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Contacto con el Mini Countryman S All4 (4 puertas, tracción integral y 184 CV)

¿Quien, con un mínimo grado de sensatez le pediría a Messi que defienda y recupere la pelota?
¿Sería lógico que alguien pretendiera agilidad en el tránsito urbano con una Honda Goldwing 1800?
¿Podría alguien comprar un perro de caza para que juegue con sus hijos?

Pues bien, todo está pensado, diseñado, creado, con un fin particular. Hay productos más polivalentes que otros, pero aquellos (como los del ejemplo) que son muy exitosos en algo, normalmente, no lo son en otros rubros.
En general la familia Mini, y en particular este Countryman con tracción integral, también tiene su Norte, su ámbito principal para la que fue creada. Y no es el extremo confort de marcha, cual limousina norteamericana de los 90´s.
Si bien las versiones «menos radicales», como el One, no resultan extremas, esta «picante» variante del Mini apunta a 2 cuestiones centrales: Diseño por doquier y prestaciones. Y analizándolo bajo estas premisas podremos encontrar sus aristas más interesantes.

¿Es durito el Mini Countryman 4×4 de 184 CV?
Y sí, es durito. ¿Es esto un defecto del modelo? La respuesta es -obviamente- negativa. Es simplemente una característica de un auto que apunta centralmente a las performances, al diseño, y a la deportividad, cumpliendo en otros rubros más que dignamente.

Hicimos unos 280 km a bordo de este moderno exponente (el más, hasta la llegada de Roadster y Coupé) de la gama.
Al contemplarlo desde afuera surje -en el acto- una conclusión inapelable: El Countryman destila diseño por donde se lo mire. Desde el capot (de Aluminio) que «abraza» las ópticas (delanteras, obviamente), hasta el remate trasero, pasando por el techo, y por cada perilla del auto, todo, absolutamente todo, está cargado de design.

Es cierto, apuntando tanto al diseño (tiene detalles increíbles), se ha descuidado (no sin saberlo) un poco la ergonomía, pero sobre todo la practicidad de comandos. No todo está en su lugar intuitivo (levantavidrios por ejemplo) y en muchos casos los accionamientos no siguen cierta lógica. Pero esto es Mini, y todo es distinto. De todos modos, esta radicalización del diseño, casi un fundamentalismo, no llega a molestar. Excelentes butacas de cuero, con su lado negativo respecto a la temperatura en verano, más allá del excelente funcionamiento del Climatizador.

Atrás 2 butacas, con «canal central» porta «varias cosas» (tambien disponible con 3 plazas traseras). Volviendo a los comandos, un cuenta vueltas central (tras el volante), con velocímetro digital y computadora de a bordo. Al centro de la plancha, enorme velocímetro y -también grande- display central con comando (no tan Joystick) en consola, para acceder a múltiples funciones. Uno de los detalles de este Countryman, en la consola tipo avión, en el techo, y entre varios comandos, hay uno que cambia la tonalidad de las -varias- luces difusas interiores, pasando por toda la gama de colores.
Volante regulable en dos direcciones, butacas en altura y corredera longitudinal de amplia regulación, permiten una posición de manejo muy buena. Buen espacio interior. El equipamiento de esta versión full y 4×4 es de USD 52,000. Más de uno pensará que con algo menos pueden comprarse sedanes premium en versiones no tan básicas. Y es cierto, pero las sensaciones que se viven a bordo de esta radical versión, son únicas, y la seguridad que transmite su tracción integral, con todo el arsenal en seguridad (múltiples Airbags, ABS, con Control de Frenado en Curva, Reparto electrónico de frenado, Controles de tracción y estabilidad -desconectable-, luces de Xenón,  y varios «etcéteras»), no pueden sentirse en muchos modelos, y menos de este nivel de precios.

Dirección muy directa y «durita», caja muy precisa y enérgica, y función Sport que radicaliza la respuesta, con los 184 CV y la tracción «All4», hacen que la experiencia a bordo sea irresistible. En este breve contacto, y tramos muy sinuosos de montaña, la estabilidad fue absoluta; a tal punto que, rara vez, y en situaciones extremas, entró en funcionamiento el Control de Estabilidad.
La tracción integral consigue un manejo muy seguro y deportivo.

La gama Mini arranca en los USD 29,900 del One y llega a los USD 52,000  de este pequeño auto de carrera. De los 3.63 m de la versión actual más chica (el original), llegamos a los 4.1 m del Countryman. Una gama bastante completa en Argentina (One, Cabrio y Countryman) aunque sin los motores diesel ofrecidos en Europa, y que se ampliará con la llegada del Roadster y el espectacular coupé

¿Duro? Sí, el Countryman es un poco duro, pero, ¿Acaso puede pedírsele a Messi que defienda?

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