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Probamos Fiat Fiorino Qubo. Desde Turquía, renovando el segmento

Introducción:
Fiat tiene, como tantas automotrices, su división comercial, refiriéndonos al destino de un modelo. Fiat Professional agrupa comerciales y derivados de «turismos», como denominan los españoles.
Básicamente, comparte modelos con el grupo PSA (PeugeotCitroën), a traves de la sociedad SEVEL (Sociedad Europea de Vehículos Ligeros), que nada tiene que ver con la empresa que conocimos en Argentina y Uruguay, y que fabricaba y vendía modelos de Fiat y Peugeot.

La gama Fiat Professional en Europa es interesante. Desde nuestra Strada, hasta Scudo (clon de Peugeot Expert y Citroën Jumpy), pasando por Qubo (clon de Peugeot Bipper y Citroën Nemo), Ducato y Doblò (vendida también bajo la marca Opel), y los derivados comerciales de Punto y otros.

Fiorino Qubo, que nos ocupa en esta nota, es fabricado en Bursa, Turquía, desde donde llega en 2 versiones de equipamiento (Active y la Dynamic que probamos) y una sola motorización: el eficiente y silencioso 1.4 de 73 CV que deja gusto a poco, como ampliaremos más adelante. Y acá aparece una primera cuestión destacable de la nueva familia Qubo: siendo «extrazona» debe aportar el 35% de arancel, y aun ásí su precio es muy competitivo.

Diseño:
Comencemos por su diseño, sin dudas uno de sus atributos principales. Tras 2100 km y 8 días a bordo de Fiorino Qubo, recibimos absoluta mayoría de comentarios positivos hacia sus formas. Gusta. Con una longitud de 3.96 m y una trompa estéticamente trabajada, con una altura menor que la de sus ¿competidores? Kangoo y Partner/Berlingo, se muestra moderna y -sobre todo- distinta a lo conocido. Algo que llama la atención es su capot bastante elevado respecto a la línea de cintura. Nuestra unidad –Dynamic– contaba con puerta lateral corrediza, además de la doble trasera, consiguiendo una gran comodidad en su carga y descarga. La cola, sector habitualmente complicado en cuanto a design, es atractiva y sobria.

Por dentro también resulta interesante, aunque con «menos trabajo» que en su exterior. Podemos definir su diseño interior como simple y moderno, pero con «todo a mano». Tablero completo, con 4 relojes y computadora de a bordo, bien visible y con los parámetros habituales que la marca ofrece. Buena posición de manejo, con un volante que regula en altura y profundidad y la butaca que también modifica su altura, aunque siempre queda alta.

Sí se pliega la derecha, dejando una práctica «mesita». Materiales y la terminación no pertenecen al mundo premium, pero están dentro de lo esperable y más. Muy buena terminación para su segmento y precio. Mala nota para la butaca del acompañante, muy dura y sin regulación, tanto en altura como en profundidad y en inclinación, algo criticable.


También resulta poco feliz el diseño (más bien su ubicación) del portaobjetos entre asientos, con espacios a ambos lados, las cosas se caen al piso con cierta facilidad. Por el contrario, cómodos portamapas en las puertas y en otros sectores del habitáculo.

Muy buena nota para el tablero; caracteres simples y visibles, tamaño adecuado y abundante información (para su segmento).
El acceso a la Fiorino Qubo, tanto para los pasajeros como para la carga, es muy bueno.

Puertas grandes y de amplia apertura simplifican la tarea, en lo que contribuye la lateral derecha de nuestra versión Dynamic. Ganchos en el piso de la caja para atar lo que se lleve y reja que protege al conductor.
Otro aspecto mejorable es de la rueda de auxilio. Alojada exteriormente, se baja con un sistema tornillo y cable de acero que no da mucha seguridad y no es tan práctico si uno está solo.

