Clase E, claramente, no es lo más masivo de Mercedes-Benz, marca de por sí bastante selecta, aunque, los mismos directivos alemanes buscan -y lo vienen consiguiendo- transmitir una imagen menos contracturada, más flexible, moderna y evolucionada.
Si bien en Argentina las ventas de este sedán de 4.87 m, (casi al medio de sus dos rivales alemanes, 4.91 m Audi A6 y 4.87 m BMW Serie 5) no resultan importantes en cuanto a volumen, sí tienen peso en Europa y Estados Unidos.
En el viejo continente, 16º se ubica Clase C (líder premium) y 36º Clase E. En Estados Unidos, 60º (líder premium) y 71º, en la primera mitad de este 2012.
Históricamente, Clase E resulta -tal vez- el modelo más sobrio y más «estereotipo» de Mercedes-Benz. Y en cierto sentido lo sigue siendo, aunque sus rivales de franja tampoco arriesgan demasiado a nivel estético. Sí lo hizo MB con CLS (más grande que Clase E), buscando atraer jóvenes ejecutivos, pero el segmento no permite grandes atrevimientos.
A pesar de esto, Clase E tiene un trabajo impecable en design. Puede parecer demasiado sobrio a primera vista, pero cuando se lo analiza más en detalle, se descubre que es deportivo y elegante a la vez, con líneas trabajadas e impecables proporciones. Uno de los aspectos en que se nota su excelente diseño se aprecia en su tamaño aparente: parece más chico de lo que es.
El baúl, con 540 litros es realmente enorme, con muy buena boca de carga y comodidad para cargar. Un aspecto mejorable: la segunda tapa que separa la cubierta (temporal) de auxilio, con calidad mejorable.
Pasando al diseño interior, lo único opinable resulta su extrema sobriedad, con el negro dominando todo el espacio. Butacas en cuero, de muy buena sujeción, muy anátomicas, con múltiples reglajes (casi todos eléctricos) y con un detalle poco común: la regulación en altura es amplísima, puede conducirse casi en el piso o tocando el techo, de lo mejor.
Y hablando del techo, es alto tambien para las plazas traseras, muy cómodas a lo largo y a lo ancho, aunque el 5º pasajero no podrá sentarse «anatómicamente». Salida de ventilación trasera.
Más allá de la mencionada sobriedad, el interior es de altísimo nivel. Nada falta, nada sobra. Todo en su justa medida. Sorprende la anatomía y practicidad de todos los comandos; desde los más simples botones hasta los más sofisticados, todos responden a lo que intuitivamente se espera. En medio del cuadrante del veolcímetro se encuentra el display que aloja múltiples comandos, seleccionados desde el volante (con doble regulación manual) multifunción.
Esta pantalla central muestra:
– Datos de viaje (km, consumo, autonomía, tiempo, velocidad, distancias, etc.)
– Datos de la fuente de audio
– Punto cardinal al que nos dirijimos
– Teléfono
– ESP (desactivable) y Attention Assist
– Luces exteriores e interiores: cuantas y como
– Bloque de puertas
– Indicación de Service, etc.
Todo absolutamente personalizable.
Además, la pantalla de la consola central, de generoso tamaño, permite seleccionador el completísimo y «muy amigable» navegador, de excelente resolución, lo referido al audio (radio, CD, DVD, fuentes auxiliares), teléfono y bluetooth y Sistema (Linguatronic, idioma, formato de fecha y hora, etc.)
Entre ambas pantallas agrupan tanta información que hay que tomarse un tiempo para investigar su alcance y posibilidades. Excelente.
Para finalizar con el interior, en el sector central también su ubican los mandos de calefacción de asientos, tecla ECO (entre otras cosas activa el Start&Stop) y el climatizador, de altísima eficiencia, muy práctico e intuitivo, como todo en este Clase E. Sensor de estacionamiento (sin display) muy práctico, dividido por zona (adelante y atrás) y por lado (derecho e izquierdo), en una ubicación conveniente. Mención especial para el sonido del audio, alta fidelidad.
Isonorización absoluta, placer total.
