Volkswagen Amarok. La pick up mid-size que se metió en el podio de las ventas del segmento, entre Toyota Hilux («hueso duro de roer», convengamos) y Ford Ranger. En el acumulado 2017 se llevó el 11.3% del segmento, con un crecimiento del 23% respecto a 2016 y en lo que va de 2018, cuenta con el 11.7%, desplazando nuevamente a Ranger, y lejos, al menos por ahora, de Hilux, que ostenta el 19.1%. ¿Están conformes en VW con Amarok a 8 puntos de Hilux? Seguramente, mirando este frío dato no, pero teniendo en cuenta que Amarok tiene una historia muy corta y reciente, siendo además el primer producto pick up tamaño medio de la alemana, sin dudas, es como para celebrar.
Hemos estado probando Amarok V6, y nos adelantamos a la nota técnica presentando ésta, de color, aprovechando la inminente llegada de una nueva fecha del Rally Mundial a nuestro país, concretamente a las serranías cordobesas. Y decidimos recorrer el tramo «El Cóndor-Copina», seguramente el más famoso de nuestro rally, y uno de los más conocidos y queridos por los pilotos y fanáticos de todo el mundo. Si bien lo hemos recorrido en varias oportunidades, queríamos aprovechar Amarok V6 para hacerlo una vez más y comprobar el estado del camino, habitualmente bastante malo, en estos días previos al acontecimiento mundial.
Se trata de un tramo de 16.5 km, muy sinuoso, con mucha piedra -sobre todo en algunos lugares- y bastante angosto, con poco margen para el error. Nos sorprendió el muy buen estado del suelo, el que en algunos sectores parecía «recién hecho». Claro, las Altas Cumbres tienen piedras, de todos los tamaños y muchas. A pesar de la espectacular apariencia del prime, indudablemente, cuando pase el primer WRC, con sus 380 CV y tracción a las 4 ruedas, 4 que parecieran cavar en la montaña, «las piedras volverán a su lugar». Claro, si bien los WRC han ido aumentando potencia, no llegan aún a la espectacularidad de aquellos Grupo B de los 80´s, con sus 500 CV.
A poco de dejar el asfalto del Camino de las Altas Cumbres, en El Cóndor, se llega a una antena de telecomunicaciones, en el punto -seguramente- más alto del sector, aunque su acceso (fuera del prime) deja bastante que desear, y muestra el verdadero y habitual estado de estos caminos de montaña. Quisimos aprovechar un sector de piedras y desniveles para comprobar los recorridos de suspensiones, pero, los estribos laterales, de indudable atractivo estético, penalizan su performance off road, ya que pueden dejarla colgada si el desnivel es grande y abrupto. Descendemos poco más de 200 m, en sentido inverso, para retomar este atractivo primer, que en pocos días más verá pasar por sus entrañas a los extremos WRC y miles de fanáticos ubicarse en su geografía.
Con Amarok V6 disponemos de aprovechar sus 224 CV (que pueden llegar a 245, por algunos segundos, gracias a la función Overboost, que entra en acción a plena carga). No es el cóctel ideal para emular a Sebastien Ogier. Por un lado porque no somos pilotos de rally, pero además, Amarok V6 no está pensada para tal experiencia, y este espectacular prime, que invita a acelerar, es público, y puede circular gente, en general paseando, que no tendrá ganas de toparse «con un loco que se cree piloto de rally».
De todos modos, pudimos divertirnos un rato, dentro de los límites del auto, del conductor, y del lugar. Amarok V6 tiene, además, 3 cuestiones que no ayudan mucho para estos menesteres (pero sí para el uso normal): un motor/escape con ruido civilizado, una caja automática algo brusca (insistimos, en estos usos radicales), aunque mejora con la opción secuencial, y una tracción integral que lleva a Amarok «bien derechita». No son defectos, son virtudes para el uso normal; simplemente en nuestro caso, recorriendo este atractivo prime, nos bajan a la fuerza la adrenalina presente.
Para quienes hemos recorrido este prime varias veces, llama la atención el muy buen estado del piso, claro indicativo que estamos muy cerca del rally. Algo similar nos pasó cuando recorrimos otro prime con Fiat Argo (Santa Rosa-San Agustín), aunque recién estaban comenzando a mejorarlo. Claramente, en estos caminos de montaña muy sinuosos como el Cóndor-Copina, y con 245 CV disponibles, siempre sobra acelerador: el límite aparece con quien conduce y con la topografía del lugar.
Amarok V6 pareciera gritarnos, «Dale, acelerá más, ¿o no te animás?». Potencia disponible siempre. Si bien la caja automática ZF de 8 relaciones cuenta con levas (la izquierda baja, y la derecha sube), el cambio desde el pomo de la correspondiente palanca acciona «al revés», al menos desde nuestra preferencia: sube hacia adelante y baja hacia atrás. Uno se termina acostumbrando, pero intuitivamente, uno tiende a hacerlo al revés.
Hacia la mitad de los 16 km del prime (todo el tramo tiene un poco más) aparece un sector muy encajonado (si bien todo el recorrido lo es), y también a la entrada o salida de los famosos puentes colgantes, con lo que, este tramo, junto con Mina Clavero-Giulio Césare, es probablemente el más técnico de todo el rally. Es cierto, también sectores rápidos son técnicos, y en cierto sentido, más complicados que los lentos, pero aquí, además, con el ingrediente extra de las piedras sueltas y el escaso margen hacia ambos lados, requiere concentración absoluta por parte de pilotos y navegantes.