Equipamiento:
Podemos catalogarlo como muy bueno. Aire Acondicionado (forzador silencioso y potente), Doble Airbag, ABS con Distribución electrónica de frenado, Radio CD Sony, 2 levantavidrios y espejos eléctricos, computadora de a bordo, doble regulación de volante, apertura a distancia, cierre automático en rodaje, regulación interna de luces, antinieblas trasero. Nada mal.
La radio Sony presenta virtudes y defectos. Entre los primeros destacamos la excelente recepción FM aún lejos de las emisoras. Notable. También las posibilidades de personalización. Para quejarse, el mal sonido (debido a los dos parlantes) y lo poco práctica para comandar, con botones diminutos y encimados.

Los levantavidrios cuenta con “one touch” para subir y bajar, aunque, como en casi todos los modelos, y aun los del mundo premium, es difícil accionarlos parcialmente, tienden siempre a subir o bajar del todo. La computadora de a bordo brinda información sobre distancias parciales A y B, consumos promedios A y B, consumo instantáneo, velocidades promedios A y B, tiempos parciales A y B y autonomía. Más que suficiente.

Mecánica:
Fiorino Qubo cuenta con un motor naftero 1.4 de 73 CV, que pueden parecer escasos, y en cierto aspecto lo son. De todos modos, en esta versión de carga, sabiendo utilizar la caja, el déficit aparente disminuye.  Su caja de 5 marchas es dócil y muy práctica. Embrague suave y frenos de muy buen tacto, completan el panorama mecánico. La dirección cuenta con asistencia justa, tal vez algo durita en ciudad (sin molestar) pero muy eficiente en ruta.

Funcionamiento:
Si el diseño es una de sus fortalezas, claramente el andar es otra de sus notables virtudes. El motor es muy silencioso, dando la impresión de haberse apagado al detenernos en un semáforo. Las suspensiones no son tan duras y el manejo ciudadano es un verdadero placer (recordemos que estamos evaluando un comercial), y claramente se siente menos utilitario que la competencia, con un andar mucho más cercano al de un auto. Ausencia total de ruidos, destacable.
También es muy bueno el andar en ruta. Hicimos Buenos Aires-Córdoba,  por momentos a velocidades no legales, y el confort de marcha se mantiene. Es cierto que su potencia se queda algo corta, pero no molesta, y se ve absolutamente compensada por el placer de conducción.

Un utilitario no está diseñado para el manejo deportivo; sin embargo, al exigir a Fiorino Qubo en curvas lentas y rápidas, responde con total franqueza. No llegamos a pelear tramos complicados de las serranías cordobesas, como lo hacemos habitualmente, pero lo tratamos con poco respeto, y respondió con seguridad.
Insisto, el confort de marcha es digno de mención.

Prestaciones:
La marca anuncia 155 km/h de velocidad máxima (creo que pueden ser algunos más) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 15.2 segundos. No es para felicitar, pero teniendo en cuenta su perfil, es aceptable. De todos modos, no le vendría nada mal contar con una versión diesel Multijet 1.3 de 95 CV (como en Europa) o la 1.6 E.torQ de 115 CV, por ahora descartado, sobre todo esta última, ya que no se produce actualmente.

Hablar del consumo siempre es relativo. Siempre. Dos personas conseguirán rendimientos muy distintos en un mismo auto y en el mismo trayecto. De todos modos (ver infografía) se pueden conseguir 12-13 km/l en ciudad y hasta 16 km/l en ruta (no superando los 110 km/h) , penalizado por su Cx y área frontal.
Precio, garantía y competencia
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También el precio es complicado de catalogar, sobre todo por su variabilidad permanente (en nuestro país). De todos modos, Qubo Dynamic se ubica en los $ 78.000 ($ 73.500 la versión Active), valor interesante teniendo en cuenta su equipamiento y que es extrazona. Elogiable garantía de 3 años. Sus competidores son los Berlingo/Partner (17 cm más largos), más caros si ponderamos el equipamiento y Kangoo, más cara, de similar tamaño y mayor potencia. Ninguno de ellos cuenta con ABS como Qubo, en las versiones comerciales.

Conclusiones:
Fiat Fiorino Qubo nos sorprendió. Aun con un motor algo justo y algunos detalles criticables ya mencionados, cuenta con un atractivo diseño, excelente andar y confort de marcha, prestaciones logicas y buena calidad de terminación. Absolutamente recomendable. Ahora estamos probando la versión familiar, Qubo «a secas».

 

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