No, no lo es. En primer lugar, por una cuestión semántica, de forma y no de fondo, y tiene que ver con que su diseñador independiente, rumano, hace referencia al Dacia 1300, que existió en ese país desde 1970 hasta 2004, y que no era otro que un Renault 12 de mala calidad. Lo tuvimos en Argentina a principios de los 90s. En segundo lugar porque no es un homenaje, sino una interpretación particular, bastante polémica, de lo que sería el nieto del Dacia 1300. Aunque muestra algunos guiños estéticos a su abuelo, luce desproporcionado e irrealizable, pero no deja de ser un desarrollo virtual divertido. Renault se encuentra en un proceso (al igual que muchas otras automotrices) de resurrección de nombres icónicos, como R4 y R5, los que en poco tiempo renacerán en formato eléctrico, aunque no hay datos que permitan especular con la vuelta del eterno e inolvidable R12.