Ambos tramos son los que el recordado Jorge Raúl Recalde, podía hacer «con los ojos cerrados». Capítulo aparte para una reflexión, respecto de un enorme piloto, que por algunos fue catalogado como «lento». Se nota que no lo vieron correr… Tamaña injusticia también recibió Carlos Reutemann, unos de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1.
Pero volvamos a nuestra Amarok V6 y al Cóndor-Copina. Si bien en el camino (Ruta provincial 34, Altas Cumbres) aparecían algunos signos ineludibles de niebla, habitual en esa región, no la sufrimos en nuestra pequeña travesía; esto hubiera hecho más difícil la aventura, y a la vez, menos entretenida. Las butacas Ergo Confort de Amarok, además de muy cómodas, cuentan con muy buena sujeción lateral. Nos gusta manejar siempre en la posición más baja, y también lo hicimos en este caso, aunque, el capot alto de pick up, y el camino tan cambiante, sugieren una posición más elevada, lo que, de todos modos, no adoptamos.
Muchas de las curvas de este famoso prime son ciegas y muy cerradas, lo que obliga a frenar y tomarlas con mayor precaución, y el ABS, con discos en las 4 ruedas, aplicadas a las 19″ de los neumáticos de esta variante V6, nos dieron seguridad absoluta. Capítulo aparte para el ascenso al Observatorio de Bosque Alegre, asfalto, con curvas bastante cerradas, en el que pudimos comprobar el excelente comportamiento dinámico de esta Amarok, y puntualmente la muy buena tenida, con un Control de Estabilidad permisivo, sin descuidar la seguridad. En el recorrido por el prime, lo desconectamos, entrando en acción solo en situaciones límite.
Encontramos un camino en tan buen estado que nos preguntamos porqué en este prime suelen aparecer abandonos o roturas en los WRC. Se lo ve tan parejo… Pero claro, con el paso del primer auto, el domingo 29 de abril, las piedras volverán a su lugar, hoy escondidas por un capa de tierra. Dejamos atrás la mitad del prime, y más adelante nos encontramos con el primer puente colgante, que vemos en todo su esplendor desde una perspectiva superior.
«Embocar el auto en su estrechez» no es complicado a velocidades normales; a las que entran los WRC requiere una habilidad no menor, y las «paredes» de piedra que lo franquean, no invitan precisamente a «darles de frente». En varios sectores se alcanza a divisar la ruta de las Altas Cumbres. Un poco más adelante aparecen , bastante cercanos, otros 2, los más conocidos (son 5 en total, aunque uno está «fuera de servicio»). Aun con grandes diferencias en lo que respecta a auto, conductor, condiciones generales, etc., uno se siente piloto del fantástico mundo del WRC por un rato.
Aunque Amarok V6 es una pick up, no sentimos cansancio en esta divertida experiencia, y en esto mucho tiene que ver la excelente puesta a punto general de Amarok, con un gran confort de marcha, aun en caminos de montaña. Llegamos a un caserío ya en el final del tramo, que da lugar a la última parte del camino, algo menos de 3 km, rápido, conformando -casi- una recta hasta llegar a la Ruta 14, que une, justamente Copina con Carlos Paz, ruta poco utilizada desde que está asfaltada la variante por Bosque Alegre, aunque sí la utilizan mucho las motos, convirtiéndolo en un peligros tramo cuando esto ocurre.
Final del apasionante (aunque pase bastante rápido, como todo lo bueno) recorrido por el prime El Cóndor Copina, unos 10 días antes del paso de los C3, Fiesta, i20, Polo y otras espectaculares máquinas. Todo listo para recibir a la 5 fecha del Rally Mundial. En nuestro caso, y pesar de lo corto del recorrido, pudimos refrendar las virtudes de Amarok V6, sobre todo el confort de marcha y la suavidad de este V6 que llega a entregar 245 CV, consiguiendo una aceleración de 0 a 100 km/h de poco más de 8 segundos, valor que lo emparenta, por ejemplo, con el BMW X3 20d. Nada mal.
Por otro lado, Amarok V6 no está pensada para el duro off road, por varias razones: no tiene reductora, la tracción integral es automática, los estribos la penalizan, aunque, cuenta con diferencial trasero bloqueable y función «off road» que ajusta frenos, caja y controles electrónicos para una mejor performance en estas situaciones. En el uso urbano, en ruta, y hasta en el manejo deportivo, encontramos un equilibrio muy interesante, desempeñándose muy bien en todas ellas, marcando una clara e inevitable referencia entre las pick ups.
Esta Amarok V6 «normal» cuesta $ 1,141,000, llegando a $ 1,209,000 en la variante V6 Extreme (con llantas de 20″ y algunos elementos diferenciadores menores), habiendo desembarcado ya la V6 más accesible, Confortline a $ 942.500. Como referencia, la pick up Toyota más cara, Hilux SRX 4×4, se vende a $ 994,500, y Ford Ranger Limited 4×4 a $ 967,000. Claro, comparaciones no válidas ya que ambas cuentan con motores de 4 y 5 cilindros y caja de 6 relaciones, diferencias importantes, además de otras menores.