Vaya si no es un viejo conocido para el que mercado argentino. Nació en su Japón natal en 1970, y en 1978 se presentaba la segunda generación, que llegaría poco después a Argentina, convirtiéndose en un objeto de deseo, y lo sigue siendo. Un botón de muestra de la confiabilidad japonesa. Luego llegarían la 3a y 4a, que no se vendieron en nuestro país, y en 1990 se presentaba la 5a, famosa por su paso por el rally mundial, con Carlos Sainz y otros, y que llegó a venderse en estas tierras, luego la 6a y la última, la 7a, que poco tenía que ver visualmente con el espíritu del modelo, opinión personal y subjetiva, claro.
Akio Toyoda, heredero y directivo de Toyota, ha expresado: «Deseo tener de vuelta al Celica». Y si él lo dice, podemos convenir que hay chances no menores de que el regreso ocurra finalmente. Se especula con variantes térmicas, a lo sumo híbridas, pero no eléctricas, y con un potencia que podría llegar a los 400 CV, emulando al GT-Four que tanto protagonismo adquiriera en el rally. Celica es un nombre muy caro a los sentimientos del mundo del automóvil, y por lo tanto resulta extraño que Toyota no lo haya reflotado aun. De todos modos, parece que estamos cerca de su reencarnación, ojalá.