En este caso, la letra «e» no hace alusión a propulsión eléctrica, sino híbrida y se refiere a la nueva familia de modelos de Mercedes-Benz (en este caso Clase A) que optan por una configuración mixta, con un motor a propulsión naftero, el 1.33 de 160 CV, motor que probamos en el Mercedes-Benz A200 Progressive, y otro eléctrico, de equivalentes 102 CV, entregando en conjunto 218 CV, con un par motor de 450 Nm. Recordemos que, en los híbridos, las potencias de ambos motores pueden sumarse «linealmente» o no, dependiendo el tipo de propulsión utilizado.
Clase A sedán ya había presentado el A 250 e; en este caso se suman CLA y Shooting Brake (deportiva rural), con igual configuración mecánica. Los nuevos Clase A híbridos obtienen una autonomía de 70 km en modo eléctrico, muy interesantes para trayectos diarios urbanos, para los que fue pensada esta alternativa. Con una velocidad máxima de 240 km/h, en modo eléctrico y por cuestiones de alcance, está limitada a 140 km/h, también suficientes, convengamos. Su aceleración es de 6.8 segundos para alcanzar los 100 km/h. Su batería es de 15.6 kWh y puede recargarse hasta el 80% en solo 25 minutos, a través de cargadores CC (corriente continua).
Lo interesante de los motores híbridos (fuera de toda discusión) puede verse con un sencillo ejemplo, dentro de Mercedes-Benz y particularmente en CLA coupé. Tomemos el CLA 250, con motor 2 litros y 224 CV (contra 1.3 híbrido de 218 CV del 250 e). Acelera de 0 a 100 km/h en 6.3 segundos (solo 1/2 segundo menos que el híbrido), pero con un consumo bastante superior, respecto al eficiente 1.3, y encima con aporte eléctrico.
¿Llegará a Argentina?
Difícil saberlo en este complicado mundo y -más- complicado país que nos toca vivir actualmente, pero no resulta improbable. En todo caso sería en la versión hatchback, ya que el sedán que se vende en Argentina (y en otros mercados) no es igual al CLA coupé al que nos estamos refiriendo. Abajo, comparación visual.