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Probamos otro japonés selecto. Subaru XV 2.0i CVT Limited


Desde Automotiva hemos expresado en otras oportunidades, que los japoneses, aunque de facciones propias, no son todos iguales, al menos conceptualmente hablando y en lo que hace al mundo del automóvil. Toyota (la más exitosa en cuanto a volúmenes de venta), Nissan (en menor medida) y tal vez Suzuki y Honda, sobre todo en este último tiempo, son las más masivas, las que mejor se adaptan a las nuevas tendencias (dentro de la poca predisposición de la cultura nipona a las modas).


Mitsubishi
es más fiel a su filosofía, pero la más selecta es, sin dudas, Subaru. Tradicional, conservadora, la única que mantiene 2 configuraciones mecánicas intactas y en todos sus modelos: motores boxer (cilindros opuestos) y tracción integral permanente. Esto solo, ya muestra lo particular y poco propenso a las tendencias de Subaru. Y es una de sus principales fortalezas. Una de las marcas que más ha sido fiel a sus principios es justamente Subaru. La más selecta de las japonesas y una de las que cuenta con mayor índice de fidelidad.


Subaru XV
nació ya en la generación anterior de Impreza, como una versión aventurera del exitoso modelo. En esa generación, era casi un Impreza con algun plástico adicional.

Subaru tomó nota de la situación y el actual XV luce como un desarrollo específico, diferente al resto de la gama. Claro, en Argentina ayuda el hecho que no se comercializa el nuevo Impreza, sobre el que Subaru generó XV.


Pasemos al análisis. Subaru XV 2.0i CVT Limited, es la versión más cara de la gama XV, conformada por un solo motor, 2 cajas y 3 terminaciones. Además de probado, 2.0i MT y 2.0 CVT. Claramente XV luce atractivo, proporcionado, moderno (dentro de lo que los japoneses, y particularmente Subaru entienden por «moderno») con la habitual sobriedad y perfil (social) bajo de la marca, una de sus fortalezas y que buscan sus compradores. Este XV recibe algunos aditamentos plásticos que no llegan a exagerar: cantidad y diseño en su justa medida. Se trata de un hatchback convencional, crossover, 2 volúmenes, con barras en techo (escasa utilidad en la mayoría de los modelos) y espejos de muy buen tamaño.


De perfil destacan inmediatamente sus muy trabajadas llantas de 17 pulgadas, de color negro y diseño exquisito, ni tan deportivas, ni tan sobrias, calzadas sobre neumáticos Yokohama Geolander 225/55R17, de uso mixto, que sin embargo, le dan un muy buen andar sobre asfalto. Diseño lateral limpio, sin estridencias, con puertas de generoso tamaño y parabrisas bastante lanzado para un Crossover y con un diseño plano para lo que se ve en distintos modelos en la actualidad. Vamos al frente, y nos encontramos con un capot «en 3 dimensiones», con triple nervadura y una parrilla hexagonal de buena presencia, cromada y con antinieblas tradicionales. Opticas de agradable diseño, con Xenón en las bajas pero de alcance mejorable. Llegamos al sector trasero, muy personal, con trazos rectos y ópticas de tamaño pequeño, muy atractivas. Apliques también negros y sutil alerón.


Nos disponemos a ingresar al XV. Las mencionadas puertas de buen tamaño también presentan un buen ángulo de apertura, consiguiendo un sencillo ingreso al habitáculo. Nos encontramos con butacas en cuero, muy confortables, de buena sujeción para el uso lógico del XV, y obviamente mejorable para el manejo deportivo. Ajustes manuales en altura (amplísimo, sobre todo hacia arriba), aunque de mecanismo lento. Muy generoso margen de regulación longitudinal. Volante en cuero, de muy buen grip y con doble regulación manual con mandos a distancia de Audio, TE, y Cruise Control, además de la Computadora de a Bordo y levas (tamaño pequeño) para accionamiento pseudo-secuencial de la caja CVT.


En un clima interior dominado por el sobrio negro y con diseño muy -demasiado- clásico, el tablero es muy legible y -en la misma proporción- aburrido. Sí, es cierto, nadie espera lucecitas y estridencias en un Subaru, pero podría ser algo más renovado. Con una terminación brillante y un diseño que evoca, por momentos, a los japoneses de los 80´s.  Pero, así son los japoneses, y más aun, así es el mundo Subaru. Tómelo o déjelo. El tablero de instrumentos cuenta con 2 grandes cuadrantes analógicos (Tacómetro y Velocímetro), de rápida lectura. Display entre ambos con nivel de combustible (digital), cambio elegido y odómetros total y parciales (al resetearlos tambien lo hace el indicar de consumo promedio).



No hay medición de temperatura de agua
, como ocurre con muchos modelos en la actualidad; en su lugar, testigo luminoso de temperatura que permanece azul cuando está frío el motor. Nos encontramos con la consola central, que en su parte superior aloja un pequeño display partido en 2. Climatizador a la izquierda (1/3) y Computadora de a Bordo la derecha (2/3). Consumos instantáneo (barras) y promedio (2), tracción, consumos, reloj (digital y analógico), autonomía.

Curiosidad: se puede setear la fecha de cumpleaños (¿?) y aniversarios. También «triple meter» digital configurable (rendimiento combustible, distancia, temperatura, mantenimiento, etc.). Debajo, audio completo y de buen sonido, teclas grandes, aunque, como muchos mandos japoneses, no muy intuitivos.

Dado que la radio/CD/MP3/Bluetooth cuenta con display propio, uno suele mirar hacia la pantalla central superior en lugar del mencionado. Debajo del audio, mandos de climatización bi-zona, muy sencillos e intuitivos. La posición de manejo, aunque alta, es buena. Nos encontramos con varios portaobjetos de buen tamaño. Techo corredizo «normal» (no solar ni doble ni panorámico). Freno de mano revestido en cuero, algo cerca del conductor. Interior con buena terminación en general, aunque, repetimos, aburrido.