Vamos al apartado mecánico. Comenzamos por el motor, un 4 cilindros de 1800 cm3. Seguramente, hace unos 10 años cualquiera se hubiera escandalizado ante un Clase E con este «pequeño motor», pero el downsizing, la tecnología, y la bienvenida ecología han conseguido esta racionalización. De todos modos, consigue 204 CV, que pueden parecer pocos para sus 1700 kg, pero en la práctica rinden como si fueran mucho más.
Llevar a este «grandote» hasta los 240 km/h y demorar solo 7.8 segundos para llegar a 100 km/h, es tarea más que heroica para este motor de 4 cilindros, que gracias a su tecnología consigue consumos muy bajos. A 110 km/h, en 7ª, conseguimos 15 km/l, rendimiento más que interesante, en lo que tiene que ver no solo su alta tecnología, sino también su estudiado Cx, uno de los más bajos del mundo.
La caja 7G-tronic permite un uso automático, o secuencial con levas (muy chicas) al volante. A pesar de no ser fanático de los automáticos, rápidamente me acostumbré a la caja, la que usé el 90% de los 700 km realizados, en ese modo. También tiene que ver el hecho que, al ser tan silencioso el motor, y tener tantos cambios, no resulta práctico y muchas veces tampoco simple, cambiar en modo manual.
Su equipamiento en confort es alto, aunque no deslumbra. Se destaca (fuera de lo lógico y esperable) el Start&Stop (apaga y enciende el motor automáticamente en un semáforo), el Attention Assist (emite una alarma al detecta signos de cansancio), el excelente audio y los múltples Airbags. Pero más allá del equipamiento, lo que realmente se elogia es la ergonomía, el impecable confort de marcha y la calidad interior.
En cuanto a su dinámica, Clase E estuvo históricamente direccionado al confort, cual limousina estadounidense.
Los tiempos -y el mercado- ha cambiado, y esta generación presenta una prestación dinámica muy alta. Aunque no es legal, y solo lo hicimos unos metros, viajando a 160 km/h se pierde la noción espacio-tiempo, el confort sigue siendo absoluto. Pero, en nuestro clásico circuito trabado de montaña (con algunas curvas veloces también), el Clase E no baja la cabeza, se anima a cualquier curva y lo hace con absoluta dignidad, y a pesar de su tamaño y peso, no necesita una instromisión obsesiva del ESP (Control de Estabilidad). Y en este punto, un detalle que nos llamó la atención, sobre todo teniendo en cuenta esu perfil conservador, y es que al desconectar el ESP, no entra en acción ni siquera en situaciones extremas, quedando todo a cargo del conductor, algo que no aconsejamos, a pesar de su muy buena dinámica.
¿Tiene algo negativo el Clase E probado?
Si bien hay que hilar fino para encontrar aspectos mejorables, existen. La baja calidad de la tapa interna del sector del auxilio (temporal), el ESP desconectable 100%, la ausencia de cámara de marcha atrás y un andar -siendo muy detallistas- algo durito. Pero es muy poco al lado de sus virtudes, que hacen de este Clase E una experiencia muy gratificante.
Por encima de la versión City, que cuesta poco menos de USD 77.000, el nuestro llega a los USD 84.000, los que siguen subiendo para las versiones más caras. Ponderar el precio de un auto no resulta simple, porque también es subjetivo, pero creemos que pagar ese monto para adquirir el modelo es absolutamente recomendable y justificado.
Vamos por el próximo modelo de la estrella y de Colcar, (único concesionario oficial Mercedes-Benz en Córdoba) el Clase C, en su versión C200 CGI Blue Efficiency.
Bueno master, va tomando color ésto..a mi tambien me resulta extraño un Mercedes que compite con un serie 5 o un A6, con esa cilindrada y potencia, pero buehh.por esta vez….ja ja ja un hermoso auto y muy buen test..andar algo durito..? en serio..? saludos y felicitaciones.-!!
Bueno, algo durito, en tren de hilar fino, como también lo es Serie 5, y seguramente A6 (que no he probado aun). Como suelo expresar, «la magia no existe», y «las leyes de la física se cumplen», y para que tenga el comportamiento dinámico mencionado, su configuración debe ser firme, pero no llega a molestar. Placer absoluto, solo algunos detalles mejorables, pequeños pero no razonables en Clase E, estereotipo de lujo y confort. Gracias