tracción y Estabilidad, Head Up Display (proyecto la velocidad en el parabrisas, pudiendo elegirse en que lugar del mismo será visible), Configuraciones Mecánicas (4 modos, Eco-Pro,Confort, Sport y Sport+), luces de cortesía en manijas externas y externas de puertas y en el piso, etc.

Criticable la falta de rueda auxilio (ni siquiera temporal). El espacio interior delantero es bueno, aunque, en la posición más baja de la butaca viajemos «como envueltos», abrazados por el entorno. Atrás la cuestión no es tan generosa, con 2 pasajeros con buen espacio, no tanto si son 3 los presentes en el asiento trasero. Muy buen y original sistema de apoyacabezas, casi invisibles si no se usan, aportando visibilidad trasera, a pesar de la cámara de marcha atrás y ayuda óptica y visual en la pantalla central. Si bien Serie 3 sobresale en muchos aspectos, este 335i además, brilla en lo que hace a su mecánica. Comenzamos por su motor, un 6 cilindros en línea, de 3.000 cm3 (que BMW no llama 330, sino 335) y 306 CV, que parecen más. Elasticidad absoluta, ayudada por la caja de 8 velocidades, que permite transitar en 8ª a 60 km/h sin tironeos pero también exprimir cada cambio hasta cerca de las 7.000 vueltas sin el más mínimo quejido.


Y acá radica una de las principales virtudes -no muy comunes- en este 335i: puede transitarse cual burgués, a bajas rpm, con consumos miserables ausencia total de ruidos y un placer de conducción enorme, y también puede exigírselo en sectores trabados de montaña (lo hicimos en Córdoba), con consumos muy altos (pero acordes a un auto casi de carrera), con poca intervención del ESP, y franqueza total en cuanto a respuesta direccional. Pareciera que no se va a alcanzar el límite del auto en momento alguno.


Para cerrar el tema caja, automática y de 8 relaciones, puede comandarse mediante la palanca entre asientos y con las generosas levas detrás del volantes. Aunque, no tengo dudas que una vez que nos acostumbramos a utilizarlo en automático, con tanta potencia y torque disponibles y rango de rpm con las 8 relaciones, no volveremos al modo secuencial. El modo EcoPRO alarga los cambios, todo se suaviza y es un placer para el uso en ciudad o en ruta relajados. El Confort es intermedio, con buen confort de marcha en ciudad, a pesar del perfil 35 de sus cubiertas y una suspensión que no puede relajarse ante 306 briosos caballos. Luego sigue Sport, que endurece la dirección y mejora la respuesta mecánica (mayor rapidez), y el Sport+ que desconecta (en serio) los controles electrónicos, y que, a pesar de la excelente dinámica del auto, requiere respeto y tranquilidad para que la relación idílica sea duradera.

Probamos el 335i M-Package durante más de 2200 km, por distintos caminos, en diferentes modos mecánicos (en los 4), automático y secuencial, lento, rápido, cargado, vacío; en fin, en todas las condiciones normales, y realmente la respuesta es excelente en todos estos ámbitos. Acelera de 0 a 100 km/h en poco más de 5 seg, y su velocidad final está electrónicamente limitada a 250 km/h. En cuanto al consumo, obtuvimos algunas cifras para el asombro: A 110 km/h, 7 litros/100 km, a 100 km/h, 6.3 litros, en ciudad y en EcoPro, 13.5 litros, todos valores que harían sonrojar a más de un pequeño económico. En el modo EcoPro, la computadora aconseja permanentemente mediante símbolos, bajar la velocidad o acelerar, buscando el menor consumo.

Sin dudas, además de todas las virtudes del 335i M-Package (calidad, diseño, refinamiento, equipamiento, etc.), una de las principales cuestiones que no se encuentran en muchos modelos, es la versatilidad. Para resumirlo, 335i es, «2 autos en 1», una limusina y un auto de carreras en un solo envoltorio, o tal vez, son todos los autos que quieras, más confortables, más deportivos, intermedios, etc. Que uno pueda emular a un piloto de carreras, pero también transitar gastando «casi nada», sin cambiar de auto, habla de la excelencia de la ingeniería alemana. Espectacular.

El precio del 335i es de $ 569.800, a los que hay que agregarle el opcional del paquete M (incluído el azul «M») que tenía nuestra unidad. ¿Caro o barato? Todo depende de como se lo mire. Si lo analizamos en términos absolutos (o por ej. en relación a ingresos mensuales) sin dudas no es barato, como ningún auto lo es. En cambio, si tomamos en cuenta todo lo expresado en el test, 335 i no es caro. Al fin y al cabo USD 64.000 (dólar blue) es un valor interesante. En Europa cuesta USD 65.000.


BMW 335i, de lo mejor del segmento.

 

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