Materiales duros pero de muy buen encastre. Comando de caja muy a mano, aunque en opción secuencial solo se comanda desde las levas detrás del volante (lo que no es tan práctico cuando debe cambiarse de relación doblando). A la izquierda tecla de conexión/desconexión del ESP, aunque, en situaciones límite entra en acciones y completa reóstato de luz de tablero. Apoyacabezas delanteros con inclinación regulable, muy práctico para completar una buena posición de manejo.


Nos vamos atrás, ingresando por las generosas -y de gran apertura- puertas, cómodo acceso. Apoyacabezas traseros «escondibles», muy buen espacio para piernas, aun con las butacas delanteras ubicadas hacia atrás y bueno a lo ancho. Como en muchos modelos, cojín algo cercano al suelo, obligando a llevar las piernas en un ángulo menor a 90º. El negro también domina el sector trasero. El baúl cuenta con destrabe eléctrico, una boca de carga muy cómoda y piso algo alto. Cubierta de auxilio temporal que «no va» con la filosofía del modelo, y detectamos espacios muertos; podría aprovecharse mucho mejor el espacio, o dotar a XV de un auxilio «normal». Bolso «Subaru» con balizas y otros elementos, y con velcro que se «pega» piso alfombrado del baúl. Util.


Llegamos a la parte mecánica, en donde, en general, XV no descolla ni desentona. Comenzamos por el motor, boxer de 2 litros y 150 CV que no se quejan pero tampoco despiertan sobresaltados.

Si bien la Caja CVT «contamina» el motor (en el buen sentido), este 2.0 no responde con agilidad, ayudado por la tracción integral permanente.  Por otro lado, confort a bordo muy alto, con un motor suave y progresivo.

Volvemos al tema de siempre con las cajas CVT: no nos gustan (tema absolutamente subjetivo, y de hecho encontramos más seguidores que detractores). Pero tiene una doble personalidad. Si se es suave con el pie derecho (sobre todo en ciudad, también en ruta), todo es confort y relax, manejo placentero. Si por el contrario, se busca un manejo más deportivo, usando el acelerador, el panorama cambia drásticamente: alta sonoridad, sensación de motor engranado y falta de deportividad. Sí, es subjetivo, y es lo que sentimos con estas cajas.


Dejando de lado este discutible aspecto de la caja CVT, el andar de XV en general es muy bueno, alto confort de marcha en ciudad, muy bueno en ruta (con un motor algo ruidoso) y muy franco en caminos en mal estado, como los que transitamos en el famoso tramo El Condor-Copina, por donde poco antes habían pasado los monstruos del Rally Mundial. En ese sector probamos su tracción integral permanente, subiendo por sectores de piedra suelta y su eficiencia es absoluta: sube por cualquier parte. Muy buenos frenos, dirección de asistencia justa (no exagerada), suspensión algo durita ante lomos de burro, pero muy buen andar general.

La tenida direccional es muy buena, a pesar de sus cubiertas mixtas y de perfil mas bien alto. Su tracción y muy buena puesta a punto general hace que el manejo deportivo sea muy eficiente, incluso con poca intromisión del ESP en tramos de bajada muy sinuosos como tenemos en las sierras cordobesas. Eficiencia japonesa, eficiencia Subaru. Sus dimensiones contenidas (4.45 m), que sin embargo le otorgan una buena habitabilidad, colaboran en el manejo citadino.


En cuanto a performances, y específicamente consumo, encontramos en ruta un consumo de hasta 16/17 km/l a 100 km/h y en el orden de 13/14 km/l a más razonables 120 km/h. Buen valor para su tracción integral y su carrocería «más cuadrada». En ciudad, volvemos al debate histórico, ¿en que condiciones de tránsito, manejo y demás se mide el consumo urbano? Y la verdad es que dependiendo como se den aquellos valores, las variaciones pueden ser grandes, en cualquier modelo. Si bien hemos conseguido 11 km/l  en ciudad, con condiciones externas muy favorables,  9 km/l y algo menos pueden conseguirse razonablemente. Siempre y cuando se trate suavemente «la CVT» con el acelerador. Creemos que son valores lógicos para su peso, tracción integral y configuración.


El equipamiento de serie de esta versión Limited es muy bueno. Symmetrical All Weel Drive (en todas las versiones), VDC (Control de Estabilidad), ABS, Hill Assist,  8 Airbags, refuerzos esctructurales en puertas, Apoyacabezas Activos, ISOFIX, ABS, apertura de puertas Keyless, Cámara de Retroceso, Pack Eléctrico.

Además, Audio de buen sonido, tapizados y pack cuero, faros Xenón, techo eléctrico y algo más.

¿El precio? Altísimo como casi todos los autos en Argentina. Este XV, el más equipado, se ubica debajo de los USD 79.000, valor bastante competitivo en términos relativos, si se analiza su precio histórico y la afectación del impuesto. La gama XV arranca en los $400.000. Excelente garantía de 5 años.

Conclusiones
Subaru XV es un crossover que si bien no descolla en aspecto alguno, todo lo hace bien. Aspectos positivos, varios: Diseño exterior, calidad constructiva, equipamiento, seguridad de la mano de su Symmetrical AWD, espacio interior, andar confortable. Por el lado de lo mejorable, encontramos su diseño interior anticuado y aburrido, ausencia de navegador satelital, indicadores no tan amigables visualmente (en pantalla central) y la imposibilidad de manejar secuencialmente la caja CVT tambien desde la misma palanca. Predomina sin dudas lo positivo.

 

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