En 2019 BMW presentaba la 3a generación del Serie 1, con grandes cambios estéticos respecto a la anterior, pero uno muy grande, trascendental (negativo para muchos), conceptual: su histórica tracción trasera pasaba a mejor vida y adoptaba la delantera, la que tienen sus rivales Audi A3 y Mercedes-Benz Clase A desde siempre. Sí, para los más puristas, un sacrilegio, y los entiendo. Pero bueno, las decisiones de las automotrices respecto a diseños, plataformas, mecánicas, equipamientos, tecnologías, etc., no responden centralmente a complacer a los más fanáticos sino a cuestiones de estrategia empresarial, ventas, ganancias y entonces el resultado final agradará a muchos y no tanto a otros, así funciona. El año pasado imaginábamos su primer restyling, con la nueva firma lumínica y frontal de BMW, tomando lo que dejará su nuevo concepto visual (en realidad es más que eso) Neue Klasse.
En este caso nos hacemos eco de otro, más realista, más conservador, con un sector delantero todavía alejado de la Neue Klasse y más cerca del nuevo Serie 5/i5. Este restyling de la 3a generación mantendrá los motores actuales, con el 1.5 naftero de 3 cilindros (118i) como base, aunque, como ya hemos contado, la «i» desaparecerá de los modelos con motor naftero y quedará para los eléctricos. En el otro extremo, el picante M135i con el muy eficiente 6 cilindros de 3 litros y 306 CV, motor que hemos probado en distintos modelos de la marca y no deja de sorprenderme. También los diesel, todavía con cierto protagonismo en BMW. Y podría llegar la variante híbrida enchufable, como tiene el Serie 2 por ejemplo, con 245 CV o 326 CV y una autonomía eléctrica de 80 km, muy interesantes.